Mujeres de Burkina: dise?ar una tela como s¨ªmbolo de lucha feminista
Es una tradici¨®n que las convierte en protagonistas, al menos durante una jornada, en un pa¨ªs donde reina la discriminaci¨®n. Las calles de la capital Uagadug¨² se llenan cada D¨ªa de la Mujer de gente vistiendo el nuevo dise?o en variados y creativos modelos. Siete lideresas nos cuentan c¨®mo luchan por sus derechos
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Burkina Faso es uno de los pocos pa¨ªses en el mundo (alrededor de 30) en los que el 8 de marzo es d¨ªa festivo. Para celebrarlo, cada a?o se dise?a una tela diferente dedicada a esa jornada y las calles de la capital, Uagadug¨², se llenan de gente visti¨¦ndola en variados y creativos modelos para honrar la fiesta de la mujer. Sin embargo, el 52% de ellas en este pa¨ªs se casa (por fuerza o voluntad propia) antes de los 18 a?os, seg¨²n denuncia Amnist¨ªa Internacional. Los datos proporcionados por el Ministerio de Educaci¨®n indican, adem¨¢s, que solo el 4% de las j¨®venes realizan estudios universitarios.
L¨ªderes, creativas y rebeldes con causa nos han brindado su testimonio de lo que se ha logrado y, sobre todo, del combate que cada d¨ªa emprenden con empe?o por avanzar un poco m¨¢s en el acceso a sus derechos m¨¢s elementales en su pa¨ªs.
Abibata Kabor¨¦
Abibata Kabor¨¦ es una excepci¨®n: hija de un agricultor pobre del extrarradio de la capital de Burkina Faso, Uagadug¨², es la ¨²nica de toda la familia que est¨¢ a punto de acabar los estudios de secundaria. Con 20 a?os, es tambi¨¦n la ¨²nica de su grupo de amigas que no est¨¢ ya casada y con hijos. Sin recursos, sin luz el¨¦ctrica en casa para estudiar por la noche, Kabor¨¦ ayuda a su padre en las tareas del campo y a su madre en el cuidado de sus hermanos. Pero, sobre todo, quiere convertirse en m¨¦dico. Para conseguirlo, todav¨ªa le espera un largo y duro recorrido que sin duda pondr¨¢ a prueba su perseverancia.
Th¨¦r¨¨se y Delphine Ouedraogo
Th¨¦r¨¨se Ouedraogo es presidenta de la Marcha Mundial por las Mujeres de Burkina Faso y Delphine Ouedraogo es la tesorera de una de las asociaciones miembro de la organizaci¨®n. La Marcha Mundial naci¨® en 1996 y es un movimiento internacional que reagrup¨® a organizaciones de base que luchan por erradicar la pobreza y la violencia machista.
¡°En los a?os ochenta yo formaba parte de una organizaci¨®n mixta y a nosotras nos pon¨ªan detr¨¢s para escuchar a los hombres y preparar la comida¡±, afirma Th¨¦r¨¨se. ¡°No ten¨ªamos derecho a participar en los debates, a pesar de que aport¨¢bamos nuestra cotizaci¨®n como todos. Poco a poco, fuimos ocupando puestos importantes en la organizaci¨®n y hoy d¨ªa los hombres est¨¢n orgullosos de que podamos tomar la palabra durante una reuni¨®n¡±.
¡°Hay hombres que no quieren que salgamos de casa, pero la felicidad no est¨¢ entre cuatro muros¡±, a?ade Delphine. ¡°No queremos una c¨¢rcel dorada en un chal¨¦ con un televisor dentro. Queremos desarrollarnos como personas, formar parte de asociaciones, ocuparnos de nuestros hijos, acceder al conocimiento. Hay hombres que ya han entendido que es un orgullo que su esposa sepa leer y escribir. Una mujer que sabe lo que vale puede superar las dificultades y salir adelante¡±.
Monique Ilboudo
Monique Ilboudo naci¨® en 1959 y es la primera mujer de Burkina Faso en publicar sus novelas. Entre 1992 y 1995, escribi¨® una cr¨®nica sobre feminismo en uno de los peri¨®dicos principales burkineses y ese mismo a?o cre¨® un observatorio sobre los derechos de la mujer en su pa¨ªs. Es abogada, profesora en la facultad de derecho de la Universidad de Uagadug¨² (la primera f¨¦mina que ejerce como tal en esta facultad) y en 2020 acaba de publicar su cuarta novela.
¡°Lucho para promocionar el di¨¢logo intergeneracional en torno a nuestra visibilidad¡±, afirma esta escritora. ¡°Cada voz (femenina o masculina) es diferente y enriquece la diversidad art¨ªstica y cultural del pa¨ªs. A trav¨¦s de la creaci¨®n de historias y personas, creo que contribuyo a alimentar el imaginario y la reflexi¨®n de mis contempor¨¢neas. Las africanas se han peleado por la libertad y la igualdad, como tantas otras en el mundo. Ese combate por una plena ciudadan¨ªa y contra la violencia es esencial para su dignidad. Con la ayuda de los medios de comunicaci¨®n y de las redes sociales, hoy podemos compartir nuestras experiencias con otras mujeres del mundo y avanzar sinti¨¦ndonos m¨¢s solidarias¡±.
Ir¨¨ne Tassemb¨¦do
Ir¨¨ne Tassemb¨¦do naci¨® en 1956. Es bailarina, core¨®grafa y actriz. Despu¨¦s de su formaci¨®n en la escuela Mudra, creada por Maurice B¨¦jart en Dakar (Senegal), explor¨® diferentes disciplinas como el teatro, el cine, la televisi¨®n y la danza. En 2009 abri¨® su propio centro de danza en Uagadug¨² y cre¨® el Festival Internacional de Danza Contempor¨¢nea (FIDO).
¡°La danza es un arte accesible a todos a trav¨¦s del cual se pueden transmitir valores¡±, expone. ¡°El centro de mis creaciones son la mujer y la juventud. Toco temas a veces muy duros como la ablaci¨®n del cl¨ªtoris, los matrimonios forzados, la violencia machista, la dominaci¨®n masculina, la prostituci¨®n, etc¨¦tera. Estoy convencida de que el baile puede cambiar las mentalidades. Tambi¨¦n realizo proyectos con personas marginadas a las que esta disciplina permite valorarse y sanar heridas¡ Es urgente abolir las pr¨¢cticas infames que marcan definitivamente la existencia de las mujeres y dejan profundas heridas f¨ªsicas y ps¨ªquicas para el resto de sus vidas¡±.
Kady Traor¨¦
Kady Traor¨¦ naci¨® en 1979. Es actriz, directora de cine y productora. Actualmente, dirige el Centro Nacional de las Artes del Espect¨¢culo y el Audiovisual (CENASA) de Burkina Faso. En 2019 realiz¨® la serie televisiva Femme au foyer (Ama de casa) y recibi¨® el premio a la mejor realizadora de series franc¨®fonas en el festival Zafaa de Nigeria.
¡°Femme au foyer trata sobre la condici¨®n femenina. Las protagonistas se consideran emancipadas, pero se encuentran con hombres que no est¨¢n sensibilizados con su causa. Nos concentramos en educar a las mujeres sobre sus derechos, pero no a los hombres. Ellas se van a rebelar cada vez m¨¢s, pero ellos no van a entender por qu¨¦. Los hombres se alegran de tener una compa?era que haya ido a la universidad, mientras no gane m¨¢s que ¨¦l y no le haga sombra. Se considera que una chica que tiene ¨¦xito profesional es una mala esposa y, a menudo, tiene muchos problemas en su hogar¡±, asegura.
¡°Estamos a un nivel muy b¨¢sico de los derechos femeninos¡ Ni siquiera logramos sancionar la violencia dom¨¦stica. Algunas proposiciones son prematuras, y otras est¨¢n demasiado alejadas de nuestro contexto cultural. Nuestra lucha deber¨ªa estar adaptada a nuestra realidad¡ Las j¨®venes est¨¢n atrapadas entre la presi¨®n social de la tradici¨®n y de la modernidad. Hace poco, una sobrina quer¨ªa casarse con un hombre que quiere ser pol¨ªgamo y ella se neg¨®. As¨ª que la boda no tuvo lugar¡±, concluye la creadora.
Tipoko Zongo
Tipoko Zongo naci¨® en 1985 y es actriz, cuentacuentos y miembro del primer grupo de m¨²sica burkin¨¦s exclusivamente femenino. Interpreta cuentos escritos por ella misma e inspirados en historias de su pueblo, que a menudo est¨¢n relacionados con las mujeres.
¡°Muchos hombres le piden a sus esposas que dejen de trabajar. Tienen que quedarse en casa y, a menudo, el marido las humilla¡±, denuncia Zongo. ¡°Poco a poco, ella se va encerrando en s¨ª misma y se culpa. Hay que ser sumisa. El pap¨¢ de mi hijo me ha motivado a seguir trabajando, pero su familia le criticaba y me insultaba, diciendo que era puta y drogadicta. Acabaron por echarme de casa. Yo eleg¨ª el arte. Estaba sola con mi beb¨¦¡ Pero mi vida es el arte, la m¨²sica, los cuentos, el teatro. Puedo vivir sin un marido¡±, remacha.
Celebrar el 8 de marzo en Burkina significa rendir homenaje a las mujeres y a los hombres que cada d¨ªa luchan para que los derechos de ellas no se queden en papel mojado, en convenciones y acuerdos firmados y ratificados en esferas internacionales. Y es rendir homenaje a las 2.000 que mueren cada a?o, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, durante el embarazo y el parto, por causas que podr¨ªan ser evitadas, o al 63% de mujeres que han sufrido la ablaci¨®n del cl¨ªtoris. Tambi¨¦n a los cientos que han sido acusadas de brujer¨ªa y que viven apartadas de sus comunidades en centros de acogida, y a las que nunca pudieron llegar porque las lincharon. A todas y cada una de las mujeres que, por el hecho de serlo, han sido v¨ªctimas de discriminaci¨®n.
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