Teor¨ªa del personaje secundario
Pasa mucho: hay gente con la que cuidarse de brillar para no herirla, y la mayor¨ªa de las veces merece la pena, m¨¢s si juegas en su estadio
Hace a?os, una pareja decidi¨® subalquilar una habitaci¨®n de su piso de estudiantes en la calle Alfredo Bra?as de Santiago. Se acerc¨® all¨ª un chico que atendi¨® a las explicaciones que se le daban sobre usos y costumbres de la vivienda y luego, con mucha educaci¨®n, el muchacho pidi¨® quedarse un momento a solas en el cuarto. La pareja sali¨® al pasillo un poco alucinada. Como el tiempo pasaba, abrieron la puerta de la habitaci¨®n sin avisar. En qu¨¦ momento. Descubrieron al muchacho subiendo y bajando la persiana mientras contaba las l¨ªneas de luz que dejaba: si la suma era un n¨²mero impar, les dijo...
Hace a?os, una pareja decidi¨® subalquilar una habitaci¨®n de su piso de estudiantes en la calle Alfredo Bra?as de Santiago. Se acerc¨® all¨ª un chico que atendi¨® a las explicaciones que se le daban sobre usos y costumbres de la vivienda y luego, con mucha educaci¨®n, el muchacho pidi¨® quedarse un momento a solas en el cuarto. La pareja sali¨® al pasillo un poco alucinada. Como el tiempo pasaba, abrieron la puerta de la habitaci¨®n sin avisar. En qu¨¦ momento. Descubrieron al muchacho subiendo y bajando la persiana mientras contaba las l¨ªneas de luz que dejaba: si la suma era un n¨²mero impar, les dijo a rega?adientes, ¨¦l no podr¨ªa dormir. Record¨¦ la escena en un necesario revisionado de So?adores, la pel¨ªcula de Bertolucci. Louis Garrel y Eva Green interpretan a dos hermanos que acogen en su casa a un americano, Matthew (Michael Pitt). Este conoce a los padres en una cena en la que, para sorpresa de esa familia cult¨ªsima, interesante y moderna, por tanto, insoportable, se destapa con una ocurrencia que interrumpe el mon¨®logo pedante del padre: resulta que su mechero encaja en cualquier lugar y posici¨®n de la mesa, por tanto, concluye, hay un orden c¨®smico. La chorrada es recibida con admiraci¨®n, como no pod¨ªa ser de otra forma, por toda la familia (¡°qu¨¦ amigo tan interesante este Matthew¡±) menos por el personaje de Garrel, que ensombrece la mirada. Sin quererlo, Matthew le ha robado luz, no s¨®lo en su casa, sino delante de su familia. Una imprudencia para seg¨²n qu¨¦ egos. Pasa mucho: hay gente con la que cuidarse de brillar para no herirla, y la mayor¨ªa de las veces merece la pena, m¨¢s si juegas en su estadio: reg¨¢lale los goles. El escritor Tall¨®n tiene una teor¨ªa al respecto sobre los personajes secundarios: ¡°El genio, cuando lo considera conveniente, se oculta. La fama, en cambio, explora la luz y se construye como mentira, y el individuo que queda segundo, lo sabe¡±. La suma de las l¨ªneas de la persiana del piso de Alfredo Bra?as daba impar, y el chico se neg¨® en redondo a dormir all¨ª. Tan importante es que te d¨¦ la luz como que te d¨¦ bien, o al menos a tu gusto.