La paradoja de Nigeria: un continente atrapado en un pa¨ªs
Los nigerianos acuden el 16 de febrero a las urnas para decidir qui¨¦n coger¨¢ las riendas de la primera econom¨ªa de ?frica y del pa¨ªs m¨¢s poblado del continente, tierra de grandes estrellas de la cultura, de innovaci¨®n y ¨¦xito, pero tambi¨¦n de miseria, fervor religioso y terrorismo
¡°Esto es Nigeria. O lo tomas o lo dejas¡±. Despu¨¦s de sacudirse el polvo acumulado en los zapatos acabados en punta plateada, Robert, un empresario liban¨¦s con la doble nacionalidad y acomodado tras el humo afrutado de la shisha en una terraza en la ciudad de Kano, lo resume con gracia: ¡°Esta es la sensaci¨®n que experimentan muchos analistas que desembarcan por primera vez en este pa¨ªs y que intentan comprenderlo tras una semana de trabajo. Pero no pueden. Nigeria es un continente muy complejo¡±, responde desde su experiencia de vivir en una de las regiones m¨¢s castigadas por el terror de los yihadistas.
La explosi¨®n de cifras y fotograf¨ªas sobre el pa¨ªs m¨¢s poblado de ?frica con m¨¢s de 185 millones de personas desborda por los m¨¢rgenes a los medios de comunicaci¨®n. Los comicios presidenciales del pr¨®ximo 16 de febrero se presentan calientes y enfrentar¨¢n a 72 candidatos a la presidencia del pa¨ªs, seg¨²n la informaci¨®n publicada por la Comisi¨®n Electoral Nacional Independiente (INEC, por sus siglas en ingl¨¦s). Sin embargo, dos son los principales nombres que disputar¨¢n el asiento en Aso Rock, la villa presidencial situada en Abuya, y que inundan rotondas, puentes y paredes con sus im¨¢genes: Muhamadu Buhari, el actual presidente y l¨ªder del Congreso de Todos los Progresistas (APC, por sus siglas en ingl¨¦s), y Atiku Abubakar, quien fue vicepresidente bajo el presidente Olusegun Obasanjo desde 1999 hasta 2007 y candidato por el Partido Dem¨®crata Popular (PDP, por sus siglas en ingl¨¦s). Estos son los dos ¨²nicos partidos que han ganado la presidencia desde el final del gobierno militar en 1999.
El factor violencia (no solo yihadista)
Nigeria tiene algunas de las personas m¨¢s ricas de la tierra, as¨ª como algunas de las m¨¢s pobres; tiene algunas de las personas m¨¢s talentosas del continente y tambi¨¦n algunos de los l¨ªderes menos efectivos. Pero el terror o la corrupci¨®n son uno de esos comunes denominadores que parecen indisociables de la marca pa¨ªs. Los ¨²ltimos titulares apuntalan esta idea. El 18 de noviembre la aldea de Metele, en el noreste de Nigeria, sufri¨® una emboscada contra una base militar por presuntos miembros de la Provincia del Estado Isl¨¢mico de ?frica Occidental (ISWAP), un grupo disidente de la secta islamista radical Boko Haram. M¨¢s de un centenar de soldados murieron, seg¨²n varios testimonios, aunque el Gobierno rebaj¨® la cifra a algo m¨¢s de 20.
Y el pasado 14 de enero en Rann, en la misma regi¨®n, la quema de un campamento de desplazados por la violencia de Boko Haram provoc¨® que unas 30.000 personas tuvieran que huir a trav¨¦s de la frontera a Bodo, en Camer¨²n.
Esta inseguridad de base religiosa se ha agravado por los enfrentamientos mortales entre pastores y agricultores en el cintur¨®n medio del pa¨ªs, causados en gran medida por factores ambientales relacionados con el cambio clim¨¢tico. El severo desecamiento del lago Chad ha dado lugar a condiciones de sequ¨ªa, obligando a millones de pastores a buscar fuentes alternativas de agua y pastoreo y, por lo tanto, precipitando los enfrentamientos.
Las costuras saltan
?Qu¨¦ significa celebrar unas elecciones en una naci¨®n donde nadie sabe a ciencia cierta cu¨¢nta gente vive y que el ¨²ltimo censo de 2006 es lo m¨¢s parecido a una reliquia? ?Qu¨¦ supone en realidad gobernar la primera econom¨ªa del continente y cu¨¢les son los principales desaf¨ªos a los que se enfrentan sus pol¨ªticos?
Aunque los niveles de alfabetizaci¨®n en el pa¨ªs est¨¢n muy por debajo de la media africana, Nigeria ha producido algunos de los mejores libros africanos. Escritores como uno de los padres de la literatura contempor¨¢nea africana Chinua Achebe, el Nobel Wole Soyinka, Ben Okri, o la estrella actual, Chimamanda Ngozi-Adichie son solo algunos de los autores m¨¢s conocidos a nivel mundial entre una galaxia de oradores finos. La creatividad en este gigante no tiene l¨ªmites, de hecho, todo lo que se vende en una localidad y tiene ¨¦xito se replica inmediatamente en todas partes. Nollywood es la segunda industria cinematogr¨¢fica m¨¢s grande del mundo, en t¨¦rminos de producci¨®n, aunque el pa¨ªs tiene aproximadamente unas 25 multisalas de cine en todo el pa¨ªs. La m¨²sica pop nigeriana se est¨¢ convirtiendo en un fen¨®meno mundial.
Esta naci¨®n simboliza tambi¨¦n una aritm¨¦tica de la supervivencia que duele por lo numerosa que es: Lagos, la capital econ¨®mica, es una de las mayores historias de ¨¦xito de Nigeria. Un logro en el que 15 millones de personas de m¨¢s de 250 grupos ¨¦tnicos diferentes viven juntos de manera relativamente armoniosa en una metr¨®polis que emana innovaci¨®n, caos, orden, suciedad y esperanzas. Una megaurbe que concentra mansiones residenciales acuarteladas tras puertas de seguridad vigiladas, restaurantes chinos, tailandeses e italianos, bancos extranjeros, galer¨ªas de arte y bares deportivos que bordean las calles mientras en la televisi¨®n se reponen algunos de los videoclips que rompen las pistas de baile en los clubes para expatriados de la ciudad.
Pero en Lagos tambi¨¦n, la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n vive con menos de dos d¨®lares al d¨ªa. Y de acuerdo con el nuevo ranking publicado por The World Poverty Clock, Nigeria desborda riqueza energ¨¦tica, pero ya ha superado a la India para convertirse en el pa¨ªs con el mayor n¨²mero de personas del mundo, 87 millones, que viven en la pobreza extrema, en comparaci¨®n con los 73 millones de habitantes de la India.
?M¨¢s o menos intervenci¨®n estatal?
En vista de esto, los principales candidatos han preparado unas campa?as que surcan entre el tradicionalismo, la necesaria respuesta al desempleo, en torno al 23% y que mina sobre todo a la masa juvenil (36% de paro), y la urgente prioridad de diversificar la econom¨ªa. Buhari lo llama ¡°El siguiente nivel¡±, mientras que Atiku resume su pol¨ªtica bajo el lema ¡°Vamos a hacer que Nigeria vuelva a funcionar¡±, con reminiscencias claras de la campa?a de Donald Trump. Ambos programas muy ambiciosos, aunque con poco ¨¦nfasis en explicar de d¨®nde sacar¨¢n los ingresos.
A primera vista, el plan del presidente Buhari parece ser una continuaci¨®n de las pol¨ªticas y programas existentes de su administraci¨®n, como los planes de inversi¨®n social, el gasto para la inversi¨®n en infraestructura vulnerable financiada con d¨¦ficit, y la creaci¨®n de empleos en el sector p¨²blico. Por otro lado, el candidato Atiku promete reformas y pol¨ªticas para aumentar la participaci¨®n del sector privado en la econom¨ªa, en particular, la privatizaci¨®n de activos gubernamentales de bajo rendimiento en los sectores de petr¨®leo y gas y transporte, la creaci¨®n de 3 millones de empleos al a?o y duplicar el PIB de Nigeria a 900 mil millones de d¨®lares en cuatro a?os.
Omotola Abimbola, especialista en renta fija y divisas del banco nigeriano Ecobank, lo resume as¨ª: ¡°En el lenguaje pol¨ªtico estadounidense, el PDP de Atiku parece ser m¨¢s conservador (Estado m¨¢s peque?o, grandes empresas y bajos impuestos corporativos), mientras que los planes del APC se parecen mucho a la agenda del Partido Dem¨®crata de los Estados Unidos: grandes gastos estatales y de asistencia social para apoyar a los vulnerables¡±.
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