14 fotosApiculturaLa miel del ocaso, el tesoro oculto de la Argentina remotaPese a que las abejas est¨¢n en peligro de extinci¨®n, un apicultor lucha por conservar el arte de fabricar miel de manera artesanal en un pueblo de la Patagonia Buenos Aires - 15 jul 2022 - 05:30CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace"El esfuerzo es muy grande. Cada vez hay que buscar m¨¢s, cada vez hay que ir m¨¢s lejos. Cada vez queda menos monte", afirma Rost. La agricultura industrializada, como los monocultivos, se traducen en menos diversidad y disponibilidad de alimento, y en el uso de plaguicidas, t¨®xicos para las abejas tanto como para los humanos.Migue Roth (EL PA?S)En las ¨²ltimas d¨¦cadas, se ha registrado disminuci¨®n de colmenas en todo el mundo; han muerto miles de millones de abejas y las proyecciones de los ¨²ltimos tres a?os son peores. La vida en el planeta sufre la amenaza de su extinci¨®n y los ¨²ltimos apicultores artesanales afrontan entornos cada d¨ªa m¨¢s hostiles.Migue Roth (EL PA?S)De manera inicial, los estudios se?alaban a que los posibles factores de la desaparici¨®n de las abejas fueran agentes pat¨®genos (como el Varroa destructor), par¨¢sitos (como el Nosema apis, que ataca su sistema nervioso), el estr¨¦s derivado del ambiente o por el manejo de las colmenas. Y aunque hay porcentajes de p¨¦rdidas por estas causas, los estudios se han reorientado a otras posibilidades como los efectos de los pesticidas en las comunidades de mel¨ªferas.Migue Roth (EL PA?S)Tres de cada cuatro plantas comestibles en el mundo requieren la polinizaci¨®n asistida espec¨ªficamente por abejas. ¡°Son uno de los grupos m¨¢s importantes de polinizadores que existen en el planeta¡±, dice Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecolog¨ªa de la UNAM , y el ec¨®logo m¨¢s citado en Am¨¦rica Latina.Migue Roth (EL PA?S)Plantas y polinizadores llevan miles de a?os evolucionando juntos y probablemente constituyen el ejemplo m¨¢s claro de mutualismo en la naturaleza. Sin estos agentes polinizadores ¡°tendr¨ªamos problemas serios", sostiene Ceballos. "Sin ser alarmistas, esto es realmente grave porque las plantas, a su vez, juegan un papel muy importante en la funci¨®n de sus ecosistemas¡±.Migue Roth (EL PA?S)¡°Si dejamos que se llegue al grado de que queden muy pocas [abejas y abejorros], es muy dif¨ªcil recuperarlas", afirma Walter Fanina, docente del Departamento de Biodiversidad y Biolog¨ªa Experimental de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. "La buena noticia es que, si llevamos a cabo acciones de conservaci¨®n bien enfocadas en los factores que est¨¢n causando la extinci¨®n, en la mayor¨ªa de los casos es reversible¡±.Migue Roth (EL PA?S)Alberto Rost, padre de Federico, en la planta extractora del pueblo. Toda la familia vive en Colonia Santa Teresa, pueblo de 550 habitantes en la provincia m¨¢s norte?a de la Patagonia argentina. Alberto asegura que las cosas son m¨¢s dif¨ªciles que antes. "Ahora hay que estar atento a todos los detalles para no perder". Migue Roth (EL PA?S)"Yo aprend¨ªa a cuidarlas con mi viejo. Esto es algo generacional", dice Federico Rost, sobre su relaci¨®n con las abejas. Pero pasar el legado no es sencillo: "Menos ahora. Los 'pibes' no se quedan en el pueblo. Y para los que se quedan, la responsabilidad les resulta extenuante".Migue Roth (EL PA?S)Federico Rost le ense?a a Pablo Schneider, de 18 a?os, los secretos de la apicultura artesanal. "Me pregunto si podremos repararlo. Me pregunto si nosotros ac¨¢ en el pueblo¡ Siendo tan pocos. Si podremos resistir, digo, si lograremos cuidarlas", reflexiona Fede, como le llaman en casa, y sorbe un mate.Migue Roth (EL PA?S)Federico Rost vive junto con su compa?era Roc¨ªo y siete perros en Colonia Santa Teresa, un pueblo argentino de 550 personas. A ellos tambi¨¦n les dijeron que este lugar podr¨ªa ser considerado un lugar de paso. Casi en tono de menosprecio: ofensivo. Como si una zona rural, una localidad peque?a, un pueblo chico debiera resignarse siempre a la etiqueta de "infierno grande". Para ellos, en cambio, la Colonia es el sitio indicado en el cual construir una madriguera, una base, echar ra¨ªces: un refugio ante la hostilidad del mundo.Migue Roth (EL PA?S)"Para que las plantas crezcan y las ra¨ªces profundicen hay que cuidarlas y abonar la tierra. Y eso se hace con bosta. Con mierda, b¨¢sicamente. Ac¨¢ se aprende eso: a extraer lo bueno de lo desechable, a aprovechar lo que nutre", explica Rost.Migue Roth (EL PA?S)"Hay que ayudarlas [a las abejas], especialmente despu¨¦s de la invernada. Contamos con la bondad de la naturaleza, que a¨²n resiste, y que se ve en la flor amarilla, por ejemplo, o en la nobleza del Cald¨¦n", opina Rost. El bosque de Cald¨¦n, ¨¢rbol aut¨®ctono pampeano, es ¨²nico en su tipo y es refugio de la fauna regional. Debido a la tala indiscriminada y el monocultivo, ahora corre peligro de extinci¨®n.Migue Roth (EL PA?S)La desigualdad econ¨®mica, el cambio clim¨¢tico y las pr¨¢cticas agrarias nocivas est¨¢n disminuyendo la poblaci¨®n de abejas y vulnerando la resistencia de sus guardianes: los apicultores artesanales.Migue Roth (EL PA?S)Ante el despoblamiento de colmenas y la muerte de colonias, ?quedan opciones? Los estudios sostienen que la agricultura comunitaria de peque?a escala tiene un papel esencial en el mantenimiento de los estilos de vida rurales, la protecci¨®n de estos oficios de cuidado y el combate a la pobreza. Por otra parte, ¡°a corto plazo, el primer paso es prohibir los productos t¨®xicos para las abejas", exige Greenpeace en un informe.Migue Roth (EL PA?S)