La oportunidad de la amnist¨ªa
Es el grueso de la sociedad catalana antes que un sector de las ¨¦lites pol¨ªticas quien est¨¢ desactivando desde hace a?os la polarizaci¨®n del ¡®proc¨¦s¡¯
La tarde de la aprobaci¨®n de la Ley de Amnist¨ªa llov¨ªa en Girona. Ten¨ªa algo de tiempo para pasear, pero no llevaba paraguas y para no quedar completamente empapado me plant¨¦ cerca del edificio donde deb¨ªa mantener una charla. Era en un extremo de la plaza del 1 de Octubre. Antes se hab¨ªa denominado plaza de la Constituci¨®n, pero en febrero de 2018 el Ayuntamiento cambi¨® el nombre. Ese espacio p¨²blico hab¨ªa sido y seguir¨ªa siendo el epicentro de la protesta durante los tiempos ¨¢lgidos del movimiento independentista. La decisi¨®n municipal de sustituir la referencia a la Carta Magna por el d¨ªa f...
La tarde de la aprobaci¨®n de la Ley de Amnist¨ªa llov¨ªa en Girona. Ten¨ªa algo de tiempo para pasear, pero no llevaba paraguas y para no quedar completamente empapado me plant¨¦ cerca del edificio donde deb¨ªa mantener una charla. Era en un extremo de la plaza del 1 de Octubre. Antes se hab¨ªa denominado plaza de la Constituci¨®n, pero en febrero de 2018 el Ayuntamiento cambi¨® el nombre. Ese espacio p¨²blico hab¨ªa sido y seguir¨ªa siendo el epicentro de la protesta durante los tiempos ¨¢lgidos del movimiento independentista. La decisi¨®n municipal de sustituir la referencia a la Carta Magna por el d¨ªa fundacional del refer¨¦ndum, que se replicar¨ªa en diversos lugares de la geograf¨ªa catalana, ten¨ªa una potente dimensi¨®n simb¨®lica. Medio a?o despu¨¦s de aquel cambio particip¨¦ en la ciudad en un acto de discusi¨®n sobre el significado del 1 de Octubre. Entre el p¨²blico se sentaba un grupo de militantes socialistas, incluida la portavoz. Los increparon. Ellos eran pocos y, m¨¢s que con rabia, respondieron con dolor. En aquel momento, en la ciudad que hab¨ªa gobernado Carles Puigdemont, eran la cuarta fuerza. En las elecciones de mayo de 2023 el grupo del PSC gan¨® las elecciones. Las ¨²ltimas municipales que hab¨ªan ganado hab¨ªan sido las de 2007.
En Catalu?a la polarizaci¨®n provocada por el proc¨¦s vivi¨® su momento clim¨¢tico durante el ¨²ltimo trimestre de 2017. La participaci¨®n en las elecciones celebradas el 21 de diciembre, convocadas en virtud del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n, result¨® ser la m¨¢s alta de todo el per¨ªodo democr¨¢tico: roz¨® el 80%. Y gan¨® Ciudadanos, partido que de manera program¨¢tica impugnaba el consenso catalanista de la Transici¨®n y al que votaron m¨¢s de un mill¨®n cien mil catalanes. Ahora, durante la ¨²ltima campa?a electoral, su discurso sigui¨® instalado en el marco ideol¨®gico que les dio su triunfo est¨¦ril. Pero el pasado 12 de mayo no les llegaron a votar ni 22.000 personas. Tras el recuento electoral, se quedaron fuera del Parlament, en el que se estrenaron en 2006. Esta desaparici¨®n est¨¢ emparentada con la consolidaci¨®n del voto espa?olista y contrasta con la p¨¦rdida de apoyos al independentismo. Si no me he descontado, a pesar del aumento del censo y sumando los votos al independentismo xen¨®fobo, el bloque ha recibido 700.000 votos menos que en 2017.
Una de las causas de esa abstenci¨®n es que, desde la aprobaci¨®n de los indultos hasta la Ley de Amnist¨ªa, muchos independentistas han podido ir cortando el cord¨®n emocional con sus l¨ªderes encarcelados o encausados, aquellos que les prometieron lo que sab¨ªan o ignoraban que no pod¨ªan cumplir. Con el perd¨®n razonado desde la Constituci¨®n, ese tiempo de excepci¨®n acaba. Claro que hay quien fantasea con provocar la repetici¨®n de las elecciones para crear otra plataforma independentista ¡ªlo escribi¨® esta semana en el Ara Artur Mas, nuestro David Cameron¡ª, retrotraernos a la din¨¢mica de bloques y as¨ª galvanizar de nuevo a un sector de la ciudadan¨ªa que ya no puede mandar m¨¢s se?ales para expresar su agotamiento. Al mismo tiempo, el argumento sobre la fractura interna catalana, que visibiliz¨® el triunfo de Ciudadanos en su d¨ªa, ya no sirve para explicar la Catalu?a de los ocho millones. La polarizaci¨®n del proc¨¦s, que tuvo su correlato electoral, va siendo desactivada desde hace m¨¢s de un lustro. Ha sido antes el grueso de la sociedad que un sector de las elites pol¨ªticas. Para esa sociedad hoy existe una oportunidad de reactivar un pa¨ªs fatigado porque, ahora por fin, es posible echar al olvido ese pasado reciente de dolor c¨ªvico. Ser¨ªa una l¨¢stima desaprovecharla o sabotearla. Por suerte en Girona no ha dejado de llover mientras el tren vuelve a acumular retraso.