Zanz��bar, el para��so tur��stico donde la igualdad de g��nero sigue siendo un sue?o

En Zanz��bar, la lucha por el empoderamiento femenino no contempla todav��a conceptos como la conciliaci��n, el teletrabajo o la corresponsabilidad. Para sus ni?as, j��venes y mujeres, se trata de conseguir un acceso universal a la educaci��n, torpedeado a��n en muchas zonas rurales por la lacra del matrimonio infantil; de conseguir voz propia e igualdad de oportunidades; de desterrar prejuicios; o de lograr su independencia econ��mica. Porque, en Zanz��bar, las mujeres tienen el doble de posibilidades que los hombres de carecer de educaci��n (lo que, a su vez, eleva el desempleo juvenil femenino hasta un 32%, frente al 10% del masculino); y tres de cada cuatro que consiguen trabajar reciben un salario inferior por el mismo empleo. En la imagen, Brenda Geoffrey, directora de Operaciones y Programas en International Barefoot College, una organizaci��n no gubernamental que desarrolla en Zanz��bar proyectos de educaci��n vocacional como el de Solar Mamas, con el que forman a mujeres sobre energ��a solar. ��La mayor��a de las barreras a las que se enfrentan las mujeres en Zanz��bar son culturales��, afirma Geoffrey.Nacho Meneses Poncio

��El mayor obst��culo es la ideolog��a patriarcal. Existen muchos estereotipos acerca del liderazgo femenino; legalmente no disfrutamos de los derechos que merecemos y es f��cil observar c��mo, en las comunidades, no se espera que ninguna mujer brille��, explica la doctora Mzuri Issa, presidenta de Tamwa, la asociaci��n tanzana de mujeres en los medios de comunicaci��n. El hecho de que el pa��s tenga, desde marzo de 2021, a Samia Suluhu Hassan como su primera mujer presidenta (y, precisamente, de Zanz��bar), hace que la situaci��n haya empezado a mejorar, si bien esto sea m��s palpable en las zonas urbanas que en las rurales. En la imagen, dos instructoras del programa de Solar Mamas, un proyecto con el que se capacita durante cinco meses a mujeres de las comunidades m��s alejadas de la ciudad. Despu��s de este tiempo, ellas deber��n ocuparse de instalar, mantener y reparar los paneles solares.Nacho Meneses Poncio

El proyecto Solar Mamas se encarga de identificar los pueblos que todav��a no han sido electrificados, que, sobre todo, se encuentran en zonas de dif��cil acceso o en localidades que no entran en los planes de las compa?��as el��ctricas. Su objetivo es capacitar a mujeres de entre 35 y 50 a?os de edad que no hayan podido estudiar, que est��n casadas o sean viudas y que tengan hijos, con el fin de garantizar que tienen ra��ces en su localidad.Nacho Meneses Poncio

Gran parte de la labor que hace Tamwa, la asociaci��n tanzana de mujeres en medios de comunicaci��n, tiene que ver con la concienciaci��n y la defensa de los derechos de la mujer, pero tambi��n con la formaci��n y sensibilizaci��n de los periodistas j��venes, la promoci��n del empoderamiento femenino, su visualizaci��n y la lucha contra la violencia de g��nero, un tema que todav��a cuesta debatir p��blicamente. ��Cuando una mujer es v��ctima de una violaci��n, con frecuencia se produce a manos de su propia familia. En estos casos, en vez de animarla a denunciarlo, la exhortan a que mantenga el silencio. Y, si logra acudir a la justicia, puede suceder que, en el transcurso de la investigaci��n, concierten su matrimonio con el violador, para encubrirlo, porque una vez que son marido y mujer, ya no se investiga m��s��, denuncia Mzuri Issa, presidenta de la asociaci��n. En la fotograf��a, dos mujeres aprenden a reparar paneles solares.Cedida por Barefoot College

En Kinyasini, al norte de Zanz��bar, Barefoot College desarrolla varias iniciativas con la educaci��n vocacional como eje fundamental de sus esfuerzos de empoderamiento: desde el programa de Solar Mamas, con el que forman a mujeres en energ��a solar; al de apicultura, costura o incluso educaci��n menstrual. En la imagen, las profesoras del programa de costura en Barefoot College, en Kinyasini, Zanzi?bar.Nacho Meneses Poncio

El rol de la mujer en Zanz��bar contin��a mayoritariamente sometido al del hombre. Sin independencia econ��mica y con remotas posibilidades de adquirirla, las mujeres carecen tanto de poder de decisi��n como adquisitivo: solo el 20% tiene una cuenta bancaria y el 91% no es titular de propiedad alguna. ��Ellas hacen gran parte del trabajo duro, pero ��nicamente se las usa como mano de obra, porque la tierra es siempre de alguien m��s, ya sea el marido, otros parientes o la comunidad a la que pertenecen��, se?ala Mzuri Issa.Nacho Meneses Poncio

La labor de la escuela Kawa Training Center, una escuela que cuenta con el apoyo de la Fundaci��n TUI Care, tiene como objetivo facilitar que los j��venes (y muy en especial las mujeres, que componen el 50% de su alumnado) puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece el turismo. ��Para muchas chicas, especialmente en las zonas rurales, la ��nica perspectiva es casarse j��venes, tras lo cual dejar��n de estudiar. Sin posibilidades laborales, su vida se limitar�� a tener hijos y a quedarse en casa��, explica Suzanne Degeling, fundadora de Kawa, en uno de los despachos de la escuela. ��En las ciudades es algo diferente. Invitamos a las chicas a que vengan a estudiar, pero no es f��cil, porque tenemos que convencer tambi��n a sus padres, hermanos y futuros esposos��. Durante 15 meses (y otros tres de pr��cticas), adquirir��n los conocimientos imprescindibles para labrarse un futuro dentro del mundo de la restauraci��n y el turismo: desde ingl��s, inform��tica, competencias para el emprendimiento y sostenibilidad, hasta habilidades para el desarrollo profesional, marketing y excelencia en el servicio. En la imagen, algunos estudiantes de Kawa Training Center explican iniciativas medioambientales que llevan a cabo en la ciudadNacho Meneses Poncio

Aziza Subeha es una joven gu��a tur��stica de 25 a?os en la paradis��aca isla de Zanz��bar. Aunque tiene tres hermanos, su salario es el ��nico ingreso estable para mantener a sus padres, ambos enfermos. Y, aun as��, para estudiar tuvo que vencer una fuerte resistencia familiar: ��Mi madre no dispon��a de dinero para mandarme a la escuela, y yo apenas ten��a para comer o pagar el transporte��, recuerda. Va vestida con la camiseta azul de su escuela, Kawa Training Center, pantalones azules oscuros y un pa?uelo blanco que cubre su cabeza. ��Lejos de ayudarme, mis hermanos me echaban en cara que yo estudiara; me dec��an que mi lugar estaba en casa, haciendo las tareas del hogar. Pero mis padres se sentaron conmigo y me dijeron que, si trabajaba duro, podr��a hacerlo��. En Zanz��bar, las mujeres se enfrentan a m��s retos que los hombres para mantenerse dentro del sistema educativo. La tasa de abandono escolar es especialmente notable a partir de los 13 o 14 a?os, edad a la que las j��venes empiezan a casarse. En la fotograf��a, algunas de las estudiantes de Kawa Training Center, en la puerta de entrada a la escuela. Nacho Meneses Poncio

La falta de infraestructuras para gestionar residuos empuj�� a Anneloes Roelandschap, una mujer neerlandesa, y Suleiman Ali Mohammed, su socio local, a fundar Chako en Mbuzini, al oeste de la isla. El resultado fue una empresa social de econom��a circular a trav��s del reciclaje y una fuerte orientaci��n hacia el empoderamiento femenino, ya que all�� el 60% de sus trabajadoras son mujeres. ��Zanz��bar recibe muchos turistas cada a?o, y estos generan numerosos residuos. Personas que a lo mejor se beben una botella de vino y luego la dejan en la playa o en el hotel... Nosotros lo que hacemos es recoger esa botella, reciclarla y darle vida fabricando un nuevo producto��, cuenta Happiness Makale, de 30 a?os, frente a un grupo de periodistas europeos que visitan sus instalaciones. El sueldo de cada artesano o artesana (desde cortadores de cristal hasta especialistas en el tallado de madera) depende del n��mero de productos que puedan fabricar a lo largo del mes, pero como m��nimo alcanza los 350.000 'shillings' mensuales (unos 137 euros), suficiente para dar de comer a una familia y disponer de alg��n ingreso adicional. En la imagen, un grupo de jo?venes artesanas en las instalaciones de Chako, una empresa social dedicada al reciclaje creativo y la economi?a circular.Nacho Meneses Poncio

��Cuando empezamos a trabajar con las comunidades, nos dimos cuenta de que entre los problemas a los que se enfrentan las mujeres est�� el de la menstruaci��n, porque no tienen informaci��n y a��n perduran much��simos tab��es��, esgrime Brenda Geoffrey. ��Cuando empezamos a ir a las escuelas a ofrecer educaci��n menstrual, nos dimos cuenta de que el 95 % de ellas lo ignoraban absolutamente todo antes de tener su primer periodo, lo que llegado el momento las hac��a pensar incluso que pod��an tener una enfermedad grave��, a?ade. En la imagen, una joven artesana trabaja el vidrio y la madera en las instalaciones de Chako, una empresa social dedicada al reciclaje creativo y la economi?a circular.Nacho Meneses Poncio