M¨¢s de 260.000 ni?os est¨¢n encarcelados en el mundo

Martin (nombre ficticio), de 13 a?os, se sienta frente a la ventana que tiene en la unidad de protecci¨®n especial en Uwail, un centro de detenci¨®n para mujeres y ni?os, mientras espera que su caso llegue a los tribunales. ¡°Me arrastr¨® aqu¨ª una mujer¡±, explica Martin en un testimonio a Unicef, con una camiseta ro¨ªda del Bar?a y unos pantalones cortos atados con una cuerda, mientras mira hacia abajo. La ventana es su ¨²nico resquicio para tener contacto con el exterior, desde que fuera denunciado por agresi¨®n y tuviera que permanecer detenido hasta que se celebre su juicio.

¡°Mientras corr¨ªa lo m¨¢s r¨¢pido que pod¨ªa, me top¨¦ con una mujer embarazada. Mi brazo o codo la pinchaba mientras corr¨ªa¡±, relata el joven, que cuando se choc¨® con ella acababa de robar unas cebollas de un puesto de verduras. El vendedor comenz¨® a perseguirlo y el adolescente comenz¨® a correr. ¡°Estaba hambriento. Planeaba vender las cebollas para conseguir dinero para la comida. Mi t¨ªo me ech¨® hace cuatro meses porque derram¨¦ sorgo que acab¨¢bamos de triturar, y desde entonces vivo en la calle¡±, a?ade este hu¨¦rfano de padre y una madre ausente, que se march¨® a Jartum dej¨¢ndolo solo.

La angustia e incertidumbre de Martin, en Sud¨¢n del Sur, ante la c¨¢rcel y la falta de libertad se replica en la vida de m¨¢s ni?os y adolescentes encarcelados en todo el mundo: en concreto, en la de 261.000 en conflicto con la ley que se encuentran detenidos. Son muchachos que presuntamente han cometido un delito o que est¨¢n acusados de cometerlo, seg¨²n el informe de Unicef Estimating the number of children deprived of their liberty in the administration of justice (Estimar el n¨²mero de ni?os privados de libertad en la administraci¨®n de justicia), el primer an¨¢lisis de este tipo que se realiza desde 2007.

¡°La detenci¨®n de cualquier ni?o es una prueba del fracaso del sistema, pero ese fracaso tiene m¨¢s consecuencias porque los sistemas de justicia destinados a proteger y apoyarlos suelen agravar su sufrimiento¡±, valora Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef. ¡°Este n¨²mero es escandaloso, y nos tiene que llamar a la reflexi¨®n y a trabajar para reducirlo y para que realmente el est¨¢ndar de brevedad y excepcionalidad del tiempo que pasan en la c¨¢rcel sea una realidad¡°, recalca Luis Pedernera, expresidente y miembro del Comit¨¦ de la ONU sobre los Derechos del Ni?o.

El estudio advierte que debido a los registros incompletos y a los sistemas de datos administrativos deficientes en muchos pa¨ªses, es probable que la cifra sea mucho mayor. Las cifras y hallazgos que aporta este informe se recopilaron entre enero de 2017 y octubre de 2021. Entre las fuentes consultadas se incluyen registros administrativos de los ministerios gubernamentales encargados de supervisar los sistemas judiciales, como los ministerios de Justicia, de Interior o de Asuntos Sociales de cada pa¨ªs, adem¨¢s de informaci¨®n de las oficinas nacionales de Estad¨ªstica; y bases de datos centralizadas como EuroStat y TransMonEE.

Una justicia m¨¢s cercana y protectora

Desde el inicio de la pandemia, m¨¢s de 45.000 ni?os y ni?as han sido liberados y devueltos de forma segura a sus familias, o mediante una alternativa adecuada, seg¨²n los nuevos datos publicados por Unicef en otro estudio titulado Detention of children in the time of COVID (La detenci¨®n de ni?os en la ¨¦poca de la COVID). El estudio revela que los gobiernos y las autoridades penitenciarias de al menos 84 pa¨ªses han dejado en libertad a miles de menores de edad desde abril de 2020, cuando Unicef puso el foco sobre el riesgo mayor que corr¨ªan de contraer la covid-19 en espacios confinados y hacinados, y que el organismo internacional pidiera su liberaci¨®n inmediata. ¡°Esta liberaci¨®n es una buena noticia, pero lamentablemente la privaci¨®n de libertad sigue siendo una de las medidas que la mayor¨ªa de los Estados sigue usando y hace falta muchos m¨¢s esfuerzos por parte de los pa¨ªses para que se usen otro tipo de opciones distintas a la c¨¢rcel¡±, expresa Pedernera.

Los datos de esta ¨²ltima publicaci¨®n proceden de una encuesta realizada por Unicef entre su red de 157 oficinas. Los 138 pa¨ªses de ingresos bajos y medios donde se ejecutan programas, y otros 19 de ingresos altos, albergan al 90% de la poblaci¨®n infantil del mundo.

La covid-19, adem¨¢s, ha afectado profundamente al sistema de justicia para los ni?os, ya que ha obligado a cerrar los tribunales y ha restringido el acceso a los servicios sociales y de justicia esenciales. Las pruebas demuestran que muchos de estos j¨®venes, incluidos los que viven en la calle, han sido detenidos por violar las ¨®rdenes de toque de queda y las restricciones al movimiento.

¡°Sabemos desde hace tiempo que los sistemas de justicia est¨¢n mal equipados para atender sus necesidades espec¨ªficas, una situaci¨®n que se ha visto agravada por la pandemia¡å, se?ala Fore. ¡°Elogiamos a los pa¨ªses que han atendido nuestro llamamiento y han liberado a los detenidos. Al proteger a los menores de edad de unas condiciones que podr¨ªan haberlos expuesto a una enfermedad grave, estos pa¨ªses han sido capaces de superar la resistencia de la opini¨®n p¨²blica y de impulsar soluciones judiciales innovadoras que se adaptan a la edad de los peque?os. Esto ha demostrado algo que ya sab¨ªamos: las soluciones judiciales adaptadas a ellos son posibles¡±, agrega.

Hacinamiento y falta de atenci¨®n sanitaria

Con estos dos informes, lo que denuncia Unicef, al hilo del D¨ªa Universal de la Infancia y de la celebraci¨®n del Congreso Mundial sobre Justicia para los ni?os, ni?as y adolescentes, es que los menores de edad detenidos ¡ªincluidos los que se encuentran bajo custodia antes y despu¨¦s de un juicio; los arrestados en las fronteras por motivos de inmigraci¨®n; los que se encuentran retenidos por un conflicto armado, o los que viven con sus progenitores detenidos¡ª suelen estar recluidos en espacios confinados y en una situaci¨®n de hacinamiento.

Adem¨¢s, carecen de acceso adecuado a servicios de nutrici¨®n, atenci¨®n sanitaria e higiene, y son vulnerables al abandono, los abusos f¨ªsicos y psicol¨®gicos, y la violencia de g¨¦nero. A muchos se les niega la posibilidad de consultar con abogados y la atenci¨®n familiar, y no pueden impugnar la legalidad de su detenci¨®n. A todo esto, se le suma las consecuencias a medio y largo plazo en la salud mental de los j¨®venes tras una detenci¨®n, que los deja marcados para siempre. ¡°La privaci¨®n de libertad, en t¨¦rminos de desarrollo, tanto f¨ªsica y mental, arrastra m¨¢s consecuencias negativas que positivas¡±, contextualiza Pedernera.

¡°Existe un n¨²mero creciente y exponencial en el n¨²mero de ni?os y ni?as y adolescentes que se encuentran inmersos en un proceso de migraci¨®n, en concreto el 14% de las personas que se est¨¢n desplazando por todo el mundo¡±, ha expresado Regina Castro Traulsen, directora general de Derechos Humanos de la SCJN en la charla titulada Garantizando el acceso a la justicia para todos los ni?os, ni?as y adolescentes: hacia sistemas de justicia no discriminatorios e inclusivos, del Congreso Mundial sobre Justicia.

En los ¨²ltimos meses, y a pesar de la pandemia, ha habido un aumento en el n¨²mero de ni?os detenidos en la frontera de M¨¦xico y Estados Unidos. De marzo a octubre de 2020, 2106 ni?os, ni?as y adolescentes no acompa?ados fueron devueltos a Guatemala, seg¨²n cifras de Unicef. En solo siete meses de 2020, un 64% m¨¢s regresaron de Estados Unidos que en todo 2019. ¡°La detenci¨®n de ni?os migrantes deber¨ªa ser abolida¡±, denuncia Pedernera, que recuerda que desde 2017 el Comit¨¦ de la ONU sobre los Derechos del Ni?o viene reclamando esta medida.

Unicef y Refugio de la Ni?ez y Misioneros de San Carlos Borromeo, y gracias al financiamiento de la Cooperaci¨®n Sueca para el Desarrollo, la agencia internacional para la infancia y sus aliados apoyan al Gobierno de Guatemala para brindar atenci¨®n m¨¦dica y psicosocial a los ni?os migrantes, adem¨¢s de apoyar el traslado a sus comunidades para la reunificaci¨®n familiar. ¡°Aunque a menudo lo hacen con sus familias, tambi¨¦n lo hacen sin compa?¨ªa, y la migraci¨®n no acompa?ada los expone a ser v¨ªctimas de torturas, malos tratos, entre otros riesgos. Toda decisi¨®n administrativa o judicial de la entrada, permanencia, detenci¨®n o deportaci¨®n debe poner de manera primordial el inter¨¦s de la ni?ez. Los ni?os deben ser o¨ªdos y que sus opiniones tengan en cuenta en su proceso de migraci¨®n¡±, a?ade Castro.

Pero, ?son posibles otras soluciones alternativas a la prisi¨®n? Es una de las preguntas que han tratado de esclarecer los expertos juristas en el Congreso Mundial de Justicia. ¡°Hay experiencias y formas ancestrales de algunos pueblos de c¨®mo abordar cuando un ni?o comete un delito que hace da?o a la comunidad y qu¨¦ medidas son m¨¢s reparadoras que la c¨¢rcel. Deber¨ªan ser el centro y el camino que los Estados deber¨ªan adoptar para no usar la privaci¨®n de la libertad como la regla a seguir¡°, concluye Pedernera.

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.