¡°Ojal¨¢ no hubiera creado nunca mi canal¡±: la silenciosa extinci¨®n de las youtubers afganas
El retorno de los talibanes al poder ha logrado acallar voces femeninas populares en la plataforma YouTube que hoy est¨¢n confinadas en sus casas o han huido del pa¨ªs tras sentirse amenazadas
Shamsia Karimi era famosa e independiente econ¨®micamente gracias a su canal en la plataforma YouTube. Cre¨ªa que los mayores obst¨¢culos que tendr¨ªa que enfrentar eran la reticencia de su familia o las cr¨ªticas calladas de sus vecinos. ¡°En todas partes la gente me aplaud¨ªa y me dec¨ªa: ¡®?Bien hecho, est¨¢s haciendo un trabajo maravilloso!¡¯¡±, recuerda esta mujer, que prefiere usar un nombre ficticio para esta entrevista. Pero cuando regresaron los talibanes al poder, esa misma fama se volvi¨® un problema y la angustia le hizo huir del pa¨ªs, sola y escondida bajo un burka. Ahora, Shamsia desear¨ªa sobre todo poder cambiar el pasado. ¡°Ojal¨¢ no hubiera creado nunca el canal de YouTube, ojal¨¢ fuera una de esas chicas que no se interesan por los acontecimientos pol¨ªticos¡±, dice, a¨²n invadida por el miedo, desde un pa¨ªs extranjero que desea que se mantenga en secreto.
El mismo comandante talib¨¢n que la hab¨ªa interrogado le envi¨® un mensaje de texto proponi¨¦ndole matrimonio y tambi¨¦n fotograf¨ªas de su familia.
Shamsia recuerda la primera vez que sufri¨® las amenazas de los talibanes. Un comandante de la ciudad de Bamiy¨¢n en el centro del pa¨ªs, la llam¨® para que fuera a su oficina. ¡°Me rega?¨® y me insult¨® mucho. Ped¨ª perd¨®n y me dijo que no trabajara m¨¢s. Tom¨® todos mis datos: mi n¨²mero de tel¨¦fono, la direcci¨®n de mi casa, mis huellas dactilares...¡±, recuerda. El miedo hizo que parara de hacer videos durante meses y se concentr¨® en sus estudios de Ingenier¨ªa en la universidad de Balj, en la provincia del mismo nombre, en el norte del pa¨ªs. Pero el acoso de los talibanes no ces¨®. El mismo comandante que la hab¨ªa interrogado le envi¨® un mensaje de texto proponi¨¦ndole matrimonio y tambi¨¦n fotograf¨ªas de su familia. ¡°Recuerdo que fue la noche antes de un examen. Me ped¨ªa que me casara con ¨¦l y env¨ªo fotos de mis allegados. Estaba muy asustada¡±, cuenta.
Shamsia termin¨® el semestre en la universidad y fue a Kabul, donde comenz¨® otro problema. El pasado diciembre, asisti¨® a una fiesta en la capital del famoso youtuber afgano Hatam Selahshor, que celebraba haber logrado 20.000 suscriptores en su canal de esta plataforma. Los talibanes irrumpieron en medio de la celebraci¨®n, detuvieron al anfitri¨®n y a varios de sus amigos. Shamsia form¨® parte de los invitados interrogados. ¡°Los talibanes golpeaban a todo el mundo. Nos tomaron las huellas dactilares, apuntaron nuestros n¨²meros de tel¨¦fono y nuestras direcciones y luego nos dejaron ir¡±, explica. Tras el incidente, la joven se encerr¨® en casa. ¡°Mi estado mental se deterior¨® mucho. Mi depresi¨®n era comparable a la que sent¨ª en los d¨ªas posteriores de la ca¨ªda de Kabul en manos de los talibanes¡±, compara. Finalmente, cruz¨® la frontera como una fugitiva.
Desde que se hicieron con el poder de nuevo en 2021, los islamistas han ido reduciendo el espacio p¨²blico ocupado por las mujeres en el pa¨ªs y han prohibido, por ejemplo, que las mujeres trabajen para ONG locales e internacionales, obligan a las afganas a cubrirse integralmente para realizar ciertos trabajos, como presentar un informativo, y les impiden que realicen desplazamientos solas.
Arresto y c¨¢rcel
La renuncia de Shamsia a hacer lo que m¨¢s le gusta no es un caso aislado. En el ¨²ltimo a?o y medio, varios youtubers, hombres y mujeres, otros afganos conocidos en redes sociales, han sido arrestados y encarcelados en el pa¨ªs. Uno de los ejemplos m¨¢s sonados fue el de Ajmal Haqiqi, detenido el pasado junio junto a otros amigos por insultar los valores isl¨¢micos en sus videos. Algunos de ellos siguen privados de libertad y de otros no se tienen noticias. Farid, un youtuber de 25 a?os que no desea que su identidad sea revelada, vive en Jaghori, un pueblo de la provincia de Ghazni (sureste) y asegura que tres afganas muy activas en esta plataforma fueron detenidas en diciembre en esta zona y no se tienen noticias sobre su paradero.
¡°Vio mis videos de YouTube. Entonces me dijo: ¡®Tu trabajo va contra la sharia¡¯ y colg¨® el tel¨¦fono¡±Shukria Rahimi, youtuber afgana
Todos los youtubers entrevistados para este reportaje trataban temas culturales y sociales en sus videos. Shamsia, por ejemplo, gan¨® popularidad al compartir im¨¢genes de la cultura hazara, minor¨ªa afgana que representa un 10% de la poblaci¨®n del pa¨ªs y es una comunidad con unas tradiciones y un folclore muy ricos. Shukria Rahimi, de 23 a?os, que tambi¨¦n utiliza un nombre ficticio en esta entrevista, tambi¨¦n usaba las redes para publicar videos sobre programas de ayuda o sobre las condiciones de vida en Kabul. Sus videos llegaron a alcanzar las 90.000 visitas. ¡°Un d¨ªa est¨¢bamos llevando ayuda a la gente y los talibanes nos detuvieron para preguntarnos qu¨¦ hac¨ªamos. Cuando le dije que est¨¢bamos prestando asistencia, cogi¨® mi tel¨¦fono y creo que vio mis videos de YouTube. Entonces me dijo: ¡®Tu trabajo va contra la sharia¡¯ y colg¨® el tel¨¦fono¡±, recuerda.
Somaiya Shadab, de 19 a?os, hab¨ªa superado la oposici¨®n de su familia para publicar sus videos en YouTube, pero no pudo con la presi¨®n talibana. ¡°La gente hablaba mucho a mis espaldas, pero a m¨ª no me importaba¡±, afirma. La joven recuerda que j¨®venes como ella fueron detenidas en la fiesta del youtuber Selahshor en Kabul el pasado diciembre y eso hizo que muchas otras cerraran sus canales. ¡°Yo tambi¨¦n lo dej¨¦ antes de que pasara nada m¨¢s¡±, explica, citando amenazas de encarcelamiento contra las j¨®venes y sus familias por parte de los talibanes.
Independencia econ¨®mica
Hasta la llegada de los talibanes, Shamsia Karimi y Somaiya Shadab eran independientes econ¨®micamente gracias a su trabajo en YouTube. ¡°Yo quer¨ªa independizarme y los ingresos eran buenos, sol¨ªa recibir unos 9.000 afganis (unos 100 euros), al mes. No ten¨ªa que pedir ayuda a nadie. Era muy bueno¡±, recuerda la primera. Esta plataforma, si se contaba con una cierta dosis de ingenio y buena suerte, era un negocio floreciente
Las mujeres no tienen acceso ya a ning¨²n derecho. No somos tratadas como seres humanosHomaira Helen, profesora y youtuber afgana
en Afganist¨¢n antes de que volvieran los talibanes y un n¨²mero considerable de las personas m¨¢s exitosas en este sector eran mujeres.
Homaira Helen, que tampoco desea que su nombre verdadero sea publicado, estudi¨® en la universidad y fue maestra de escuela en Kabul antes de que los islamistas regresaran. Ten¨ªa un canal de YouTube en el que difund¨ªa actividades culturales y gracias al cual alivi¨® sus problemas econ¨®micos. Ahora est¨¢ confinada en casa, debido a las restricciones de los islamistas contra las mujeres, y muy preocupada por su futuro. ¡°Debido al miedo a los talibanes, ni siquiera podemos realizar un programa que incluya tocar ¡®dambora¡¯, un instrumento t¨ªpico de la minor¨ªa hazara. Y ya no podemos rodar los programas fuera de nuestras casas¡±, lamenta.
Afganist¨¢n es el ¨²nico pa¨ªs del mundo que veta la educaci¨®n a todas las adolescentes mayores de 12 a?os. En la actualidad, el 80% de las ni?as y las j¨®venes afganas de edad escolar ¨C unos 2,5 millones de personas- se han quedado al margen de los centros de estudios. Casi el 30% de las ni?as afganas nunca han ingresado en la ense?anza primaria, seg¨²n datos de la Unesco. ¡°Las mujeres no tienen acceso ya a ning¨²n derecho. No somos tratadas como seres humanos¡±, concluye Homaira Helen.
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