Necesitamos hombres valientes

Una ser¨ªa mucho, pero son ya dolorosamente demasiadas las mujeres v¨ªctimas de agresiones, abusos y asesinatos por parte de sus parejas. Las mujeres ya hemos dado pasos valientes con movimientos como el Me Too o el #Seacab¨®. Valientes son todas esas mujeres que vencen sus miedos y denuncian al agresor. Pero ahora es necesario un paso hist¨®rico: ?que se oiga la voz de los hombres con un No atronador contra la violencia machista! Porque solo cuando toda la sociedad arrincone a los agresores podremos dar un salto may¨²sculo hacia la igualdad. Convoquemos la mayor manifestaci¨®n contra la violencia machista, que los hombres lleven pancartas, hombres referentes. Necesitamos que nuestros j¨®venes vean a sus ¨ªdolos posicionados contra la violencia contra las mujeres. Que un grito contundente recorra nuestras ciudades y pueblos: ¡°?No, no y no! ?Ni una m¨¢s!¡±. Necesitamos a hombres valientes para caminar juntos.

Margarita Gonz¨¢lez Com¨ªn. Barcelona

Vivienda p¨²blica ya

Toda una generaci¨®n de j¨®venes y no tan j¨®venes que esperan una vivienda asequible, y el caprichoso mercado inmobiliario est¨¢ arruinando la econom¨ªa de las generaciones nuevas, de la clase media trabajadora, que debe dedicar entre el 60% y el 70% de su salario para comprar o alquilar una vivienda. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n espa?ola es quien sufre esta usura de los grandes y peque?os propietarios. Los fondos buitre y los inhumanos propietarios se est¨¢n enriqueciendo a costa de empobrecer a toda una generaci¨®n de ciudadanos. Es el momento de la regulaci¨®n para que todas y todos puedan vivir justamente.

Victorio Mart¨ªnez Armero. M¨®stoles (Madrid)

El sufrimiento humano

Los recientes ataques de Israel en L¨ªbano, cuyo objetivo era debilitar las capacidades de Hezbol¨¢, han causado v¨ªctimas y heridos que nos vuelven a recordar el coste humano de los conflictos en Oriente Pr¨®ximo. Si bien Israel argumenta que act¨²a en defensa de su pueblo, los ataques causan numerosos muertos y heridos. Los ciudadanos comunes son los que sufren las consecuencias m¨¢s graves. Ni?os y familias enteras est¨¢n envueltos en una disputa que parece no tener fin. La comunidad global no puede permanecer en silencio. Necesitamos tomar medidas contundentes para fomentar la paz y el di¨¢logo.

Mirta Figueras Albroser. Viladecans (Barcelona)

Un d¨ªa de madre

Y de repente tienes hijos. Miras la ¨²ltima rebanada de pan con deseo mientras piensas que es para ellos. Dejo de ser la primera en mi lista de prioridades para pasar al ¨²ltimo puesto. Trabajo dentro y fuera de casa para que no les falte de nada. Llego exhausta despu¨¦s de la jornada laboral, abro la puerta de casa y, con el tintineo de las llaves, se ponen alerta, como sabuesos. Mientras se cierra la puerta, escucho los pies descalzos corriendo, acerc¨¢ndose muy r¨¢pido. Se abalanzan sobre m¨ª. Me fundo en un hermoso abrazo y noto c¨®mo todo lo malo del d¨ªa fluye escap¨¢ndose de mi cuerpo. Mi coraz¨®n late fuerte, mi mente se relaja, la tensi¨®n acumulada se disipa en una l¨¢grima y me invade una tremenda felicidad. Ha merecido la pena.

Belinda Pelaz S¨¢nchez. Galdakao (Bizkaia)