Orgullo de ser aut¨®nomo
Los lectores escriben sobre la explotaci¨®n laboral, la legitimidad del Gobierno, las imposiciones sociales y el uso responsable de los antibi¨®ticos
Llegan los pagos del alquiler, sueldos, seguridad social, aut¨®nomos y otras obligaciones. Ayer, una trabajadora coment¨® que su hija, estudiante de Derecho, hab¨ªa renunciado a un puesto en una gasolinera de Altea porque las condiciones no se cumpl¨ªan: largos per¨ªodos de prueba, contratos cortos y sueldos bajos. Es indignante que empresas con ganancias millonarias incumplan derechos b¨¢sicos. Si afrontaran las mismas exigencias que los aut¨®nomos, muchas estar¨ªan en bancarrota. Estas compa?¨ªas no entienden c¨®mo generar beneficios sin explotar a sus empleados. Por eso, me enorgullece garantizar a mis trabajadores un sueldo justo, estabilidad y respeto. Tratar a los empleados con dignidad no solo es justo; tambi¨¦n mejora la empresa. Las grandes compa?¨ªas han perdido de vista la excelencia y el bienestar, y se centran ¨²nicamente en maximizar beneficios a cualquier precio. Es hora de reivindicar el valor del peque?o empresario como motor de una econom¨ªa ¨¦tica y sostenible.
Jos¨¦ ?ngel Cerrillo Escoriza. Altea (Alicante)
Ni m¨¢s ni menos
El juez Eloy Velasco rechaza lecciones sobre el concepto de consentimiento que ¨¦l dice dominar de sobra desde que estudiaba Derecho Romano¡ Parece, sin embargo, que falt¨® a la clase de Derecho Constitucional dedicada a la democracia parlamentaria. Se?or¨ªa: la legitimidad, toda la legitimidad y nada m¨¢s que la legitimidad para formar Gobierno se la otorga el Congreso de los Diputados ¡ªelegido en las urnas¡ª al candidato que obtiene el voto de la mayor¨ªa de sus miembros para ser investido presidente. Ni m¨¢s ni menos.
Juli¨¢n Salgado Muniosguren. Madrid
A esto lo llaman vivir
Afrontamos diferentes obligaciones, y todas igual de urgentes. Tenemos que ser capaces de pagar el precio de la vivienda, mientras mantenemos una activa vida social, comemos de forma saludable, vamos al gimnasio, hacemos salidas culturales... Tambi¨¦n nos obligan a tener un cierto aspecto f¨ªsico y una buena salud mental, para lo cual consumimos productos y servicios de belleza, psic¨®logos, clases de yoga, retiros espirituales... Viajamos, por supuesto, porque no tiene sentido tener vacaciones si no las empleamos en viajar, gastar y presumir en las redes. Debemos tener pareja para no ser marginados sociales; para esto tambi¨¦n vale pagar las aplicaciones de citas. Y, arriba de la pir¨¢mide, la obligaci¨®n de ser felices ante tanta desigualdad e inhumanidad. A esto lo llaman vivir.
Carmen Mar¨ªa Carreras V¨¢zquez. Valencia
Uso racional de los antibi¨®ticos
Entre los avances sanitarios del ¨²ltimo siglo se sit¨²an los descubrimientos de las diferentes familias de antibi¨®ticos. Se cifran por millones las vidas que estos f¨¢rmacos han contribuido a salvar, y su impacto en el control de infecciones es innegable. La amenaza de la progresiva aparici¨®n de microorganismos resistentes a los antibi¨®ticos se ha erigido como uno de los grandes retos sanitarios. Urge apostar por una educaci¨®n continuada firme entre profesionales, campa?as de difusi¨®n entre la poblaci¨®n y adoptar medidas eficientes para el control en el uso de estos medicamentos.
Jos¨¦ Mar¨ªa Eiros. Valladolid