El libro de tu verano
Los lectores escriben sobre las buenas lecturas, la guerra en Gaza, la nueva huida de Puigdemont y la financiaci¨®n auton¨®mica
Si al besar a alguien no sientes el incontenible deseo de querer quedarte su lado, vuestra historia ha acabado. Tambi¨¦n ocurre con los libros: si no lees sus p¨¢ginas con absoluto desenfreno y quieres devorarlas de un plumazo, ese libro no es para ti. D¨¦jalo. Ya no me da verg¨¹enza dejar libros a medias, porque un contenido inadecuado para m¨ª ser¨¢ perfecto para otros. No tengo complejo en ponerle el final en una p¨¢gina distinta a la que escribi¨® el autor, con la mejor de las intenciones. Es justicia. Por ello, hago apolog¨ªa de dejar los libros a medias, porque siempre hay una historia a tu medida esperando ser descubierta. El tiempo es limitado, y el verano avanza tan r¨¢pido como la vida misma. Ya es hora de que dejemos de ser espectadores para que nos convirtamos en protagonistas de una historia apasionada; por amor, a los libros que nos atrapan y a quien no queremos dejar de besar.
Juan Antonio Pav¨®n Carre?o. Dos Hermanas (Sevilla)
Diez meses de horror
Se han cumplido 10 meses de horror y barbarie llevadas a cabo por el ej¨¦rcito israel¨ª sobre la poblaci¨®n civil de Gaza, en una represalia inmisericorde tras los atentados terroristas perpetrados por Ham¨¢s que causaron la muerte de 1.200 israel¨ªes y el secuestro de otros 250. En este tiempo han fallecido casi 40.000 gazat¨ªes, la mayor¨ªa mujeres y ni?os, am¨¦n de centenares de miles de desplazados en una Franja asolada, en donde Israel se ha saltado todas las l¨ªneas rojas del derecho internacional y las resoluciones de la ONU. ?Qu¨¦ m¨¢s ha de suceder para el alto el fuego de una vez por todas tras tanta muerte y dolor?
Francisco Jos¨¦ Eguibar Padr¨®n. Madrid
La locura del escapista
La puesta en escena de Puigdemont me hace preguntarme por qu¨¦ lo hizo. Quiz¨¢s esperaba m¨¢s gente, m¨¢s marea para que una elecci¨®n, la de Salvador Illa, no se produjera, un trumpismo en toda regla. Lo que est¨¢n consiguiendo es que otros nacionalistas, de Euskadi entre ellos, se atufen de tanto jugar al escondite, del s¨ª pero no, y es que muchos ven, como el rey del cuento, a Puigdemont desnudo, y para sus allegados est¨¢ bien vestido y con un flequillo impecable.
Jos¨¦ Ram¨®n Iribar Argote. San Sebasti¨¢n
Financiaci¨®n
Ahora que se habla de fiscalidad territorial, habr¨ªa que abrir un aut¨¦ntico debate nacional para conseguir un reparto igualitario y solidario de los recursos entre todas las comunidades. ?No ser¨ªa mejor eliminar los privilegios de Navarra y Pa¨ªs Vasco que a?adir un agravio m¨¢s con la financiaci¨®n singular catalana? Se evitar¨ªa que los territorios ricos dejen de aportar la cuota que les corresponde. No es tan dif¨ªcil; solo hablar para conseguir m¨¢s solidaridad territorial. Hay que evitar la divisi¨®n entre espa?oles. Lo contrario podr¨ªa animar a que los ciudadanos m¨¢s pudientes planteen una objeci¨®n fiscal.
Antonio Carretero. Castell¨®n
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