Podemos y su falso disfraz ¡®plurinacional¡¯
La gente joven prefiere votar a sus ¡®izquierdas de proximidad¡¯, como ocurri¨® con Galicia, en vez de a las paternalistas y centralistas
Podemos no es tal guardi¨¢n de la plurinacionalidad de Espa?a, como vende. Con perspectiva, se ha demostrado una izquierda de visi¨®n mucho m¨¢s madridc¨¦ntrica o centralista. Basta ver el v¨ªdeo burl¨®n sobre el PNV que Podemos ha difundido para las elecciones vascas de este 21 de abril, caricaturizando a los nacionalistas vascos como si fueran catetos aprovechados con txapela. Es decir, un corto digno de un partido jacobino como Ciudadanos, y no de uno ¡°plurinacional¡±.
Y es que el v¨ªdeo ha desatado la indig...
Podemos no es tal guardi¨¢n de la plurinacionalidad de Espa?a, como vende. Con perspectiva, se ha demostrado una izquierda de visi¨®n mucho m¨¢s madridc¨¦ntrica o centralista. Basta ver el v¨ªdeo burl¨®n sobre el PNV que Podemos ha difundido para las elecciones vascas de este 21 de abril, caricaturizando a los nacionalistas vascos como si fueran catetos aprovechados con txapela. Es decir, un corto digno de un partido jacobino como Ciudadanos, y no de uno ¡°plurinacional¡±.
Y es que el v¨ªdeo ha desatado la indignaci¨®n en redes. Dos votantes peneuvistas est¨¢n en un bar, mientras en el televisor aparecen los candidatos de Bildu o el PSE afirmando que pactar¨¢n con el PNV. Los camareros concluyen que la ¨²nica opci¨®n para echar a los peneuvistas es Podemos. Damas y caballeros: lleg¨® la izquierda espa?ola, paternalista, a salvar al votante vasco de s¨ª mismo. De un lado, porque es raro pensar que el ¨²nico defensor de la clase obrera sea un partido que en 2020 logr¨® 6 esca?os de 75. Del otro, porque la cr¨ªtica al PNV es percibida como algo m¨¢s que una enmienda a la derecha auton¨®mica. En los comentarios hay hasta protestas de ciudadanos catalanes y gallegos que se sienten insultados por la parodia que ven en Podemos del nacionalismo vasco.
As¨ª que Podemos ense?a la patita, pero no es nuevo. Se cre¨ªan adalides de la plurinacionalidad en 2015 por avergonzarse de la bandera espa?ola en los m¨ªtines, o por hablar del ¡°derecho a decidir¡±. Sin embargo, hay indicios hoy para pensar que aquello fue un disfraz, una pose. No casualmente, el Sumar de Yolanda D¨ªaz est¨¢ formado por varias izquierdas federalistas que, poco a poco, fueron rompiendo con Iglesias. Podemos pronto se destap¨® como una Izquierda Unida 2.0 ¡ªlo sugiri¨® el mismo ??igo Errej¨®n en 2020¡ª es decir, una izquierda que priorizar¨¢ siempre el conflicto de clase al territorial.
Primero, porque los datos no mienten. Podemos fue visto desde sus inicios como una izquierda de cosmovisi¨®n madrile?a por buena parte de sus votantes, parad¨®jicamente. En el CIS de junio de 2016 la mitad de los electores de Podemos ¡ªsin confluencias¡ª (56,3%) aglutinaba a quienes defender¨ªan el Estado auton¨®mico actual y quienes apostar¨ªan por un Estado m¨¢s centralista, y todo ello, en el momento ¨¢lgido del concepto ¡°plurinacionalidad¡±. La diferencia era abismal compar¨¢ndolo con el votante de En Com¨² Podem: s¨®lo un 15¡ä9% se inclu¨ªa en las categor¨ªas de statu quo y regresi¨®n territorial. Es decir, que en Podemos s¨®lo era plurinacional la confluencia catalana, y otra prueba de ello es que los primeros nunca tuvieron barones propios de facto. El votante de IU (65¡ä8%), la izquierda con aversi¨®n nacionalista, pensaba casi lo mismo sobre el modelo territorial que la presunta izquierda plurinacional salida del 15M.
Segundo, los hechos hablan por s¨ª mismos. El refer¨¦ndum nunca fue una condici¨®n para que Podemos entrara en el Gobierno: la mesa de di¨¢logo fue una cesi¨®n de Pedro S¨¢nchez para lograr los votos de ERC. El partido tampoco ha trabajado en estos a?os para que las instituciones del Estado sean m¨¢s plurinacionales: Ya en 2016 En Com¨² renunci¨® a pedir el grupo propio en el Congreso, como prometieron, sospechando que no lo lograr¨ªan. En definitiva, la plurinacionalidad que Podemos defiende s¨®lo consiste en t¨®picos y alg¨²n deje folcl¨®rico, o en decir cuatro frases en catal¨¢n, euskera o gallego en los m¨ªtines. Es decir, una visi¨®n m¨¢s est¨¦tica que efectiva, ya sea por las limitaciones institucionales o por oportunismo. Es una plurinacionalidad que solo parece existir si ellos le conceden su benepl¨¢cito desde una sede de dentro de la M-30.
Tercero, Podemos bendice el nacionalismo perif¨¦rico siempre que sirva a sus propios fines. El PDeCAT, el PNV o Junts son formaciones que han tolerado en Madrid porque bien apoyaron la moci¨®n de censura contra Mariano Rajoy o permiten a la izquierda gobernar ahora. En cambio, esos mismos partidos son devueltos a la categor¨ªa de ¡°derechas¡± en Catalu?a o Euskadi, endos¨¢ndoles estereotipos variopintos ¨Ccomo en el v¨ªdeo de marras. Si realmente creyeran en la plurinacionalidad amparar¨ªan a las opciones nacionalistas que no son de izquierdas, porque lo contrario es paternalismo. Por ejemplo, el PP o el PSOE han contribuido a desarrollar el Estado auton¨®mico, pactando con PNV o CiU, indistintamente, con independencia de si ambos eran de centroderecha o mediopensionistas porque entend¨ªan que era la opci¨®n legitimada por sus ciudadanos.
En consecuencia, la ¨²nica plurinacionalidad que interesa a Podemos es la de las izquierdas independentistas porque les permite reafirmarse en la cuesti¨®n social y servir al imaginario de la ¡°Rep¨²blica plurinacional¡± que propugnan. E incluso, hasta antes de ayer les ayudaba a ganar votos en territorios como Galicia o Euskadi. Pero las caretas se han ido cayendo. Es por eso que la gente joven prefiere votar a sus izquierdas de proximidad, como ocurri¨® con el BNG en 2020 o 2024, en vez de a izquierdas paternalistas y centralistas ¡ªalgo que tambi¨¦n castig¨® a Sumar el pasado 18 de febrero. Hay muchos n¨²meros de que lo que ocurra este domingo en el Pa¨ªs Vasco acabe reafirmando la tesis de este art¨ªculo.