Liderazgos t¨®xicos

Salvando las diferencias, los casos del Partido Republicano de EE UU y de Junts en Catalu?a ofrecen algunas reflexiones. Cuando el l¨ªder de una formaci¨®n pol¨ªtica la canibaliza a su antojo hasta convertirla en poco m¨¢s que un despojo de extremismos, cabe preguntarse a qu¨¦ esperan las bases para deshacerse de ¨¦l. ?A qu¨¦ esperan los republicanos y Junts a deshacerse de Donald Trump y de Carles Puigdemont para recuperar algo de cordura institucional y de servicio a la ciudadan¨ªa? Un somero repaso hist¨®rico muestra que, cuando esto ocurre, el supuesto l¨ªder carism¨¢tico ha terminado succionando a su grupo, al que luego le ha costado mucho recuperarse ¡ªsi es que finalmente lo ha conseguido¡ª. Centr¨¢ndonos en el caso catal¨¢n, llama la atenci¨®n que personas sensatas, con excelente formaci¨®n y que han ocupado cargos relevantes en la direcci¨®n pol¨ªtica de Catalu?a, se sometan al estruendo verbenero de un tipo t¨®xico y desquiciado.

Enrique Ramos Bujalance. Madrid

Los Juegos de la desesperaci¨®n

Estos d¨ªas, hemos visto los triunfos de los nadadores en la piscina de Par¨ªs. A miles de kil¨®metros de distancia, se produce otra competici¨®n, pero en este caso los nadadores se juegan la vida al intentar pasar a Europa desde Marruecos a trav¨¦s de la frontera del Tarajal de Ceuta. Algunos meses, 3.000 nadadores se tiran al mar. En ocasiones, en una noche son 200, en unos Juegos Ol¨ªmpicos de la desesperaci¨®n. En esta competici¨®n, el podio es llegar a Europa; muchos mueren en el intento. En la oscuridad de la noche, la desigualdad lacerante de nuestro mundo convoca todos los d¨ªas este dram¨¢tico torneo.

Avelino Pascual Ornia. Oviedo

El poder de la palabra

Algunas personas no son conscientes del impacto que tienen los discursos, art¨ªculos, textos o conversaciones en nuestra sociedad. Muchas creen que hablar y escribir es una simple habilidad o medio que tenemos para expresar y comunicar, cuando, en realidad, es mucho m¨¢s que eso. A trav¨¦s de la palabra motivamos acciones, transmitimos sentimientos; podemos romper un coraz¨®n o sanarlo, porque con las palabras podemos herir tambi¨¦n. Sin embargo, podemos utilizarlas para cambiar mentalidades, para aportar nuestro granito de arena, para conectar a personas. Por eso, deber¨ªamos saber que tenemos un poder, uno que no deber¨ªamos subestimar: el poder de la palabra.

Patricia In¨¦s Su¨¢rez. Las Palmas de Gran Canaria

La situaci¨®n de Cuba

M¨ªnimo la enfermedad, m¨¢ximo la miseria: as¨ª est¨¢ Cuba. Sin comida (salvo el ej¨¦rcito y la polic¨ªa). Sin medicinas ni material hospitalario, proporcionado por los pacientes. Cada esquina es un basurero. Hay cortes de electricidad eternos. No hay reactivos para anal¨ªticas... Se puede ampliar la lista. Nos centramos en Ucrania y Palestina, pero en Cuba tambi¨¦n mueren de infecciones e inanici¨®n. Por favor, m¨¢s humanidad.

Sergio Velasco Ferrer. Sant Pere de Ribes (Barcelona)