Un SMS para llevar a los maltratadores de mujeres ante la justicia
Abrumadas por un sistema que las criminaliza y las culpa, las v¨ªctimas de violencia machista o violaci¨®n cuentan ahora con una ¡®app¡¯ para pedir socorro y afrontar el proceso de denuncia de las agresiones sufridas
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Jemima Maina sabe por experiencia propia dos cosas: que cuando m¨¢s lo necesitas, quiz¨¢ nadie te asista; y que si te hieren hasta el alma, incluso caminar duele. Por eso, instantes despu¨¦s de ser violada en Nairobi, lo primero que hizo fue mandar un mensaje de texto desde su tel¨¦fono m¨®vil (un SMS) con la palabra help (ayuda) en busca de auxilio.
¡°No conoc¨ªa otro sistema (de denuncia) que ese¡±, explica a EFE esta joven. ¡°Estaba sola, grit¨¦, pero no apareci¨® nadie, as¨ª que la ¨²nica opci¨®n fue mandar ese mensaje¡±, dice al rememorar el asalto sufrido en 2019 en la oscuridad del suburbio de Mukuru.
Desde finales de 2016, a?o en que oficialmente la ONG ActionAid lanz¨® este proyecto de tecnolog¨ªa m¨®vil junto a asociaciones kenianas como Africa Youth Trust y Wangu Kanja Foundation, casi 2.000 personas de este asentamiento informal ¨Dsobre todo mujeres¨D han reportado violaciones, maltrato y casos de abuso de menores, entre otros delitos.
¡°Lo primero que les pregunto es si est¨¢n a salvo¡±, dice Everlyne Onyango, una de las operadoras que contactan de inmediato con las v¨ªctimas en cuanto les llega un mensaje y, seg¨²n lo sucedido, les ofrecen refugio, atenci¨®n m¨¦dica y psicol¨®gica o apoyo legal gratuito.
¡°(En caso de violaci¨®n) les aconsejamos que no se laven el cuerpo para no eliminar pruebas¡±, contin¨²a Onyango, acostumbrada, junto a otros cuatro compa?eros, a monitorizar m¨¢s de 60 denuncias mensuales. ¡°Despu¨¦s, el responsable de su caso les acompa?ar¨¢ al hospital y, una vez con el informe m¨¦dico, podr¨¢n denunciar en la comisar¨ªa¡±, desgrana.
La pandemia de covid-19, junto al cierre de colegios, ha desatado un aumento en el n¨²mero de delitos sexuales, seg¨²n ha denunciado el Consejo Nacional de Administraci¨®n Justicia keniano.
34 casos en juicio
Denunciar y facilitar el acceso a la justicia a mujeres de pocos ingresos es uno de los principales objetivos detr¨¢s de esta iniciativa, si bien muchas todav¨ªa se muestran reticentes por razones que abarcan desde la necesidad econ¨®mica al estigma, pasando por la ineficacia de un proceso legal que puede demorarse a?os. ¡°Cuando se les obliga a ir a juicio una y otra vez llega un punto en el que se ven superadas. Tener que repetir lo ocurrido tantas veces refuerza el trauma y, al final, puede que crean que no merece la pena y retiren los cargos¡±, detalla Judy Oduor, responsable de proyecto de ActionAid.
El 50% de las j¨®venes en Kenia (de 15 a 24 a?os) creen y aceptan que los hombres tienen derecho a golpear a una mujer por uno u otro motivo
Adem¨¢s, el perpetrador puede tambi¨¦n ¡°comprar¡± el silencio de la familia de la superviviente o sobornar a la polic¨ªa y, por otro lado, muchas de estas mujeres no son independientes econ¨®micamente; algo que ActionAid intenta paliar desde 2017 mediante una peque?a beca para que funden sus propios negocios. ¡°De ah¨ª la discrepancia entre el n¨²mero de denuncias (v¨ªa SMS) y las que finalmente llegan a juicio¡±, lamenta Oduor. Del total, solo 175 casos fueron reportados ante la polic¨ªa y, de ellos, tan solo 34 tienen un juicio abierto.
¡°Di a luz con vendajes¡±
La pareja de Janet Bahati, de 26 a?os, la golpe¨®, roci¨® su cuerpo con parafina y le prendi¨® fuego. El 32% de su piel result¨® abrasada antes de que pudiera alcanzar la ducha. Cuando el agresor prometi¨® ayudarla a mantener al beb¨¦ de ambos y a costearse operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica ¨Dalgo que nunca cumpli¨®¨D retir¨® los cargos. ¡°Di a luz (a mi hija) todav¨ªa cubierta en vendajes¡±, recuerda Bahati sobre las quemaduras sufridas en febrero de 2018. Tres a?os m¨¢s tarde, tras meses de hospitalizaci¨®n, baja autoestima y rechazo social, hoy trabaja en una tienda de electrodom¨¦sticos gracias a la misma beca dise?ada para empoderarlas econ¨®micamente.
¡°Era un caso de tendencias suicidas¡±, recuerda Pauline Wachenie, psic¨®loga voluntaria de Africa Youth Trust y qui¨¦n trat¨® a Bahati durante cuatro sesiones. ¡°Ahora ya vuelve a mirarse al espejo e, incluso, usa maquillaje sobre el rostro quemado¡±, explica en alusi¨®n a la r¨¢pida evoluci¨®n de esta paciente; quien a su vez reconoce que hacer terapia le ¡°ha ayudado a sanar m¨¢s r¨¢pido¡±.
Seg¨²n alert¨® el pasado noviembre la exministra keniana de Asuntos de G¨¦nero, Sicily Kariuki, el 50% de las j¨®venes en Kenia (de 15 a 24 a?os) ¡°creen y aceptan que los hombres tienen derecho a golpear a una mujer por uno u otro motivo¡±. Una mentalidad bajo la que se esconden estad¨ªsticas demoledoras, como que al menos el 45% de las kenianas entre 15 y 49 a?os hayan sufrido violencia f¨ªsica y el 14% violencia sexual, seg¨²n datos gubernamentales basados en denuncias siempre escasas.
¡°Lo peor es cuando la gente piensa que es tu culpa y te preguntan: ?Qu¨¦ estabas haciendo ah¨ª a esas horas?¡±, confiesa con la voz quebrada Maina. ¡°La gente cree que si te violan es culpa tuya, pero yo ahora s¨¦ que no lo es¡±, medita. Como ella, gracias al boca a boca y a campa?as de sensibilizaci¨®n en calles y colegios, muchas otras j¨®venes en Mukuru saben que enviando la palabra help al 21094 recibir¨¢n ayuda. Y tambi¨¦n, que siempre habr¨¢ alguien dispuesto a acompa?arlas en el arduo camino de hallar justicia.
¡°Muchas (supervivientes) terminan abrumadas por un sistema judicial que hace que se den por vencidas¡±, reflexiona Wachenie. ¡°Pero yo siempre les digo una cosa: Si quer¨¦is justicia, no pod¨¦is permitiros el lujo de rendiros. Ten¨¦is que seguir presionando y presionando y presionando¡±.
El nombre Jemima Moraa es ficticio para preservar la identidad de la fuente por motivos de seguridad.
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