Alimentemos la educaci¨®n desde el comedor escolar
El espacio de mediod¨ªa es fundamental en el proceso de aprendizaje de la infancia. Hay que fomentar su implementaci¨®n en todos los centros escolares y hacerlo accesible a las familias menos pudientes
Si preguntamos aleatoriamente a desconocidos si la educaci¨®n es importante, la respuesta m¨¢s que probable ser¨¢ un s¨ª contundente. Sin embargo, y a pesar de su importancia, no tuvo su d¨ªa internacional hasta diciembre de 2018, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas proclam¨® el 24 de enero como el D¨ªa Internacional de la Educaci¨®n. Es decir, que el reconocimiento lleg¨® tarde, pero lleg¨®. Y bienvenido sea.
Si preguntamos a los mismos desconocidos qu¨¦ es lo que entienden por educaci¨®n, aqu¨ª las respuestas seguramente van a ser m¨¢s dispares. Tambi¨¦n es probable que haya desacuerdo si les pedimos cu¨¢l es el objetivo de ir a la escuela. ?Formarnos para el futuro profesional? ?Crecer como personas? ?Aprender de las materias que se imparten? ?O que los ni?os y ni?as jueguen y se relacionen? La respuesta correcta es mucho m¨¢s compleja. Es formarse. Es aprender matem¨¢ticas y sintaxis, y es sentar las bases para el futuro profesional. Pero tambi¨¦n es aprender valores, convivir con los compa?eros, crecer como personas, formarse una opini¨®n, tener esp¨ªritu cr¨ªtico, compartir puntos de vista¡ Y es algo que no ocurre solo en el aula.
Pongamos el foco en el espacio del mediod¨ªa. Acaban las clases de la ma?ana y los estudiantes que no van a almorzar a casa se quedan (si las ayudas p¨²blicas o la situaci¨®n econ¨®mica lo permite) en el comedor. Las familias est¨¢n tranquilas porque sus hijos van a alimentarse bien y eso, en s¨ª mismo, ya tiene mucho valor. Sabemos que una alimentaci¨®n insuficiente o pobre repercute en la salud y en el desarrollo de los menores de edad. Pero es que, adem¨¢s, asegurando la asistencia a la cantina tambi¨¦n se est¨¢ alimentando su educaci¨®n.
Adem¨¢s de comer, a mediod¨ªa se hacen muchas otras cosas. Los ni?os se relacionan entre ellos de una manera m¨¢s relajada que en el aula, siguen aprendiendo, conocen la importancia de una nutrici¨®n saludable y colaboran. Una buena intervenci¨®n pedag¨®gica en el comedor abre oportunidades para trabajar el empoderamiento de la infancia, la formaci¨®n en valores, la sociabilizaci¨®n y la resoluci¨®n de conflictos, adem¨¢s de los beneficios que aportan el juego y el tiempo libre en el fortalecimiento de las relaciones y las amistades. Si tienen que comer solos en casa porque su familia est¨¢ trabajando y no tiene los recursos econ¨®micos para pagar el men¨² del colegio o a alguien que les cuide, se pierde todo eso, incide en su bienestar emocional y, adem¨¢s, es muy com¨²n que no vuelvan a clase por la tarde. Hay, pues, un mayor riesgo de fracaso y abandono escolar.
Una buena intervenci¨®n pedag¨®gica en el comedor abre oportunidades para trabajar el empoderamiento de la infancia
Cierto es que, en Espa?a, las becas p¨²blicas de comedor que conceden las distintas administraciones intentan que todo el que lo necesite tenga acceso al espacio del mediod¨ªa. Decimos ¡°intentan¡± porque los datos nos muestran que no llegan a todos. Seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Calidad de Vida del INE, ¨²nicamente el 11% de los menores de 16 a?os matriculados recibe una ayuda al comedor cuando el 13,3% sufre extrema pobreza y uno de cada tres est¨¢ en riesgo de miseria o exclusi¨®n. La misma encuesta nos alerta de que casi el 6% de los menores de edad no come carne, pollo o pescado cada dos d¨ªas.
El comedor es una pieza educativa b¨¢sica. Sorprende que el 28% de las escuelas de Primaria no disponga de uno. Tampoco suele haberlo en Secundaria, una etapa de altas necesidades nutricionales en las que tambi¨¦n son de vital relevancia las relaciones y la buena convivencia. Por su repercusi¨®n en los resultados acad¨¦micos y en el bienestar de la infancia, el espacio del mediod¨ªa deber¨ªa formar parte del proyecto de los centros de ense?anza.
De hecho, desde Educo reivindicamos un pacto entre partidos pol¨ªticos para que su acceso sea universal y, mientras esto no sea posible, que al menos todos los ni?os en situaci¨®n de pobreza puedan ir. Conseguirlo implica una mayor inversi¨®n en la formaci¨®n acad¨¦mica y en el presupuesto de ayudas. Asimismo, es fundamental que se agilicen los tr¨¢mites administrativos para simplificar el acceso a las becas y que sus requisitos se adapten a la realidad que est¨¢n viviendo las familias, cuya situaci¨®n econ¨®mica puede haber cambiado extremadamente en pocos meses.
Como hemos visto, el comedor escolar es un factor clave en el proceso de aprendizaje de la infancia. Hay que empezar por reforzar este espacio, pero hay que apoyar la educaci¨®n desde todos los ¨¢ngulos, ya que este derecho es la mejor palanca para reducir las desigualdades, en Espa?a y en cualquier pa¨ªs.
Darse cuenta de esto es entender que es una responsabilidad que nos compete a todos y todas. No solo se educa en la escuela; tambi¨¦n en la comunidad, en la familia y en las relaciones sociales. Para ello es necesaria la implicaci¨®n total de la sociedad, que debe buscar alianzas y marcos de colaboraci¨®n para conseguir un derecho que, por desgracia, no siempre tiene el reconocimiento que se merece. Mientras no se consiga, cada 24 de enero seguiremos recordando y reivindicando su importancia, a la espera de que llegue el momento en el que ya no sea necesario tener un d¨ªa internacional porque la sociedad habr¨¢ logrado su objetivo.
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