Lo admito, la Tierra es esf¨¦rica
No es buena idea confundir la coherencia con la cabezoner¨ªa, y no hace falta viajar a la Ant¨¢rtida para comprobar que el planeta no es un disco
Cambiar de opini¨®n tiene mala prensa. Esa mala prensa es comprensible si hablamos de pol¨ªticos en busca de votos, pero aun as¨ª deber¨ªamos mostrarnos m¨¢s predispuestos a reconocer que estamos equivocados porque todos lo estamos en algo, aunque solo sea por estad¨ªstica.
Pensemos en Jeran Campanella, por ejemplo. Campanella tiene un canal de YouTube dedicado a explicar que la Tierra es plana. ?Los v¨ªdeos de la Nasa? Montajes. ?Los astronautas? Actores. ?Los cient¨ªficos? Unos farsantes. Hace unos d¨ªas, viaj¨® a la Ant¨¢rtida en un viaje organizado por un pastor de Colorado, Will Duffy, que puso en marcha lo que llam¨® El experimento final, en el que terraplanistas y terraglobistas fueron a comprobar que en diciembre el Sol no se pone en el Polo Sur, algo que solo pasa en un planeta esf¨¦rico y con el eje inclinado.
La Ant¨¢rtida es un sitio importante para los terraplanistas: seg¨²n sus teor¨ªas, los civiles tienen prohibido visitar el continente, donde adem¨¢s hay un enorme muro de hielo que rodear¨ªa la Tierra. Con esas dos cosas, los terraglobistas podr¨ªan hacer trampa y llevar a los conspiranoicos a cualquier sitio con nieve (Andorra, por ejemplo) para tratar de convencerles de que est¨¢n en el Polo y no hay muro. Pero con lo del Sol, no: o se pone o no se pone. Y no se ha puesto. En un v¨ªdeo que se ha movido tambi¨¦n por X, Campanella admite que estaba equivocado, que no es poca cosa. No llega a decir que la Tierra es redonda, pero s¨ª cuenta que lo que ha visto no encaja con lo que cre¨ªa. No s¨¦ qu¨¦ har¨¢ falta para terminar de convencerle, ?llevarlo al espacio?
Es muy tentador re¨ªrse de Campanella, pero todos actuamos como terraplanistas de vez en cuando y ni siquiera nos llevamos un viaje gratis a la Ant¨¢rtida. Nos creemos personas muy racionales que examinan argumentos de forma concienzuda, pero no suele funcionar as¨ª: nuestras opiniones son intuitivas, emocionales y sesgadas. Como escribe el ensayista Michael Shermer en The Believing Brain, tenemos reacciones instintivas a la informaci¨®n que nos llega: si encaja con nuestras ideas previas, la aceptamos de forma acr¨ªtica; si no encaja, la rechazamos y nos convertimos en v¨ªctimas del sesgo de confirmaci¨®n. Por ejemplo, cuando uno cree que el cambio clim¨¢tico es un cuento, una inundaci¨®n de m¨¢s no le har¨¢ cambiar de idea, porque solo ser¨¢ ¡°algo que ha pasado siempre¡±. Pero un d¨ªa de fr¨ªo s¨ª le reafirmar¨¢ en lo que opina. Primero somos terraplanistas, antivacunas o negacionistas, y luego ya encajamos los titulares en nuestra realidad. Incluso esta columna est¨¢ sesgad¨ªsima, solo hay que ver los ejemplos que he escogido.
Pero la soluci¨®n tampoco es ir dando tumbos y creer la ¨²ltima ocurrencia que nos llegue, que es algo que nos puede ocurrir si pasamos demasiado tiempo en X. Al final, acaba uno como Elon Musk: hace unos a?os aseguraba que no era ni de izquierdas ni de derechas, y este domingo tuite¨® que solo AfD puede salvar Alemania. Es decir, recomienda votar a un partido que, por decirlo suavemente, coquetea con el neonazismo.
Estamos ante dos riesgos: por un lado, es absurdo mantener las mismas ideas que cuando ten¨ªamos 20 a?os, como si entonces ya lo supi¨¦ramos todo. Pero, por otro, podemos terminar pensando que las vacunas contienen nanochips. Es posible que los dos riesgos partan del mismo error, el de creer que somos m¨¢s listos que nadie: tenemos raz¨®n desde siempre y adem¨¢s somos tan inteligentes que no nos enga?an los poderes ocultos que nos quieren hacer pensar que los neonazis son mala gente, cuando solo pretenden defender sus fronteras o, como dec¨ªa cierto pintor nacido en Austria, su Lebensraum.
Es dif¨ªcil darnos cuenta de cu¨¢ndo hemos metido la pata. Pero s¨ª podemos tener claras un par de cosas: si alguien nos lleva al Polo Sur solo para demostrarnos que estamos equivocados, o si acabamos defendiendo a nazis en las redes sociales, es muy probable que estemos perdid¨ªsimos y que haya llegado el momento de parar y dar media vuelta.