Netanyahu quiere callar a ¡®Haaretz¡¯
El Gobierno israel¨ª aprueba una medida destinada a ahogar financieramente a un peri¨®dico que es cr¨ªtico con sus pol¨ªticas
Acabar con cualquier voz disonante es una de las caracter¨ªsticas de los reg¨ªmenes iliberales, y supone otro paso m¨¢s que ha dado Benjam¨ªn Netanyahu para terminar con la pluralidad period¨ªstica en su pa¨ªs. Diremos una vez m¨¢s que a Israel le asiste el derecho a defenderse de los ataques de Ham¨¢s que ocurrieron el 7 de octubre de 2023, pero lo que puso en marcha Netanyahu a partir de ese momento ha sido una limpieza ¨¦tnica de los palestinos, que la justicia internacional investiga ya como genocidio, y frente a la que no est¨¢ dispuesto a aceptar el m¨¢s m¨ªnimo reproche. El domingo, el Gobierno israel¨ª aprob¨® una ley cuyo objetivo es callar a Haaretz, el ¨²nico peri¨®dico que hasta ahora ha mantenido posiciones cr¨ªticas frente las acciones militares de Netanyahu en Gaza y L¨ªbano y contra la ocupaci¨®n de territorios palestinos.
La norma obliga a cualquier organismo que reciba financiaci¨®n estatal a dejar de anunciarse en el peri¨®dico, a cancelar las suscripciones pagadas por el Estado y a cortar toda comunicaci¨®n con ese medio. O lo que es lo mismo: ahogar econ¨®micamente a Haaretz ¡ªun medio con dos ediciones, en ingl¨¦s y en hebreo, en digital y en papel¡ª y cortarle de paso los hilos que lo conectan con importantes sectores de la sociedad, imprescindibles para realizar cualquier trabajo informativo. Se trata de empujarlo as¨ª a los m¨¢rgenes y convertirlo en un medio de comunicaci¨®n paria, tras a?os de haberse labrado un prestigio indiscutible por su rigor informativo.
El Gobierno israel¨ª justifica la medida se?alando que los editoriales de Haaretz da?an la legitimidad del derecho de Israel a defenderse, para lo que utiliza unas declaraciones que hizo hace poco el director del peri¨®dico, Amos Scho?cken, en Londres. El periodista dijo que Netanyahu pretende imponer ¡°un r¨¦gimen cruel de apartheid a la poblaci¨®n palestina¡± y se refiri¨® a lo que est¨¢ haciendo hoy en Gaza como una segunda Nakba, el t¨¦rmino que usan los palestinos para nombrar la expulsi¨®n de sus hogares entre 1947 y 1949 de m¨¢s de 700.000 habitantes, antes y despu¨¦s de la creaci¨®n del Estado israel¨ª. Schocken habl¨® tambi¨¦n de ¡°luchadores por la libertad de Palestina a los que Israel llama terroristas¡±, aunque tras la pol¨¦mica desencadenada en el pa¨ªs reconsider¨® sus palabras y fue rotundo: ¡°El uso del terrorismo no es leg¨ªtimo¡±.
Con la medida aprobada el domingo, Netanyahu da un paso muy serio para restringir la libertad de expresi¨®n y la pluralidad editorial en su pa¨ªs, un derecho que las democracias est¨¢n obligadas a garantizar para considerarse tales. Netanyahu ya reivindicaba hace 30 a?os el derecho del pueblo jud¨ªo a la totalidad de la ¡°Tierra de Israel¡± y, desde que en 1996 lleg¨® por primera vez al poder, ha ido poniendo en marcha un programa que conduce a la consolidaci¨®n de un ¨²nico Estado, el jud¨ªo. Para conseguirlo no ha dudado en debilitar el Estado de derecho, ya sea con una reforma judicial que limitaba los poderes del Tribunal Supremo, y que fue ampliamente contestada, ya sea por la permisividad con la expansi¨®n disparada de los asentamientos, o ahora con la destrucci¨®n de Gaza y de sus habitantes en respuesta al ataque de Ham¨¢s. Haaretz defiende la idea de los dos Estados y aboga por la convivencia entre pueblos que son distintos. Muchos otros defienden lo contrario. Es la pluralidad de posiciones editoriales en la prensa que define a las democracias. En el Israel de Netanyahu no parece posible. Otro avance m¨¢s en la destrucci¨®n de una democracia que presume de ser la ¨²nica existente en Oriente Pr¨®ximo.