¡°Solo dame energ¨ªa¡±: c¨®mo aprovechar el sol en el pa¨ªs m¨¢s poblado de ?frica
La energ¨ªa solar puede ser la llave del suministro para las zonas rurales de pa¨ªses en desarrollo. Con una cobertura el¨¦ctrica muy deficiente, Nigeria apuesta por ello
En Nigeria el silencio nunca es absoluto. En cualquier rinc¨®n del pa¨ªs el ronroneo incesante de un generador de electricidad de di¨¦sel o gasolina est¨¢ al alcance del o¨ªdo, d¨ªa y noche. Pr¨¢cticamente, cada casa o negocio tiene uno de estos cubos con tapas de colores que iluminan precariamente las ciudades, pueblos y aldeas del pa¨ªs m¨¢s poblado de ?frica. Son un mal necesario para los nigerianos, explica Olasimbo Sinjrin, directora nacional de la ONG Solar Sister, cuyo objetivo es empoderar mujeres apoy¨¢ndolas en la venta de peque?os electrodom¨¦sticos solares. ¡°Estamos hablando de personas que tienen, con suerte, una hora de electricidad al mes; hogares de clase media sin acceso a la red¡ ¡®Solo dame energ¨ªa¡¯, le dicen al Gobierno¡±.
Este ha sido el caso durante d¨¦cadas. De los 206 millones de nigerianos, un 43% est¨¢ fuera del alcance de la red el¨¦ctrica, seg¨²n el Banco Mundial, y los que s¨ª tienen acceso deben enfrentarse a apagones constantes; una de las peores coberturas del continente. Por ello, considerando la alta exposici¨®n al sol que tiene el pa¨ªs, desde hace algunos a?os el Gobierno ha puesto las miras en la fotovoltaica para suplir el vac¨ªo de la red, y ahora los paneles que funcionan con este recurso limpio son relativamente comunes en el pa¨ªs. Sin embargo, una demanda energ¨¦tica que se multiplica y los precios que todav¨ªa son comparativamente altos hacen que siga estando lejos de ser la soluci¨®n definitiva, a pesar del optimismo gubernamental.
El compromiso oficial es llegar a proporcionar el 30% de la energ¨ªa del pa¨ªs con fuentes renovables para 2030. Sin embargo, las estimaciones del Banco Mundial se?alan un incremento en la demanda de 16,8 veces la actual de la mano de una poblaci¨®n que se proyecta llegar¨¢ a 400 millones para 2050. Considerando que, incluso actualmente, la oferta de electricidad de la red apenas cubre una fracci¨®n de la demanda, el desaf¨ªo es doble: no solo debe elevarse la cuota de renovables, debe crecer tambi¨¦n enormemente la producci¨®n general de electricidad.
Teniendo esto en cuenta, el Gobierno ha invertido en plantas hidroel¨¦ctricas, que ya surten el 18% de la energ¨ªa, pero tambi¨¦n est¨¢ construyendo macroplantas solares; como la de Ashama, que cuando se termine de construir, previsiblemente en 2023, ser¨¢ la m¨¢s grande de ?frica Occidental con una capacidad de 200 megavatios por hora. No obstante, dado que la red es incapaz de alcanzar a una enorme porci¨®n de los habitantes, el impacto de estos proyectos se limita principalmente a zonas urbanas. Por lo tanto, la propuesta principal del Programa de Electrificaci¨®n de Nigeria (NEP por sus siglas en ingl¨¦s), la mayor iniciativa de este tipo en el continente, consiste en instalar paneles unifamiliares y peque?as redes cerradas capaces de abastecer a las comunidades m¨¢s aisladas.
De los 206 millones de nigerianos, un 43% est¨¢ fuera del alcance de la red el¨¦ctrica, seg¨²n el Banco Mundial
Por ahora, seg¨²n los datos oficiales, se han implementado alrededor de 19.000 sistemas dom¨¦sticos y 12 mini-redes que abastecen a m¨¢s de 5.000 hogares. Tambi¨¦n se han puesto en marcha plantas h¨ªbridas para proporcionar suministro exclusivamente a media docena de universidades y hospitales universitarios; entre ellas est¨¢ la mayor del continente. No obstante, esto es solo el comienzo de un programa que el Gobierno estima beneficiar¨¢ a unas 25 millones de personas en los pr¨®ximos a?os.
Para lograrlo, el ente encargado de proveer electricidad asequible y estable a la Nigeria que todav¨ªa vive a oscuras, la Agencia de Electrificaci¨®n Rural (REA por sus siglas en ingl¨¦s), ha asegurado 550 millones de d¨®lares (485 millones de euros) en pr¨¦stamos del Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Africano. Sin embargo, admite la agencia, esto es una parte ¨ªnfima de la inversi¨®n necesaria para cumplir con los objetivos. Ante esto, el Ejecutivo espera que el sector privado sea quien lleve a cabo la mayor parte de la misi¨®n, impulsada por beneficios fiscales y otros mecanismos financieros que las instituciones p¨²blicas se han comprometido a facilitar.
Es el caso de Ayo Ademilua, fundador de A4&T Power Solutions, empresa que se dedica a instalar sistemas dom¨¦sticos y redes cerradas desde 2014. Desde entonces ha distribuido m¨¢s de 6.000 sistemas unifamiliares y nueve mini-redes, alcanzando a decenas de miles de beneficiarios. Actualmente, el negocio est¨¢ creciendo y tiene numerosos nuevos proyectos en desarrollo, incluyendo una red aut¨®noma que se puede conectar a la red nacional, el primero en su tipo en el pa¨ªs.
Ademilua define su empresa como un negocio social: s¨ª, busca generar ganancias, pero tambi¨¦n est¨¢ comprometido con proveer energ¨ªa limpia y asequible a sus compatriotas. De hecho, gran parte de su trabajo consiste en convencer a la gente de que, aunque instalar un sistema de este tipo cuesta hasta diez veces m¨¢s inicialmente, a la larga es m¨¢s econ¨®mico. ¡°Hemos hecho un estudio que concluye que, para operar un generador de gasolina o di¨¦sel durante una hora, se necesitan 0.53 euros, y eso es sin agregar gastos derivados de los riesgos asociados a la salud, de incendio, de mantenimiento y de emisiones, que elevar¨ªan el precio a cerca de un euro. En cambio, usando uno de nuestros paneles o mini-redes, sale a 0,32 c¨¦ntimos por hora¡±. No obstante, en un pa¨ªs en el que m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n vive bajo el umbral de la pobreza, estas cifras siguen suponiendo una fantas¨ªa para millones.
El Gobierno espera que el sector privado sea quien lleve a cabo la mayor parte de la electrificaci¨®n
Pensando en estas personas trabaja la ONG de Olasimbo Sinjrin, Solar Sister. Llevan presentes en Nigeria siete a?os, proporcionando talleres de emprendimiento a mujeres de comunidades rurales o desfavorecidas, y ayud¨¢ndolas a montar sus propios negocios de venta de peque?os electrodom¨¦sticos solares. Con linternas y bater¨ªas para m¨®viles hasta estufas limpias y sistemas fotovoltaicos unifamiliares, la organizaci¨®n ataja la pobreza energ¨¦tica y la desigualdad de g¨¦nero.
¡°Nosotras defendemos que, a pesar del tama?o de nuestros productos, son muy significativos para una gran porci¨®n de la poblaci¨®n: una l¨¢mpara solar en un hogar que nunca ha tenido electricidad permite que la gente pueda producir o estudiar hasta m¨¢s tarde y tambi¨¦n reduce la exposici¨®n a humos de estufas o linternas de queroseno, que son la causa de muchas muertes en el pa¨ªs¡±, explica Sinjrin. Con su modelo, hasta ahora han construido una red de m¨¢s de dos mil mujeres y, gracias a ellas, han alcanzado a m¨¢s de 800.000 con sus productos; pero a medida que llegan a m¨¢s personas, los desaf¨ªos son m¨¢s dif¨ªciles, porque la demanda de electricidad tambi¨¦n crece.
Lo mismo le ha sucedido a Ayo Ademilua en numerosas ocasiones. ¡°Cuando montamos un sistema con una capacidad determinada por el consumo y la demanda de una comunidad, nos hemos dado cuenta de que en seguida la gente adquiere m¨¢s electrodom¨¦sticos y, por lo tanto, la energ¨ªa proporcionada se queda corta¡±. Para Sinjrin esta din¨¢mica evidencia que, desafortunadamente, para la poblaci¨®n lo que verdaderamente importa es tener acceso a electricidad de manera constante; y que, sin una inversi¨®n p¨²blica mucho m¨¢s potente o sistemas de financiaci¨®n con mayor alcance, ser¨¢ inevitable que los ruidosos generadores se vuelvan a encender. ¡°La gente los odia, pero los seguir¨¢ usando mientras consideren que no tienen otra opci¨®n¡±.
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