X, una batalla decisiva
La plataforma de Musk ya no es solo una red, sino un imponente aparato de comunicaci¨®n pol¨ªtica al servicio de fuerzas radicales en todo el mundo
Si est¨¢n pensando en cerrar su cuenta de X, les sugiero que, antes de salir, busquen el perfil de Elon Musk y consulten las casi 40 publicaciones que ha dedicado, solo durante el mes de noviembre, a denigrar el trabajo de los medios de comunicaci¨®n tradicionales, los legacy media, sean estos medios impresos, cadenas de radio o televisi¨®n. ¡±Est¨¢n muriendo¡±, ¡±Te mintieron¡±, ¡°Quieren destruir la libertad de expresi¨®n¡±, ¡°El periodismo ciudadano es la ¨²nica manera de escapar de la maquinaria de propaganda de los medios tradicionales¡±, ¡±Los medios de comunicaci¨®n tradicionales son el brazo de propaganda de los izquierdistas radicales, por lo que perseguir¨¢n inmediatamente a cualquiera que simplemente quiera pol¨ªticas centristas y justicia para todos¡±.
Este acoso y derribo al periodismo ha constituido uno de los ejes centrales de su campa?a electoral y, a tenor de los resultados, ha calado en amplios sectores de la sociedad estadounidense. Donald Trump ha ganado las elecciones, pero Musk contin¨²a atacando a los periodistas con id¨¦ntico nivel de dedicaci¨®n y virulencia, lo que responde a la necesidad de intentar liquidar al ¨²nico gran contrapoder que parece quedar en su camino.
The legacy media is dying
— Elon Musk (@elonmusk) November 13, 2024
The legacy media lied to you
— Elon Musk (@elonmusk) November 8, 2024
pic.twitter.com/TuylN2IqYi
Citizen journalism is the only way to break out of the legacy media propaganda machine.
— Elon Musk (@elonmusk) November 3, 2024
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Las elecciones de Estados Unidos han consolidado la posici¨®n de Musk como actor pol¨ªtico global e impulsor de un ecosistema de informaci¨®n que rompe todos los moldes y que est¨¢n siguiendo con entusiasmo los partidos populistas de todo el mundo. Muchos ciudadanos parecen sentirse ahora c¨®modos chapoteando en la mezcolanza de informaci¨®n y desinformaci¨®n y dan por bueno el men¨² de actualidad que les proporcionan sus influencers ideol¨®gicos favoritos plagado de v¨ªdeos y memes de ¡°choteo digital¡± a los oponentes pol¨ªticos. Para qu¨¦ leer un art¨ªculo cuando uno puede indignarse a gusto, llorar de la emoci¨®n o echarse unas risas con las ocurrencias de decenas de usuarios que arremeten contra uno de los ahora designados ¡°enemigos del sistema¡±: periodistas, cient¨ªficos, jueces... Si la democracia necesita ciudadanos informados para sobrevivir, las autocracias que est¨¢n ocupando el terreno precisan de comunidades de seguidores para nutrir una realidad alternativa esculpida a golpe de bulos.
En el Twitter de las mil caras conviven hoy la pornograf¨ªa, la comunicaci¨®n de gobiernos e instituciones, las loas a Hitler, los servicios de emergencia, las estafas financieras y, en breve, la publicidad de empresas respetables que anuncian su regreso a X, ahora que ha ganado Musk. X ya no es solo una red social; es un imponente aparato de comunicaci¨®n pol¨ªtica al servicio del pr¨®ximo Gobierno de un pa¨ªs y de fuerzas radicales en todo el mundo. Una poderosa m¨¢quina de propaganda que crece y crece, alimentada en parte por la pasividad de los reguladores nacionales y europeos ante todos sus excesos. Caminamos hacia una colisi¨®n de modelos pol¨ªticos, sociales y de comunicaci¨®n que tendr¨¢ en X uno de sus principales escenarios con la desinformaci¨®n y la manipulaci¨®n de masas como armas preferentes.
Este conflicto necesita periodistas sobre el terreno, corresponsales en esta guerra que nos ha tocado vivir, profesionales que comprendan sus din¨¢micas, identifiquen a los actores de las contiendas m¨¢s sucias, denuncien todos los abusos y coloquen a los poderes p¨²blicos frente a su silencio c¨®mplice e irresponsable. Es urgente informar a los ciudadanos y recurrir para ello a toda la artiller¨ªa de plataformas y narrativas que nos brinda la era de oro de la comunicaci¨®n digital. Esta es la batalla decisiva del periodismo. Hay que ganar primero y salir de X despu¨¦s.
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