S¨¢nchez contra la ultraderecha internacional
Incapaz de aprobar presupuestos y sacar adelante leyes, el presidente se busca enemigos cada vez m¨¢s grandes
La mayor¨ªa de los pol¨ªticos son enfermos de la atenci¨®n, como otros trabajadores de la industria del entretenimiento (aunque ahora exigimos a los artistas una rectitud moral de la que eximimos a los pol¨ªticos). F¨¦lix Romeo escribi¨® que Hugo Ch¨¢vez, a diferencia de tiranos cl¨¢sicos que trataban de provocar temor ¡ªcomo Stalin o Franco¡ª, era el primer dictador humorista de la historia. El presidente argentino Javier Milei pertenece a la estirpe de dirigentes contempor¨¢neos que rechazan el decoro po¨¦tico: el representante m¨¢s c¨¦lebre es Donald Trump. Milei no habla como se espera de alguien que ocupa su puesto. Ejemplifica la observaci¨®n de Salman Rushdie: La desverg¨¹enza es el arma p¨²blica m¨¢s eficaz de nuestro tiempo. Aunque Pedro S¨¢nchez no tiene las formas rupturistas de Milei y normalmente cultiva un aire m¨¢s institucional, tambi¨¦n practica lo que V¨ªctor V¨¢zquez ha llamado la pol¨ªtica del pospudor: quiz¨¢ el ejemplo m¨¢s claro fue la carta compungida donde anunciaba cinco d¨ªas de reflexi¨®n.
Es una descortes¨ªa ir a un pa¨ªs e insultar al presidente del Gobierno de esa naci¨®n y a su familia. Tampoco fueron edificantes otras actuaciones del Ejecutivo espa?ol hacia el presidente argentino: no felicitarle por ganar las elecciones, decir que el suyo es un gobierno del odio (como hizo Yolanda D¨ªaz) o sugerir que iba drogado (como hizo ?scar Puente). Pero eso no excusa el mal comportamiento.
El parip¨¦ beneficia a los dos entertainers: Milei puede hacer fuegos de artificio y S¨¢nchez obtiene una historieta para las elecciones europeas, que adem¨¢s incomoda al Partido Popular. Si su presidencia, como ha escrito Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz, tiene algo de serie de Netflix, este conflicto diplom¨¢tico ofrece una nueva trama. Es una trayectoria ascendente. Entre los problemas que se ha propuesto resolver est¨¢n la crisis catalana, la pobreza infantil y la vivienda. A punto de conseguir la paz en Oriente Pr¨®ximo (mientras su vicepresidenta segunda repite un eslogan, ¡°Palestina ser¨¢ libre del r¨ªo hasta el mar¡±, que pide la destrucci¨®n de Israel) pero incapaz de aprobar los presupuestos y sacar adelante leyes en el Parlamento, se ha dado cuenta de que su adversario habitual de las campa?as, Vox, est¨¢ muy visto y es poca cosa: ahora es S¨¢nchez contra la ultraderecha internacional. Posiblemente, tras las elecciones europeas, la amenaza sea intergal¨¢ctica. El objeto que atraves¨® el cielo de nuestro pa¨ªs el domingo puede ser un aviso. El adversario del presidente tiene que ser cada vez m¨¢s grande, porque su cr¨¦dito es cada vez m¨¢s peque?o.
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