?Matar a Europa para salvar a Europa?
El plan Meloni no es una soluci¨®n, sino una extraordinaria operaci¨®n de marketing para normalizar el rechazo al diferente y traicionar nuestros valores. Que no nos enga?en
Atenci¨®n, cuidado: los l¨ªderes europeos se han olvidado de lo que representan y debemos record¨¢rselo. Por favor, l¨ªderes, lean esto: art¨ªculo 19 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Uni¨®n Europea: ¡°Se proh¨ªben las expulsiones colectivas¡±. Art¨ªculo 18: ¡°Se garantiza el derecho de asilo¡±. Etc¨¦tera.
Pero esto es m¨¢s grave. Su problema de memoria acucia y no solo alcanza a esta Carta que deber¨ªan tener ya injertada como un chip en sus volubles cerebros, sino que alcanza a los or¨ªgenes mismos de la Uni¨®n q...
Atenci¨®n, cuidado: los l¨ªderes europeos se han olvidado de lo que representan y debemos record¨¢rselo. Por favor, l¨ªderes, lean esto: art¨ªculo 19 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Uni¨®n Europea: ¡°Se proh¨ªben las expulsiones colectivas¡±. Art¨ªculo 18: ¡°Se garantiza el derecho de asilo¡±. Etc¨¦tera.
Pero esto es m¨¢s grave. Su problema de memoria acucia y no solo alcanza a esta Carta que deber¨ªan tener ya injertada como un chip en sus volubles cerebros, sino que alcanza a los or¨ªgenes mismos de la Uni¨®n que nos protege, nos alberga, nos hace m¨¢s fuertes y nos proyecta como ejemplo de una experiencia de paz envidiada en todo el mundo. Esta comunidad naci¨® precisamente para paliar la debilidad del continente tras la II Guerra Mundial, para evitar otra, para garantizar la paz y el bienestar y forjar un territorio seguro. Decir Europa era como decir ¡°casa¡± en esos juegos en que uno pod¨ªa desbocarse entre peligros que acechaban hasta subir al pelda?o adecuado que te libraba de ellos. Eso incluy¨® acoger a quienes hu¨ªan del Este, poblaci¨®n desafortunada que cay¨® bajo el manto fr¨ªo del comunismo, y tambi¨¦n a los espa?oles que necesitaron un horizonte decente que no les daba el franquismo. M¨¢s tarde, a quienes lograron cruzar el Mediterr¨¢neo en su huida de la guerra de Siria. Etc¨¦tera.
Hoy, numerosos l¨ªderes de todas las ideolog¨ªas (promueve la Italia posfascista, pero aplaude la socialdemocracia danesa o la derecha espa?ola) traicionan los valores europeos para salvar, supuestamente, a Europa. La creen amenazada por musulmanes, africanos o asi¨¢ticos a cuyos antepasados ¡ªen general¡ª antes saquearon los nuestros hasta dejar sus pa¨ªses temblando, sin recursos. Y son capaces de ignorar el drama demogr¨¢fico que se avecina si todos envejecemos sin relevo.
El plan de Meloni para expulsar migrantes a Albania no solo no es soluci¨®n, como no lo era el plan brit¨¢nico de echarles a Ruanda, y su ¨²nica eficacia es la ideol¨®gica, porque es solo una exhibici¨®n de fascismo, una extraordinaria y car¨ªsima operaci¨®n de marketing para normalizar el rechazo al diferente. Alzar la bandera de la ultraderecha y establecer al otro como un paria al que no debemos tolerar es el objetivo de una pol¨ªtica desalmada que en ¨²ltima instancia busca destruir y traicionar precisamente la Europa que conocemos, y no salvarla. Que no nos enga?en.
Tras el fin de la Guerra Fr¨ªa, los ingenuos confiamos en que el esp¨ªritu de libertades iba a contagiar a las dictaduras que perviv¨ªan. Por el contrario, es el modo tir¨¢nico el que ha permeado nuestras democracias. Lo argumenta con mucha raz¨®n Anne Applebaum en su pr¨®ximo libro, Autocracias S.A. Nos queda rogarlo: no traicionen a Europa, no nos hagan tan parecidos a Trump. Una decisi¨®n judicial basada en una sentencia previa del TJUE trunc¨® ayer el estreno del plan Meloni. Gracias a Europa. A¨²n.