Cambio de ciclo, mismo Gobierno
PNV y Bildu empatan a esca?os en las elecciones auton¨®micas, pero los peneuvistas podr¨¢n seguir gobernando con el apoyo del PSE
El PNV y EH Bildu han empatado a 27 esca?os en las elecciones auton¨®micas vascas m¨¢s disputadas de las 13 convocatorias que se han sucedido desde 1980, aunque el PNV aventaj¨® a su rival por casi 29.000 votos. La igualdad entre ambas formaciones, que acaba con a?os de hegemon¨ªa peneuvista, demuestra que, desaparecida ETA, que dej¨® las armas en 2011 y se disolvi¨® en 2018, Euskadi ha abierto un nuevo ciclo social y pol¨ªtico con el Estado de bienestar como principal preocupaci¨®n.
El candidato del PNV, Imanol Pradales, que toma el relevo de I?igo Urkullu, ser¨¢ muy probablemente el sexto lehendakari desde la recuperaci¨®n de la democracia. A falta de recontar el voto exterior, la participaci¨®n ha sido decisiva en el resultado final. Un 62,5% de los votantes acudieron a las urnas, casi 12 puntos m¨¢s que en la cita de 2020, celebrada en pandemia, y m¨¢s de dos que hace ocho a?os.
Pese a empatar con Bildu y perder cuatro esca?os, los 12 que logra el PSE garantizan al PNV una c¨®moda mayor¨ªa parlamentaria y repetir, seg¨²n las intenciones que ambos partidos expresaron en la campa?a, la actual coalici¨®n de gobierno. El PNV, que ha gobernado Euskadi desde 1980 ¡ªsalvo el trienio en el que Patxi L¨®pez fue lehendakari (2009-2012)¡ª demuestra la solidez de su electorado, especialmente en Bizkaia, su principal baluarte, que le permite resistir el empuje de Bildu, ganadora en las otras dos provincias. Pese a que su desgaste se viene traduciendo en un paulatino declive electoral, la posibilidad de verse derrotado por primera vez por los abertzales ha movilizado a sus votantes.
Bildu es la fuerza que m¨¢s sube en estos comicios y el s¨ªmbolo evidente de un cambio de ciclo: gana seis esca?os y supera por vez primera ¡ªpara cualquier marca de la izquierda abertzale¡ª el 30% de los votos. Se queda, eso s¨ª, a las puertas de adelantar al PNV, su gran objetivo este domingo. La coalici¨®n soberanista carece de opciones de llegar a Ajuria Enea dado el sistema de elecci¨®n de lehendakari que fija el reglamento del Parlamento vasco, en el que basta la mayor¨ªa simple en segunda votaci¨®n. Desde el final de ETA, la izquierda abertzale ha desarrollado un discurso m¨¢s centrado en la pol¨ªtica social que en la reivindicaci¨®n independentista, a tono con la sociedad vasca. Pese los pasos que ha dado hacia la normalizaci¨®n democr¨¢tica y el reconocimiento a las v¨ªctimas, su deuda con la democracia sigue siendo evidente, como demostr¨® su candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, con su rechazo a reconocer a ETA como grupo terrorista. La parte de la izquierda abertzale que dio apoyo a ETA seguir¨¢ viendo limitada su capacidad de pactar gobiernos mientras no asuma sin eufemismos que ETA no debi¨® existir y haga autocr¨ªtica de su pasado.
Con los 54 esca?os que suman PNV y Bildu ¡ªsobre un total de 75¡ª el de la decimotercera legislatura auton¨®mica ser¨¢ el Parlamento m¨¢s nacionalista de la historia, justo cuando la cuesti¨®n territorial lleva tiempo en la cola de las preocupaciones de los vascos. Con todo, Euskadi tiene pendiente una necesaria actualizaci¨®n de su Estatuto, aprobado en 1979. Es junto a Galicia la ¨²nica comunidad que no lo ha reformado. El fracaso del proc¨¦s en Catalu?a y la propia experiencia del fallido plan Ibarretxe alejaron al PNV de Ortuzar y al Gobierno de Urkullu de las pol¨ªticas m¨¢s identitarias. La ampliaci¨®n del autogobierno figura en el pacto que socialistas y peneuvistas firmaron para la investidura de Pedro S¨¢nchez, pero nada parece indicar que PNV y Bildu pretendan imponer sus postulados m¨¢s extremos a una sociedad que no los comparte.
Los socialistas hicieron de su capacidad de ser decisivos el eje de su campa?a y pueden exhibir como ¨¦xito ganar dos esca?os y garantizar la gobernabilidad. Su ascenso tiene tambi¨¦n una primera lectura nacional: es un bal¨®n de ox¨ªgeno para S¨¢nchez ¡ªel primero desde la investidura y tras el fracaso en Galicia¡ª que ve compensada en las urnas su apuesta por el entendimiento con la realidad nacionalista de la periferia espa?ola.
El espacio de la izquierda confederal es quien m¨¢s acusa el ascenso de Bildu y su implantaci¨®n entre el electorado m¨¢s joven. As¨ª, Podemos firma la gran derrota de esta convocatoria. La formaci¨®n morada lleg¨® a ganar las generales en Euskadi en 2015 y 2016. Desde entonces, la suya en Euskadi ha sido la historia de un declive marcado por las divisiones internas que culmina con su salida del Parlamento de Vitoria al perder sus seis esca?os. Tras su fracaso en Galicia ¡ªy dado que no concurrir¨¢ a las catalanas del 12-M¡ª, se juega su ser o no ser en las europeas. Mientras, Sumar salva los muebles al conseguir un esca?o por ?lava. Quedarse fuera de la C¨¢mara hubiese supuesto un gran da?o para el liderazgo de Yolanda D¨ªaz, que no consigui¨® representaci¨®n en el Parlamento gallego.
El Partido Popular suma un diputado a los seis que ya ten¨ªa, aunque esta vez sin Ciudadanos, con quien concurri¨® en 2020. No logra su objetivo de deshacerse de Vox ni que sus votos sean decisivos, como era su intenci¨®n. El partido de Santiago Abascal ¡ªque comenz¨® su carrera pol¨ªtica en Euskadi de la mano del PP¡ª mantiene el ¨²nico esca?o que ten¨ªa. Y de nuevo, por ?lava.
La previsible continuidad en el Gobierno de Vitoria de la colaboraci¨®n entre PNV y PSE ¡ªdos partidos que se necesitan para gobernar¡ª refuerza la precaria estabilidad de la legislatura en Espa?a y abre un indudable nuevo ciclo en Euskadi.
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