Las vacunas de la covid-19 llegan a los trabajadores migrantes de la India
La inmunizaci¨®n es un billete hacia el mundo laboral, pero las posibilidades para vacunarse escasean entre los extranjeros. Ahora, una campa?a en Kerala est¨¢ buscando a este colectivo a menudo invisibilizado
Mientras el sanitario le limpiaba la piel del brazo con una toallita con alcohol y preparaba la jeringa, Kartik Biswas sinti¨® una abrumadora sensaci¨®n de alivio: finalmente, estaba a punto de recibir su primera dosis de la vacuna de la covid-19. Su inmunizaci¨®n ha sido posible gracias a una campa?a del estado de Kerala, en el sur de la India, destinada a algunas de las personas m¨¢s marginadas del pa¨ªs: los trabajadores migrantes.
Es raro que este colectivo, que constituye una quinta parte de los 100 millones de la fuerza laboral de un pa¨ªs con m¨¢s de 1.300 millones de habitantes, sea el objetivo espec¨ªfico de la ayuda estatal. Sin embargo, en las ¨²ltimas semanas, los funcionarios del Estado costero del sur han estado estableciendo campamentos de vacunaci¨®n y colocando carteles de salud p¨²blica en los idiomas locales, instando a los trabajadores migrantes a protegerse contra el virus. ¡°Me qued¨¦ en casa todo un a?o durante el encierro y logr¨¦ recuperar mi trabajo con gran dificultad. Si mi salud se resiente ahora, ?qui¨¦n se har¨¢ cargo de mi familia? Estaba decidido a vacunarme¡±, afirma Biswas, de 44 a?os y supervisor de un edificio en construcci¨®n.
Los repetidos confinamientos cerraron industrias, lo que provoc¨® la p¨¦rdida de millones de puestos de trabajo, mientras que una brutal segunda ola en mayo de 2021 abrum¨® al sistema de atenci¨®n m¨¦dica en India, el segundo pa¨ªs m¨¢s afectado en el mundo despu¨¦s de Estados Unidos.
Biswas, quien se mud¨® a Kerala desde Calcuta hace cuatro a?os, fue uno de los 500 trabajadores vacunados durante una campa?a de tres d¨ªas realizada en su lugar de trabajo la semana pasada por el Departamento de Empleo en medio de un aumento de casos en la ciudad. El estado ha administrado una primera dosis a unos 34.000 trabajadores y una segunda dosis a unos 1.000, de los 300.000 que figuran en los registros oficiales. ¡°Me siento aliviado. Cinco de mis seis compa?eros de piso contrajeron covid-19 en el pico de la segunda ola. Empec¨¦ a buscar la forma de vacunarme desde entonces, pero no pude¡±, comenta Biswas por tel¨¦fono. ¡°La vacunaci¨®n es fundamental para proteger nuestras vidas y nuestro futuro¡±, opina. La India tiene como objetivo inmunizar a todos los ciudadanos que deseen y que cumplan los requisitos antes de fin de a?o, pero la campa?a se ha visto afectada por la escasez, las dudas de la poblaci¨®n y la brecha digital.
Regresar en busca de trabajo
Los trabajadores migrantes se encuentran entre los m¨¢s afectados por la pandemia. Hasta 11,4 millones regresaron a sus estados de origen durante el confinamiento, seg¨²n muestran los datos del Gobierno, a medida que se agotaban los puestos de trabajo. Sin embargo, la mayor¨ªa de las actividades econ¨®micas se han reanudado a medida que disminuyeron las infecciones y las autoridades suavizaron las restricciones. Las tasas de desempleo est¨¢n cayendo gradualmente, seg¨²n los datos de un grupo de expertos independiente.
Estados como Kerala, un im¨¢n de extranjeros durante la ¨²ltima d¨¦cada, han visto a migrantes de toda la India regresar para buscar trabajo en la hosteler¨ªa, las f¨¢bricas y las obras de construcci¨®n. ¡°Tenemos una enorme poblaci¨®n de empleados de fuera y todos deber¨ªan estar protegidos. Hemos recibido dosis limitadas, pero estamos dividiendo lo que obtenemos y organizando campamentos de vacunaci¨®n separados para ellos¡±, explica S. Chithra, comisionado de trabajo de Kerala. ¡°Estamos intentando crear conciencia de que las vacunas son inofensivas. Tenemos carteles en los idiomas asam¨¦s, bengal¨ª, hindi y odia que publicamos en las redes sociales¡±.
Aproximadamente el 12% de los 940 millones de adultos de India ha recibido la pauta completa y m¨¢s del 40% cuenta con una primera dosis, seg¨²n los datos del Ministerio de Salud. La vacunaci¨®n se considera clave para desbloquear m¨¢s empleos y facilitar el movimiento entre estados, varios de los cuales requieren que las personas muestren el certificado de vacunaci¨®n o se sometan a una prueba de covid-19 que puede costar 800 rupias (unos nueve euros), un par de d¨ªas de salario para muchos.
En el otro extremo de la India, en la aldea de Tarinipur, del estado nororiental de Assam, Tahir Hussain Talukdar insiste en que hab¨ªa buscado la vacuna en los centros de salud locales tres veces, pero que no ha tenido suerte. Talukdar, de 25 a?os, perdi¨® su trabajo como limpiador en un complejo en el sureste de Andhra Pradesh, y relata que ha sobrevivido gracias a la ayuda de otras personas. ¡°No hay trabajo en mi pueblo. El contratista laboral al que he estado llamando me dice que me vacune antes de venir. Necesito pon¨¦rmela porque esa es la ¨²nica forma en que puedo conseguir trabajo¡±, asegura.
La India ha redoblado sus esfuerzos contra la covid-19 ante los temores de una tercera ola. Varias empresas de construcci¨®n y otras empresas importantes han hecho arreglos para que su personal, tanto en n¨®mina como los trabajadores informales, se vacune. Los sanitarios estatales est¨¢n subiendo colinas y navegando a trav¨¦s de r¨ªos y lagos para llegar a los lugares m¨¢s remotos del vasto pa¨ªs. Pero el ritmo de la inmunizaci¨®n sigue siendo lento y muchos siguen quedando al margen, advierten activistas y expertos en migraci¨®n. Este colectivo, a menudo, permanece invisible a pesar de que sus habilidades se necesitan desesperadamente en la industria manufacturera, la construcci¨®n y la hosteler¨ªa. ¡°A las personas que buscan un trabajo asalariado diario se les pregunta si est¨¢n vacunadas¡±, relata Benoy Peter, director del Centro para la Migraci¨®n y el Desarrollo Inclusivo, que dirige una unidad m¨®vil de vacunaci¨®n para migrantes en Kerala en asociaci¨®n con el Estado.
Peter sostiene que la campa?a de vacunaci¨®n de Kerala debe ser ¡°sensible a los desaf¨ªos de los migrantes¡± y sugiere ampliarla a los domingos y durante las noches para llegar a los que probablemente est¨¦n siendo ignorados, como jornaleros, recolectores de chatarra y mujeres. La mayor¨ªa de los migrantes se encuentran en el sector informal. Sin un empleador fijo, no pueden darse el lujo de tomarse un tiempo libre para recibir el pinchazo, aseguran los activistas. ¡°Esta secci¨®n es m¨¢s vulnerable a los desaf¨ªos que enfrentan para acceder a la vacuna¡±, lamenta Sanjay Awasthi, director de la oficina de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) en la India. ¡°Es imperativo que se tenga en cuenta su cobertura¡±.
Los migrantes en Kerala que ya han recibido la inyecci¨®n esperan volver a sus vidas previas a la pandemia. Samir Kuanar, de 37 a?os, perdi¨® su trabajo de plomero en Kuwait cuando la pandemia golpe¨® el a?o pasado. El pasado mes de julio, logr¨® una entrevista con una agencia de empleo con sede en Qatar que proporciona mano de obra dom¨¦stica. ¡°Me hicieron llegar una oferta, pero me encontr¨¦ con un obst¨¢culo: no estaba vacunado¡±, cuenta. Quiso la suerte que recibiera su primera dosis la semana pasada. ¡°Espero volar pronto. La vacunaci¨®n es mi billete a un empleo¡±.
Roli Srivastava pertenece a la Fundaci¨®n Thomson Reuters, la rama ben¨¦fica de Thomson Reuters.