La soledad de los ancianos durante la covid-19 gana el Luis Valtue?a de Fotograf¨ªa Humanitaria
El ensayo de Santi Palacios retrata lo vivido en asilos en tiempos de pandemia. Quedaron finalistas otras cuatro miradas a dramas actuales: sobre el terrorismo de Boko Haram, el c¨¢ncer de pecho, las migraciones y la violencia policial
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¡°Testimoniar y sensibilizar¡± son los dos verbos faro que gu¨ªan esta traves¨ªa del Premio Internacional Luis Valtue?a de Fotograf¨ªa Humanitaria, convocado por M¨¦dicos del Mundo, que ha llegado a su 24? edici¨®n. Son los verbos que eligi¨® la presidenta de la ONG, Nieves Turienzo, para abrir la ceremonia virtual de entrega de estos galardones. Santi Palacios recibi¨® el primer premio por un reportaje sobre la soledad de los ancianos en las residencias durante lo peor de la pandemia.
Se trata de la edici¨®n con m¨¢s candidaturas de la historia (m¨¢s de 700 participantes de 89 pa¨ªses, que presentaron casi 7.000 fotograf¨ªas), de las que un 30% fueron de mujeres. La gala se celebr¨® a puerta cerrada en la Sala de Calcograf¨ªa Nacional de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde se exhiben los trabajos hasta el 18 de abril.
En la apertura, Turienzo destac¨® el valor del registro fotogr¨¢fico de las vidas vulnerables, pero tambi¨¦n de la labor cotidiana de quienes defienden los derechos humanos y los trabajadores de la cooperaci¨®n internacional, por lo que llam¨® a atender a la sociedad civil, que hoy est¨¢ siendo especial objeto de persecuci¨®n. Justamente, los valores del premio son la excelencia fotogr¨¢fica y la denuncia de abusos y atropellos a los derechos de las personas, seg¨²n afirm¨® Silvia Omedes, directora de Photographic Social Vision y miembro del jurado.
As¨ª, el primer premio se entreg¨® a Santi Palacios (Espa?a, 1985), por su reportaje Soledades mayores, que apareci¨® publicado en la revista 5W, sobre el mal que padecieron las personas ancianas en las residencias de Barcelona, aisladas de sus familias, durante las primeras semanas del confinamiento por la pandemia de covid-19.
Los tres finalistas fueron Emeke Obanor (Nigeria, 1972), con su serie Hero¨ªnas (publicada, entre otros, por la revista Rolling Stone), sobre las ni?as que fueron secuestradas y pasaron tiempo cautivas a manos del grupo terrorista islamista Boko Haram, en Nigeria, por haber escogido ir a la escuela; el fot¨®grafo Luis Sergio (Per¨², 1977), por el proyecto Ojos, en el que retrata a diez personas con lesiones oculares causadas durante la represi¨®n policial de las manifestaciones en Santiago de Chile en octubre de 2019, y Nicol¨® Filippo Rosso (Italia, 1985), por los documentos fotogr¨¢ficos sobre el ?xodo de las personas que transitan por la frontera entre Venezuela y Colombia.
La menci¨®n especial del jurado fue para el trabajo ?Ya no tengo miedo?, del reportero Sergei Strotelev (Rusia, 1985), sobre los cuerpos marcados de mujeres de su pa¨ªs que han sufrido un c¨¢ncer de mama.
Seg¨²n explic¨® Omedes, el jurado era consciente de que la tem¨¢tica covid ¡°hab¨ªa te?ido todas nuestras vidas¡±, durante 2020, por lo que no hubo dudas en destacar, en primer lugar, la serie que firma el reportero espa?ol Santi Palacios, cuya buena edici¨®n ¡°facilita la comprensi¨®n de lo que suced¨ªa en las residencias de ancianos¡±.
Entre los argumentos del fallo se destaca, asimismo, el respeto con el que trat¨® el tema del ¡°descuido a nuestros mayores¡±, a sabiendas de las dificultades que han sufrido los fotorreporteros para tener acceso a los lugares en que pod¨ªan verse los efectos de la pandemia. Por ¨²ltimo, distinguieron tambi¨¦n, su tono po¨¦tico, que ayuda a sentir y reflexionar.
Los finalistas tuvieron la oportunidad de participar brevemente en la ceremonia, v¨ªa internet, para comentar las condiciones en las que realizaron sus reportajes o, en su caso, hablar de los proyectos en los que se encuentran embarcados en la actualidad. En este sentido, el reportero italiano Nicol¨® Filippo Rosso narr¨®, desde ciudad de M¨¦xico, c¨®mo contin¨²a registrando el calvario de la vida en las fronteras latinoamericanas. Especialmente, dijo, el de los migrantes centroamericanos que pretenden alcanzar EE UU y lo que sufren con la aplicaci¨®n del llamado t¨ªtulo 42 de la legislaci¨®n estadounidense, por el que la Oficina de Aduanas puede expulsar incluso a los demandantes de asilo. ¡°Est¨¢bamos esperando que con la nueva Administraci¨®n Biden cambiaran las cosas, pero esto va muy lento¡±, sostuvo.
Adem¨¢s, explic¨® que la emigraci¨®n desde Venezuela ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os, ya que las fronteras colombianas testimonian el paso de familias enteras, muy empobrecidas, as¨ª como menores no acompa?ados, que llegan a un pa¨ªs que sigue siendo muy violento, como Colombia, con una pobreza end¨¦mica que a algunos los empuja a regresar a Venezuela.
Los ojos y las fronteras
En su turno, el fot¨®grafo peruano Luis Sergio relat¨®, con sinceridad, cu¨¢n alejado estaba de la realidad de la represi¨®n chilena como residente extranjero, cuando le encargaron el trabajo de documentaci¨®n de los da?os oculares infligidos en la poblaci¨®n, por parte de las fuerzas de seguridad del pa¨ªs trasandino: ¡°Yo ten¨ªa la visi¨®n de que todo estaba bien y, al principio, me cost¨® tener agallas para ir a las Urgencias. Fue dif¨ªcil, pero fui. A escucharlos y a retratarlos. Quer¨ªa que esa escucha significara algo en las fotos. Entonces conoc¨ª a una mujer que hab¨ªa salido una noche con sus hijos a comprar algo, que ni siquiera estaba protestando, y a la que le dieron un tiro en el ojo. Mientras la estaba entrevistando, vi cuando le cay¨® el bal¨ªn del ojo. Hab¨ªa otro enfermero que hab¨ªa sufrido lo mismo mientras estaba asistiendo a manifestantes heridos. Algunos ya perdieron sus ojos y est¨¢n luchando para que los curen¡±. Sergio concluye que ¡°hay miedo a expresarse en la calle, pero que todo ser humano tiene derecho a emitir su opini¨®n y no deber¨ªa exponerse frente a alguien que lleva un arma¡±.
Lo que no se pudo ver
¡°Esta es una ¨¦poca en la que hay que ver para creer¡±, afirm¨®, por su parte, Santi Palacios, el ganador, en llamada telef¨®nica previa. En su caso, a punto de salir de viaje, tuvo que quedarse en Espa?a a causa del primer confinamiento, durante la primavera de 2020: ¡°En esas primeras semanas, los fotoperiodistas estuvimos vagando como almas en pena, por calles vac¨ªas, sin tener acceso a ning¨²n sitio. No se pod¨ªa entrar a hospitales, ni a cementerios, ni a residencias¡ pero como colaboro en la organizaci¨®n Open Arms desde 2005 y tambi¨¦n ellos se quedaron en tierra, se prestaron para hacer tests para detectar coronavirus en residencias de mayores de Barcelona, por lo que me sum¨¦ al equipo que iba a contribuir a separar a las personas infectadas de las que no hab¨ªan tenido contacto con el virus¡±, relat¨®.
¡°Una vez dentro me encontr¨¦ con otra dimensi¨®n, que era la impuesta por el confinamiento y que estaba causando estragos, ya que el aislamiento parec¨ªa tener peores efectos en el estado an¨ªmico que en el f¨ªsico de estas personas que no pod¨ªan ver a sus familiares. Entonces comprend¨ª que all¨ª hab¨ªa un problema de soledad estructural de los mayores, que es un tema que va m¨¢s all¨¢ de este virus. Y tambi¨¦n pudimos constatar el trabajo incre¨ªble de los trabajadores de las residencias¡±, agreg¨®.
Palacios a¨²n lamenta que, durante los primeros d¨ªas de la emergencia, no se permitiera a los periodistas cubrir la pandemia: ¡°Esto sucedi¨® en medio mundo, pero el caso de Espa?a quiz¨¢ sea m¨¢s sangrante que otros, porque de hecho no existen im¨¢genes de los primeros d¨ªas y no puede ser que fuesen los responsables de los centros sanitarios quienes decidieran qu¨¦ se mostraba y qu¨¦ no, o qu¨¦ era lo que estaba sucediendo; esto ha tenido consecuencias¡±.
El Premio Luis Valtue?a se convoca anualmente de la mano de M¨¦dicos del Mundo, en homenaje a Luis Valtue?a, Manuel Madrazo, Flors Sirera y Mercedes Navarro, cuatro cooperantes de esta organizaci¨®n asesinados mientras trabajaban en proyectos de acci¨®n humanitaria en Bosnia y Ruanda en los a?os noventa.
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