Bloqueo inhumano en Gaza
El Gobierno de Netanyahu sigue incumpliendo su obligaci¨®n de facilitar la llegada de ayuda a la Franja pese al ultim¨¢tum de EE?UU
La idea de asedio medieval en Gaza ha dejado de ser una met¨¢fora. La hambruna se agrava en la Franja, pero Benjam¨ªn Netanyahu sigue sometiendo a los civiles a un bloqueo que, seg¨²n datos de las propias autoridades israel¨ªes, hace que la ayuda humanitaria y los suministros esenciales est¨¦n bajo m¨ªnimos. Y todo ello a pesar de las presiones de la actual Administraci¨®n de Estados Unidos. Hace ahora un mes, Netanyahu recibi¨® una carta de los secretarios de Estado, Antony Blinken, y de Defensa, Lloyd Austin, quienes le conminaban a cumplir en un plazo de 30 d¨ªas con sus obligaciones como fuerza ocupante respecto a la poblaci¨®n palestina. En caso contrario, advert¨ªan, Washington valorar¨ªa la gravedad del incumplimiento a la hora de mantener el suministro de armas al ej¨¦rcito de Israel.
Joe Biden tiene pues en su mano, aunque muy a destiempo, la palanca para convencer a Netanyahu de que cumpla con el derecho internacional humanitario. A destiempo porque la carta lleg¨® tras un a?o de bombardeos indiscriminados y con un plazo que se cerraba despu¨¦s de las elecciones estadounidenses. De hecho, el presidente electo, Donald Trump, est¨¢ ya negociando el futuro de la guerra y de los territorios palestinos. El momento no puede ser m¨¢s desesperante tanto para los gazat¨ªes como para los familiares de los rehenes israel¨ªes. La guerra prosigue, aunque no se sabe muy bien con qu¨¦ objetivo una vez liquidada la c¨²pula militar de Ham¨¢s. Tampoco existen expectativas de liberaci¨®n de los rehenes: no se ha conseguido por medios militares y ya no hay negociaci¨®n alguna para conseguirla. Qatar, el principal mediador, ha renunciado a ese papel y, a instancias de Washington, ha pedido a la direcci¨®n pol¨ªtica de la milicia islamista que abandone Doha, donde ten¨ªa su cuartel general.
Sin obviar el enorme simbolismo que tendr¨ªan en el caso de que Biden las impusiera, las sanciones ser¨ªan ef¨ªmeras dado que, previsiblemente, Trump las levantar¨ªa en cuanto pisase el Despacho Oval. La victoria del magnate republicano ha desatado la euforia en la extrema derecha israel¨ª, que ya ha expresado a trav¨¦s del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, su expectativa de anexionar el pr¨®ximo a?o las colonias de Cisjordania. Las ¨²nicas sanciones impuestas por EE UU a lo largo de la guerra han sido las dirigidas contra una docena de colonos que atacaron de forma violenta a la poblaci¨®n palestina. Tambi¨¦n la Uni¨®n Europea ha sancionado, por los mismos motivos, a diversos colonos y ha anunciado, por boca del ministro de Exteriores franc¨¦s, Jean-No?l Barrot, nuevas medidas si se produce la anexi¨®n territorial.
La prolongaci¨®n de las operaciones militares en el norte de la Franja dif¨ªcilmente puede separarse de las ambiciones colonizadoras de la ultraderecha israel¨ª. Es de temer que este sea el objetivo que ha guiado la guerra, que, adem¨¢s, conseguir¨ªa arruinar el objetivo pac¨ªfico de los dos Estados defendido por la Casa Blanca de Biden y por la Uni¨®n Europea y denigrado por quien gobernar¨¢ en Washington a partir del pr¨®ximo 20 de enero. El inminente giro en la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos respecto a Oriente Pr¨®ximo pondr¨¢ a prueba la autonom¨ªa estrat¨¦gica de la Uni¨®n Europea, que deber¨ªa incrementar las sanciones contra los colonos violentos, presionar para garantizar la ayuda humanitaria y luchar por un alto el fuego que no reduzca a cenizas definitivamente los principios de la Declaraci¨®n de Venecia de 1980, base de los Acuerdos de Oslo y del reconocimiento del Estado palestino junto al Estado israel¨ª.