¡°La violencia machista es mi lucha, mi batalla¡±
Karl Mancini es finalista del Premio de Fotograf¨ªa Humanitaria Luis Valtue?a, de M¨¦dicos del Mundo. Su lente se ha posado en la fuerza de las mujeres argentinas del movimiento Ni una menos
El avi¨®n que trae a Karl Mancini aterriza a las 10.30 de la ma?ana en Madrid. Milagrosamente, pasadas las once ya se encuentra en la tercera planta de Centro Centro, el espacio cultural situado en el antiguo edificio de Correos de la capital. Ha viajado desde Erev¨¢n, en Armenia, a Kiev. De ah¨ª, a Roma y luego a Madrid. Con aspecto fresco y descansando a pesar de su periplo a¨¦reo y con una chapa que reza el eslogan ¡°Vivas nos queremos¡± en la solapa de su cazadora, el fot¨®grafo ¨ªtalo argentino est¨¢ listo para presentar su proyecto Ni una menos, con el que ha quedado segundo finalista en el XXI Certamen Internacional de Fotograf¨ªa Humanitaria Luis Valtue?a de la ONG M¨¦dicos del Mundo. Su trabajo y el de otros tres fot¨®grafos premiados ¡ªganador y otros dos finalistas¡ª se pueden ver en una exposici¨®n colectiva que se inaugura este mi¨¦rcoles 24 de enero en este espacio cultural y que se extender¨¢ hasta el 11 de marzo para despu¨¦s viajar a otras ciudades espa?olas.
Mancini ha fijado su lente en la intensa lucha que las mujeres argentinas est¨¢n llevando a cabo para defender sus derechos y su integridad personal ante el preocupante aumento de feminicidios en el pa¨ªs, uno de los cuatro con m¨¢s incidencia en Am¨¦rica Latina: un crimen cada 18 horas. En 2016, 290 mujeres murieron en manos de sus parejas o exparejas, un 1,34% m¨¢s que en 2015. A falta de datos oficiales de todo el a?o 2017 el Movimiento Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLa) public¨® el pasado noviembre un estudio que ya revel¨® 254 asesinatos en esos 11 meses. La labor de Mancini, siempre pegado a la realidad de las v¨ªctimas, le ha valido ser elegido entre los 348 candidatos de 63 pa¨ªses que se han presentado este a?o al certamen fotogr¨¢fico, una cifra r¨¦cord, seg¨²n M¨¦dicos del Mundo.
Mancini no es nuevo en esta realidad, pues hace 12 a?os que empez¨® a investigar y trabajar desde varios pa¨ªses del mundo. ¡°La violencia machista es mi lucha, mi batalla. Por varias razones personales, los temas femeninos son muy importantes para m¨ª¡±, reconoce. "Argentina tambi¨¦n es un pa¨ªs muy significativo: por mi trabajo, porque mi madre es argentina... Y me impacta much¨ªsimo trabajar all¨¢. Paso m¨¢s tiempo hablando con las personas que sacando fotos". Lo que m¨¢s le ha impresionado en este tiempo es toparse con la normalizaci¨®n de la violencia: "El 90% de mujeres que han hablado conmigo han sufrido violencia de alguna manera", asegura.
El proyecto Ni una menos naci¨® hace casi tres a?os, aunque el autor puntualiza que en Argentina ya se empez¨® a hablar de violencia de g¨¦nero en 2010, tras el asesinato de Wanda Taddey a manos de su marido, el bater¨ªa del grupo Callejeros, Eduardo V¨¢zquez. La quem¨® viva. Despu¨¦s vinieron otras que perdieron la vida en las mismas circunstancias por lo que Mancini cree que es una moda. "Las formas de violencia se repiten: si empiezan a quemar a las mujeres, las queman a todas. Lamentablemente, en 2016 las empalaban tambi¨¦n, como a Luc¨ªa P¨¦rez". Esta joven, violada y empalada a los 16 a?os, muerta por un paro cardiaco producido por el dolor que sinti¨®, provoc¨® la marcha feminista m¨¢s fuerte que el fot¨®grafo recuerda, el 19 de octubre de 2016: "Todas las mujeres iban vestidas de negro. Llov¨ªa much¨ªsimo, fue incre¨ªble".
Innumerables mujeres que han sufrido m¨²ltiples violencias, cada una m¨¢s s¨¢dica que la anterior, han pasado por delante del objetivo de Mancini. El fot¨®grafo recuerda a Bel¨¦n Torres, v¨ªctima de un maltratador y violador conocido como Gerardo Biliris, El Anestesista. Una foto de otra foto de la chica molida a palos, inconsciente en el suelo y en un charco de sangre se exhibe junto al resto de im¨¢genes galardonadas. Bel¨¦n trabajaba como secretaria para este hombre, m¨¦dico de profesi¨®n. Un d¨ªa lleg¨® completamente borracho y empez¨® a pegarle hasta que casi la mata. "Ahora est¨¢ bien, ¡ªy se?ala la segunda foto de la muchacha, ya en casa de sus padres¡ª, pero le han quedado problemas en un o¨ªdo, tiene cicatrices...". El Anestesista fue encarcelado y se descubri¨® que drogaba a mujeres para violarlas en grupo. Los participantes de esas org¨ªas han quedado impunes. "En Argentina hay mucha corrupci¨®n policial y la forma que tiene el Gobierno de proteger a las mujeres es insuficiente", asegura Mancini. "Lo ¨²nico que han hecho es aumentar las casas refugio, y las v¨ªctimas solo van all¨¢ si un juez lo ordena, pero al final ellas est¨¢n encerradas y los violentos andan libres", critica el fotoperiodista.
La forma que tiene el Gobierno de proteger a las mujeres es insuficiente
Con la fotograf¨ªa que inaugura su muestra, la de la ni?a de 11 a?os Rivka Schiller, se?ala otro problema: la saturaci¨®n de las l¨ªneas telef¨®nicas de ayuda, el 144 en Argentina. "Para este trabajo me entrevist¨¦ con pol¨ªticos, fui con la polic¨ªa... Tambi¨¦n vi el otro lado. Y cuando visit¨¦ la oficina central de violencia de g¨¦nero de Buenos Aires, donde est¨¢ la l¨ªnea de la mujer, trabajaban ocho empleadas: cuatro por la ma?ana y cuatro por la tarde. Hay m¨¢s de 300 llamadas por d¨ªa de Buenos Aires y provincia solamente. Hay casos de v¨ªctimas que est¨¢n esperando al tel¨¦fono todo el tiempo y no consiguen comunicar". Llamadas como las 45 que realiz¨® infructuosamente Adriana, la madre de Rivka y de unas gemelas, para denunciar a su expareja por intentar estrangularla ante sus hijas. "Ella dispone de un bot¨®n antip¨¢nico y ¨¦l tiene medidas de contenci¨®n [una orden de alejamiento], pero es conductor de autobuses, pasa por delante de la casa y est¨¢ siempre amenaz¨¢ndolas. Ellas viven encerradas en casa, es muy triste", comenta de esta familia, que tambi¨¦n subraya que es muy especial para ¨¦l.
La incansable lucha de Marta Tarqu¨ª tambi¨¦n se describe en el reportaje de Mancini. "Esta mujer viene de una familia muy pobre, del norte. Son personas muy humildes, muy buenas y muy trabajadoras, son muy tranquilas", describe el fot¨®grafo. Aunque esta familia no cumple el perfil, Mancini se sirve de su caso para explicar una situaci¨®n "habitual" en Argentina: las chicas de entornos pobres o en los que sufren violencia dom¨¦stica deciden abandonar el hogar, o a veces las echan sus propios parientes, y corren el riesgo de conocer a hombres que las seducen y las acaban introduciendo en el mundo de la trata, de la droga y de la prostituci¨®n. La hija de Marta Tarqu¨ª dio con uno de ellos, un narco paraguayo del barrio pobre Villa 31. Se llama Hern¨¢n y era muy celoso. Cuando ella quiso cortar la relaci¨®n, ¨¦l la mat¨® a cuchilladas. Se llamaba Daiana Colque y ten¨ªa 17 a?os.
La fotograf¨ªa seleccionada muestra a Marta Tarqu¨ª en el cementerio de Chacarita, en compa?¨ªa de su otra hija, Miriam. "Esta mam¨¢ empez¨® una lucha incre¨ªble, completamente sola. Viv¨ªa al lado de la banda [de narcos], y estaba amenazada continuamente. Empec¨¦ a trabajar con ellas porque me impact¨® much¨ªsimo este caso. Ahora estoy siempre acompa?¨¢ndolas", cuenta Mancini, que incluso estuvo presente en el juicio en el que el asesino de Daiana fue condenado a cadena perpetua. "La cosa m¨¢s fea fue encontrarme en el proceso a un metro del asesino. ?l se levant¨®, mir¨® a la mam¨¢, que estaba llorando y le grit¨®: '?Yo estoy tranquilo!'. Fue una de las cosas m¨¢s terribles. Cuando le condenaron me sent¨ª muy feliz, pero la realidad es que la ni?a no vuelve. Marta tiene justicia, pero no tiene a su hija de vuelta", se lamenta.
Marta Tarqu¨ª tiene justicia, pero no tiene a su hija de vuelta
El de Karina Abregu, superviviente de 42 a?os, es quiz¨¢ el retrato m¨¢s estremecedor de la muestra. Despu¨¦s de 11 a?os sufriendo malos tratos de su pareja, ella qued¨® muy anulada porque, como bien sabe Mancini, la violencia no es solo f¨ªsica. "Empieza siendo psicol¨®gica, econ¨®mica tambi¨¦n, pues hay hombres que crean una dependencia y ellas no pueden salir de este tipo de relaciones", ense?a. Karina vivi¨® as¨ª hasta que un d¨ªa de A?o Nuevo, este, borracho, le empez¨® a pegar. "Karina trat¨® de reaccionar y sinti¨® un olor extra?o. ?l quer¨ªa matarla, la hab¨ªa rociado con gasolina y le prendi¨® fuego. Est¨¢ viva porque se tir¨® en una pileta enfrente", describe Mancini.
Ni una menos es un trabajo que no se termina, pues el autor sigue conociendo a nuevas v¨ªctimas y nuevas formas de violencia que denunciar. En este tiempo, cree que ha logrado conectar de verdad con las protagonistas de sus im¨¢genes. "Paso el tiempo en sus casas, comparto sus emociones... Son amigas, personas que est¨¢n cerca de m¨ª", comenta. Sus planes ahora pasan por ampliar este trabajo de largo aliento documentando la lucha feminista desde otros pa¨ªses latinoamericanos, Italia y Espa?a, donde el movimiento Ni una menos existe y va ganando notoriedad con el paso del tiempo.
M¨¢s de dos d¨¦cadas de fotograf¨ªa humanitaria
El Premio Internacional de Fotograf¨ªa Humanitaria Luis Valtue?a se convoca anualmente en homenaje a cuatro cooperantes asesinados en Ruanda en 1997 y Bosnia en 1995 cuando trabajaban en proyectos de acci¨®n humanitaria promovidos por M¨¦dicos del Mundo. Se trataba de Flors Sirera, Manuel Madrazo, Mercedes Navarro y Luis Valtue?a. Este ¨²ltimo, fot¨®grafo de profesi¨®n, es el que da nombre al premio.
El ganador de 2017 ha sido el madrile?o Carlos de Andr¨¦s, autor del reportaje La soledad de Mar¨ªa contra Ley de Dependencia, que refleja las dificultades del d¨ªa a d¨ªa de Mar¨ªa del Palacio, una viuda de 95 a?os a quien la Comunidad de Madrid deneg¨® el ingreso a una residencia durante varios a?os. Mar¨ªa era su madre. Pocos d¨ªas despu¨¦s de dar por concluido este trabajo, la protagonista muri¨®.
La XXI edici¨®n del premio, que se ha consolidado a lo largo de su trayectoria como un referente de la fotograf¨ªa humanitaria y de denuncia de violaciones de derechos humanos, ha reconocido tambi¨¦n los trabajos de la argentina Constanza Portnoy, del italiano Karl Mancini y del ruso Vadim Braydov. En La fuerza de vida, lo que salva el amor, seleccionado como primer trabajo finalista, Portnoy retrata a Jorge, discapacitado f¨ªsico a causa de un medicamento con talidomida, quien sufre adem¨¢s las carencias de un sistema sanitario muy limitado. Special school, de Vadim Braydov,? nos traslada a un centro de internamiento de menores que han cometido faltas antes de los 16 a?os en el pueblo de Serafimovka, Bashkiria (Rusia).
El galard¨®n est¨¢ dotado con una beca de 6.000 euros destinada a la realizaci¨®n de un proyecto fotogr¨¢fico en uno de los ¨¢mbitos de trabajo de la ONG.
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