
Machismo
Una historia de violencia en la frontera entre Tailandia y Myanmar
La vida de Sandar es la de miles de mujeres v¨ªctimas de malos tratos, que durante la pandemia se han intensificado. Ella, adem¨¢s, es inmigrante irregular, lo que impide que reciba m¨¢s ayuda, y el estigma social en una cultura conservadora, la ata a su maltratador




![El hijo peque?o de Sandar juega con un arma de juguete disfrazado de Superm¨¢n. En 2018, Sandar busc¨® ayuda por primera vez y se puso en contacto con las trabajadoras del Freedom Restoration Project [Proyecto Restauraci¨®n de la Libertad], que ofrece refugio y apoyo a las v¨ªctimas de violencia dom¨¦stica en la regi¨®n de Mae Sot. Gracias a su ayuda, varias mujeres consiguieron escapar de su situaci¨®n de maltrato. Otras, como Sandar, mantienen la relaci¨®n con su maltratador, pero en el centro han encontrado un espacio en el que est¨¢n a salvo, al menos durante unas horas. "Las mujeres que vienen al centro son v¨ªctimas de violencia f¨ªsica, psicol¨®gica y sexual", explica Watcharapon 'Sia' Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. "En Tailandia y en Myanmar la violencia dom¨¦stica es muy habitual. Tanto que la gente la considera normal".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/N7MWC6NCPFKF7HT6RD3QQE6SLA.jpg?auth=56b5b9b769e9879fd5ca3469d2745925534f8dd1ba9ccfee24b38de4e3c1eef4&width=414)





![El hijo mayor de Sandar, de nueve a?os, corre por un campo cercano a su casa, en las afueras de Mae Sot. El ni?o se queda en casa mientras su madre y su hermano menor van al centro de detenci¨®n. El Proyecto Restauraci¨®n de la Libertad organiza clases de crianza para ense?ar m¨¦todos educativos alternativos a las v¨ªctimas de violencia dom¨¦stica. "Les ense?amos que hay otras maneras [de educar a los hijos] que no son gritar y pegar", explica Watcharapon 'Sia' Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. "Cuando hablamos de violencia dom¨¦stica no nos referimos solo a la que ejerce la pareja, sino tambi¨¦n a la de los padres contra los hijos. [...] Intentamos prevenirla".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RK22LSO6RJIYJK3CTI6D525QXU.jpg?auth=64a1fdee31f9b83560a858a40b0447c437098633da3fb574cd06ed81d89d18f3&width=414)
