Votar a un criminal
El futuro de Trump est¨¢ entero en manos de los electores. Si no gana, la maquinaria de la justicia proseguir¨¢ imperturbable su trabajo, pero a nadie se le oculta que tampoco reconocer¨¢ la derrota
No es inusual que un gobernante termine condenado por un tribunal e incluso sea encarcelado. M¨¢s dif¨ªcil es que suceda lo contrario, que un criminal condenado sea elegido para dirigir un pa¨ªs. Esta sombr¨ªa oportunidad est¨¢ al alcance de los ciudadanos de Estados Unidos en la elecci¨®n presidencial del pr¨®ximo 5 de noviembre en la que previsiblemente se enfrentar¨¢n Joe Biden y Donald Trump.
La condena de este ¨²ltimo por...
No es inusual que un gobernante termine condenado por un tribunal e incluso sea encarcelado. M¨¢s dif¨ªcil es que suceda lo contrario, que un criminal condenado sea elegido para dirigir un pa¨ªs. Esta sombr¨ªa oportunidad est¨¢ al alcance de los ciudadanos de Estados Unidos en la elecci¨®n presidencial del pr¨®ximo 5 de noviembre en la que previsiblemente se enfrentar¨¢n Joe Biden y Donald Trump.
La condena de este ¨²ltimo por 34 delitos de falsificaci¨®n de registros contables, con los que encubri¨® el soborno para tapar la boca de una actriz pornogr¨¢fica en mitad de una campa?a presidencial, no basta en Estados Unidos para desposeerle de sus derechos electorales como sucede con muchos convictos en numerosos Estados. La imaginaci¨®n de los padres fundadores no lleg¨® tan lejos como para prever que un delincuente condenado pudiera aspirar a presidir el pa¨ªs, hiciera campa?a desde una celda de la c¨¢rcel e incluso llegara a la Casa Blanca. Los legisladores solo introdujeron esta prohibici¨®n para los dirigentes confederales que se levantaron contra Abraham Lincoln en la guerra de secesi¨®n en 1861, y de ah¨ª la enmienda constitucional que excluye a los insurrectos de todos los cargos p¨²blicos, tambi¨¦n la presidencia.
Como Al Capone, entre rejas por defraudar al fisco y no por sus numerosos y sangrientos cr¨ªmenes, a Donald Trump solo le han pillado en Nueva York por unos delitos menores, comparados con la conspiraci¨®n criminal que organiz¨® para proclamarse vencedor de las elecciones despu¨¦s de haberlas perdido, incluyendo el asalto insurreccional del Capitolio en 2021 con el que quiso impedir la certificaci¨®n de su derrota. Gracias al apoyo incondicional del partido republicano, salv¨® dos procesos de destituci¨®n o impeachment incoados por la C¨¢mara de Representantes, y gracias a los jueces conservadores, especialmente los que ¨¦l mismo ha nombrado para el Tribunal Supremo, ha conseguido aplazar los procesos penales que pod¨ªan echarle de la campa?a para despu¨¦s de la fecha electoral y de la eventual victoria que le permitir¨ªa amnistiarse a s¨ª mismo.
El futuro de Trump est¨¢ entero en manos de los votantes. Si no sale elegido, la maquinaria de la justicia proseguir¨¢ imperturbable su trabajo, pero a nadie se le oculta que tampoco reconocer¨¢ la derrota. No la reconoci¨® en 2020 ni admiti¨® que su victoria de 2016 no fue por votos populares, tres millones menos que Hillary Clinton, sino por el anacr¨®nico e injusto sistema electoral. Si alcanza la victoria, habr¨¢ obtenido la impunidad respecto a los delitos pasados y la inmunidad de cara a los futuros. Un monarca absoluto, en definitiva. Ser¨¢ la hora de su venganza. No se echar¨¢n a temblar tan solo la OTAN, Ucrania o Palestina. Un notable intelectual conservador como Robert Kagan ha dedicado su m¨¢s reciente libro a denunciar la rebeli¨®n antiliberal que Trump encabeza con el objetivo de destruir la Constituci¨®n, la democracia y las libertades de su pa¨ªs.