Valor del insulto
Es un error interpretar la injuria en sentido literal, por cuanto su verdadero prop¨®sito no consiste en transmitir conceptos, sino en causar perjuicios morales al pr¨®jimo
Estaba solo, me insultaron y sent¨ª que unas palabras con vocaci¨®n de afrenta se aprestaban a hacerme compa?¨ªa. No me fue posible encontrar cari?o en los rasgos faciales de quien tuvo la deferencia de insultarme, tal vez por mi impericia para distinguir pepitas de afecto en el lodazal de las agresiones verbales. Sostuve unos instantes el insulto en las manos. Pesaba como barra de hierro y su ardor emocional sirvi¨® para calentarme los dedos en una de tantas ma?anas g¨¦lidas de la especie humana. As¨ª como ciertos roedores acopian v¨ªveres en sus guaridas, yo me llev¨¦ a mi casa la preciosa injuria que no me apetec¨ªa compartir con nadie. Las noches de invierno son largas y a uno, en la oscuridad, le puede sobrevenir la urgencia de alimentarse con un insulto de la despensa. Subyace al acto de ofender una cultura a la que muchos no prestan atenci¨®n. ?Ignorar¨¢n lo instructivo que puede resultarles meditar sobre el asunto? En mi pa¨ªs de residencia, para zaherir a un cong¨¦nere, se le vincula de ordinario con la suciedad. Lo llaman cerdo, agujero del culo, saco de basura, y, en fin, le arrojan una andanada de enunciados en los que suele destacar el vocablo mierda. En mi tierra natal se prefiere mencionar de manera desfavorable a la madre del insultado, atribuy¨¦ndole a menudo, sin pruebas concluyentes, la pr¨¢ctica de la prostituci¨®n. Es un error interpretar el insulto en sentido literal, por cuanto su verdadero prop¨®sito no consiste en transmitir conceptos, sino en causar perjuicios morales al pr¨®jimo, administr¨¢ndole por v¨ªa auditiva los agravios que haga falta. Mi amigo Irazoki define el insulto como un fracaso del hombre. Tiene raz¨®n. Insultar revela baja calidad personal, adem¨¢s de un pobre manejo de los recursos m¨¢s elegantes, m¨¢s complejos y acaso m¨¢s efectivos de la inteligencia humana. V¨¦anse la iron¨ªa, la indirecta, la mordacidad, el aplomo dial¨¦ctico. Conque a ver si dej¨¢is de insultar, imb¨¦ciles.
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