Supervivientes de la explotaci¨®n sexual en Rep¨²blica Dominicana: ¡°Te destrozan la vida porque solo piensan en su placer¡±
La trata de ni?as y mujeres j¨®venes para prostituirlas en el pa¨ªs caribe?o es un problema arraigado. Formarlas para que no caigan en las redes y concienciar al sector tur¨ªstico son las v¨ªas de prevenci¨®n. Una nueva ley para adaptar la lucha a las nuevas formas de criminalidad sigue estancada
¡°Eran las cinco y seis minutos de la tarde¡±, recuerda con exactitud Flor de Lis, una dominicana de 23 a?os. Han pasado siete a?os desde que lleg¨® enga?ada por una amiga a la paradisiaca playa de Barahona, pero lo recuerda ¡°como si fuera ayer¡±. Ese d¨ªa de 2015, a esa hora precisa, su ¡°infancia feliz¡± se convirti¨® en un infierno. Lo que iba a ser una jornada de ba?o como tantas otras en la localidad dominicana de Boca Chica, a poco m¨¢s de media hora de Santo Domingo, fue en realidad medio a?o de abusos, violaciones, golpes y otros malos tratos que describe sin paliativos. Su amiga, una captadora de una red de trata, la abandon¨® frente a un bar y una desconocida le hizo saber qu¨¦ hac¨ªa all¨ª verdaderamente. ¡°A ti te trajeron para ac¨¢ para que t¨² te acuestes con hombres por dinero y para que les brindes bebida¡±, le dijo a las cinco y seis minutos de la tarde.
Sin embargo, el rostro de Flor de Lis no ser¨¢ la imagen que vea un turista cuando busque en internet la Rep¨²blica Dominicana como destino vacacional. Aparecer¨¢n playas paradis¨ªacas y resorts todo incluido. Pero ella y muchas otras son un reclamo para numerosos visitantes, de fuera y dentro del pa¨ªs: ni?as y chicas j¨®venes con las que mantener sexo por dinero. Porque Flor de Lis no estaba all¨ª sola, ni aquel bar con un hotel detr¨¢s es una rareza en el pa¨ªs. All¨ª donde ella fue explotada, un burdel propiedad de un pol¨ªtico, hab¨ªa otras 10 menores y seis adultas en igual situaci¨®n, al servicio de nacionales y extranjeros, ¡°abogados, funcionarios, personas serias que las ves por ah¨ª o en una reuni¨®n sin t¨² saber todo el da?o que han hecho¡±.
La explotaci¨®n sexual de menores est¨¢ presente en cada rinc¨®n de la Rep¨²blica DominicanaAlba Rodr¨ªguez, directora de Save the Children
¡°El Gobierno no cumple plenamente las normas m¨ªnimas para la eliminaci¨®n de la trata de personas, pero est¨¢ llevando a cabo esfuerzos significativos¡±, reza el ¨²ltimo informe anual de referencia sobre este problema, elaborado por la embajada de Estados Unidos en el pa¨ªs caribe?o. ¡°De manera inconsistente con el derecho internacional, la ley [de Contrabando y Trata de Personas de 2003] requer¨ªa una demostraci¨®n de fuerza, fraude o coerci¨®n para constituir un delito de tr¨¢fico sexual de ni?os y, por lo tanto, no criminalizaba todas las formas¡± de este crimen, analizan los autores. La norma est¨¢ en revisi¨®n desde 2019, pero el proyecto de Ley Integral sobre Trata de Personas, Explotaci¨®n y Tr¨¢fico Il¨ªcito de Migrantes fue retirado el pasado febrero del proceso de aprobaci¨®n en el Congreso Nacional porque, seg¨²n sus detractores, abr¨ªa la puerta a la entrada indiscriminada de inmigrantes irregulares haitianos, al reconocer el derecho de los extranjeros supervivientes de trata a no ser deportados y ¡°gestionar la permanencia regular en el pa¨ªs¡±, as¨ª como a la la reunificaci¨®n familiar.
La entrada en vigor del nuevo texto supondr¨ªa avances en el reconocimiento y protecci¨®n de las supervivientes. ¡°Elimina la obligatoriedad de que los menores tengan que demostrar coerci¨®n para ser reconocidas como v¨ªctimas de trata¡±, detalla Alba Rodr¨ªguez, directora de Save the Children en el pa¨ªs. El consentimiento tampoco ser¨¢ ¡°considerado como v¨¢lido, y no constituir¨¢ en ning¨²n caso motivo de exenci¨®n de responsabilidad penal, civil o administrativa de los autores o c¨®mplices¡±, recoge la norma paralizada, que desarrolla m¨¢s pormenorizadamente que la anterior los mecanismos de prevenci¨®n y apoyo institucional a las supervivientes. Mientras tanto, con un arma legal de hace dos d¨¦cadas, las redes de captaci¨®n y explotaci¨®n con fines sexuales evolucionan al ritmo de las nuevas tecnolog¨ªas para evitar ser detectadas, por ejemplo, usando plataformas en l¨ªnea de alquiler vacacional para ofertar su men¨² de chicas. Ya ni siquiera necesitan un local que la polic¨ªa podr¨ªa vigilar, basta un tel¨¦fono m¨®vil para conectar con los clientes y llevarles las ni?as a domicilio.
Flor de Lis era una adolescente, ¡°muy jovencita¡±, separada de su familia y no sab¨ªa d¨®nde se encontraba. ¡°Y lo tuve que hacer. Estaba lejos de mi casa, me maltrataban mucho. Yo no quer¨ªa estar con los clientes y me daban golpes; y cuando ten¨ªa relaciones con alg¨²n cliente, me quitaban el dinero, no me dejaban hacer una llamada, no me dejaban salir. Hay veces que ni siquiera me daban de comer porque no quer¨ªa acostarme con hombres¡±. En su narrar, no puede ni quiere contener las l¨¢grimas al rememorar ¡°eso¡±. Y eso es ser obligada a acostarse con unos ocho hombres al d¨ªa, palizas si se negaba a practicar una felaci¨®n, si no lograba excitar al se?or de turno, violaciones con objetos, golpes con tubos hasta casi matarla, forzada a beber y consumir drogas para aguantar toda esa violencia cada jornada. ¡°Te destrozaban la vida porque ellos nom¨¢s pensaban en coger su placer. Te dec¨ªan que si t¨² no le hac¨ªas algo bien, o no te le sub¨ªas bien arriba, ellos te iba a meter un palo, te iban a joder o te iban a hacer algo peor. Hay veces que te llevaban a los montes y te tiraban, y te daban golpes y te violaban all¨ª sin decirle nada al se?or del bar, porque ellos solamente as¨ª lo quer¨ªan¡±.
¡°La explotaci¨®n sexual de menores est¨¢ presente en cada rinc¨®n de la Rep¨²blica Dominicana¡±, asevera Rodr¨ªguez, de Save the Children. ¡°En Sos¨²a, Boca Chica, detr¨¢s de cualquier colmado en Santo Domingo, en las zonas industriales...¡±, enumera. El an¨¢lisis de la embajada estadounidense en el pa¨ªs arroja la misma conclusi¨®n: ¡°Se produce en las calles, en los parques y en las playas. Los traficantes usan cat¨¢logos para vender a las v¨ªctimas a clientes potenciales, utilizando casas privadas, apartamentos alquilados u hoteles de estancia prolongada para alojar a las v¨ªctimas¡±.
¡°Las relaciones sexuales con menores est¨¢n normalizadas en la sociedad, pero se mantienen invisibles en las comunidades, los barrios, las familias¡±, comenta Rodr¨ªguez. ¡°Hay una apreciaci¨®n generalizada de que las ni?as y adolescentes provocan esas situaciones y buscan esas relaciones con adultos. Se desdibuja la protecci¨®n del menor que, por el hecho de serlo, nunca puede dar consentimiento¡±. Tales argumentos explican que apenas haya denuncias por explotaci¨®n sexual de ni?as, agrega el mayor Julio Balbuena Valenzuela, subcomandante del Departamento de Trata y Tr¨¢fico de Personas de la polic¨ªa nacional dominicana. ¡°Se piensa que est¨¢n en rebeld¨ªa¡±.
No fue el caso de Flor de Lis: su padre denunci¨® su desaparici¨®n ¨Del ¨²nico de los de las 11 menores prostituidas en el mismo local¨D. Cuando ella camel¨® a un cliente y pariente del due?o del burdel para que le dejase hacer una llamada a su t¨ªa, solo pudo decir que estaba bien y le cost¨® que ¡°el se?or¡± la encerrara en una habitaci¨®n, pero sirvi¨® para que los investigadores rastrearan el tel¨¦fono.
¡°Llegaron unos clientes espa?oles y dominicanos, y no me daban de tomar, solamente me hac¨ªan preguntas, hablaban por tel¨¦fono y se hac¨ªan como se?as, se miraban¡±, recuerda. Hasta que un d¨ªa, en un instante en el que el propietario la agarr¨® del brazo, uno de aquellos hombres se levant¨® y dijo: ¡°No se mueva. Flor de Lis no te muevas, tu pap¨¢ te mand¨® rescatar¡±. Al escuchar su verdadero nombre, uno que tambi¨¦n le hab¨ªan robado, supo que aquellos ¡°se?ores vestidos de clientes¡± conoc¨ªan su identidad, qui¨¦n era ella. ¡°Casi me desmayo. Solamente pens¨¦: ¡®Gracias a Dios, es un polic¨ªa¡±. Todas fueron trasladadas a los servicios sociales y el prost¨ªbulo clausurado para disgusto de muchos vecinos que protestaron violentamente frente al bar, quej¨¢ndose por el se?alamiento (injusto en su opini¨®n) del respetado pol¨ªtico local, tal como recogi¨® la prensa local.
La corrupci¨®n y la complicidad de los funcionarios en los delitos de tr¨¢fico de personas siguieron siendo motivo de preocupaci¨®n, lo que impidi¨® la actuaci¨®n de las fuerzas de seguridadInforme anual sobre trata de la embajada de Estados Unidos en Rep¨²blica Dominicana
Lo que Flor de Lis narra con la emoci¨®n agarrada a la garganta es un operativo de agentes bajo reservas, un avance en la lucha contra este delito, explica el mayor Valenzuela. Esta figura permite a la polic¨ªa investigar desde dentro la trata, rescatar a las v¨ªctimas y, en caso de no existir denuncia o ser retirada ¨Da veces por amenazas, otras porque los traficantes pagan a las familias para que desistan¨D, tener pruebas suficientes para sostener el caso y procesar a los perpetradores. ¡°Hay condenas, pero no son ejemplarizantes¡±, lamenta. No lo fue tampoco en el caso de Flor de Lis, que denuncia que su amiga captadora y sus explotadores (el due?o y ¡°la que cobraba¡±) est¨¢n en libertad ¡°y siguen haciendo lo mismo¡±. ¡°Es gente poderosa. Aqu¨ª todo se compra¡±, lanza.
¡°La corrupci¨®n y la complicidad de los funcionarios en los delitos de tr¨¢fico de personas siguieron siendo motivo de preocupaci¨®n, lo que impidi¨® la actuaci¨®n de las fuerzas de seguridad durante el a?o¡±, anota el informe de la embajada estadounidense. ¡°El Gobierno no inform¨® de la situaci¨®n de un caso de tr¨¢fico sexual del 2017 en el que estaban implicados agentes de polic¨ªa y miembros del ej¨¦rcito¡±, agrega.
En 2021, se registraron oficialmente 29 v¨ªctimas de trata sexual, seis adultas, 21 ni?as y dos chicos menores de edad
En 2021 se registraron oficialmente 29 v¨ªctimas de trata sexual, seis adultas, 21 ni?as y dos chicos menores de edad. La mayor¨ªa (24) eran dominicanas, tres haitianas y dos colombianas. En cuanto a las pesquisas y procesos judiciales, el estudio anual publicado en 2022 (el ¨²ltimo disponible) revela que en el a?o anterior se efectuaron 68 investigaciones sobre casos de trata, que inclu¨ªan a 89 implicados. ¡°Asimismo, fueron enjuiciadas un total de 98 personas en relaci¨®n con un total de 55 casos por trata sexual, trabajo forzado y proxenetismo¡±, detalla el documento. Ese mismo 2021, se emitieron seis sentencias condenatorias, cuatro por trata sexual y dos por proxenetismo.
Heridas que sanan, pero dejan cicatriz
A falta de una nueva ley, el Gobierno, con apoyo de Unicef, elabor¨® una gu¨ªa de actuaci¨®n para casos de trata de personas y tr¨¢fico il¨ªcito de migrantes que afectan a ni?os, ni?as y adolescentes. Pero por muchos protocolos y declaraciones de intenciones que se hagan, Flor de Lis ya no conf¨ªa casi en nadie. Una amiga la enga?¨®, un pol¨ªtico la prostituy¨® y viol¨®, como hicieron tantos hombres respetados durante seis meses. Y, cuando sali¨® de aquel infierno, fue llevada a un centro del Consejo Nacional para la Ni?ez y la Adolescencia donde recibi¨® ayuda, pero necesit¨® del apoyo adicional de la ONG Misi¨®n Internacional de Justicia (MIJ), que ya no trabaja en el pa¨ªs. ¡°Me llevaron al m¨¦dico, me hicieron an¨¢lisis, me dieron medicamentos. Gracias a Dios no tuve ninguna enfermedad¡± de transmisi¨®n sexual, explica. Fue entonces cuando conoci¨® a la psic¨®loga Luz del Alba Antonio Rojas, que entonces trabajaba en MIJ y hoy es coordinadora de proyectos en Save the Children. ¡°Un ¨¢ngel¡±, afirma.
La psic¨®loga asegura que Flor de Lis ya ha superado las fases de recuperaci¨®n por la que pasan las supervivientes. El primer paso es la aceptaci¨®n y reconocimiento de que han sido v¨ªctimas de trata. ¡°Muchas ni siquiera son conscientes¡±. La terapia contribuye a que cesen las pesadillas, que aprendan a confiar en otros y entablar ¡°relaciones normalizadas con otras personas¡±. Cuando salen de la explotaci¨®n ¡°son migajas de ser humano¡±. ¡°Por a?os se tiene que trabajar su autoestima y posiblemente nunca la lleguen a recuperar completamente¡±. Para ello, precisan de tratamiento profesional que no siempre encuentran y depende, en gran medida, de las ONG.
Ese es el proceso de sanaci¨®n que est¨¢ iniciando Flor de Mayo (nombre supuesto), de 40 a?os, otra superviviente que fue enga?ada con una oferta laboral de camarera en su ciudad, pero que en realidad fue secuestrada, violada en al menos una ocasi¨®n y testigo de explotaci¨®n de ni?as. Eso fue en 2009, cuando ya era adulta y madre de cuatro. Pero ha sido recientemente cuando ha comprendido que aquello que le pas¨® a ella y a las menores a las que rescat¨® cuando decidi¨® huir y se las llev¨® consigo, es un delito de trata. Ella no ha recibido terapia y todav¨ªa le cuesta expresar su historia, plagada de silencios, de vulnerabilidad, malos tratos, necesidad y desesperaci¨®n. Teme ser reconocida como v¨ªctima y pide anonimato.
Capaz ahora de compartir su historia, a Flor de Lis le quedaron tambi¨¦n secuelas f¨ªsicas. ¡°Por el destrozo que me hicieron ah¨ª¡±, se se?ala la tripa. Tras dar a luz a su ni?a, hoy de cinco a?os ¨Dfruto de una relaci¨®n que ya termin¨®¨D, por medio de ces¨¢rea y no poder darle el pecho ¡°porque ten¨ªa una bacteria en los senos¡±, le han dicho que ya no podr¨¢ tener m¨¢s hijos. Asegura no sentir rencor, solo quiere una vida feliz. Quiere trabajar ¡°de lo que salga¡± para mantener a su peque?a, pero reclama m¨¢s apoyo p¨²blico a las supervivientes. ¡°Nos prometen, pero no cumplen¡±. Apenas hay una casa de acogida de 24 plazas espec¨ªfica para ellas y las menores no siempre son atendidas el tiempo necesario en los servicios sociales porque, en una sociedad conservadora y cat¨®lica, se considera que estas ni?as sexualizadas van a ser una mala influencia para el resto de chavales, detalla la directora de Save the Children.
Red de apoyo
La directora de la ONG a?ade la necesidad de profundizar en la labor de prevenci¨®n. Flor de Lis y otros supervivientes, tambi¨¦n chicos, est¨¢n organizados en una red en la que no solo se apoyan entre ellos, sino que ayudan a las organizaciones en labores de sensibilizaci¨®n en las comunidades para que las ni?as no caigan en las mentiras de los captadores, que se aprovechan de la vulnerabilidad de adolescentes y adultas en situaciones desesperadas.
Con el prop¨®sito de fortalecer la estabilidad socioecon¨®mica de estas ni?as, mujeres y sus familias, as¨ª como involucrar en esta lucha a las instituciones, las fuerzas de seguridad y el sector hotelero dominicanos, la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n para el Desarrollo ¨Dque ha facilitado la log¨ªstica para la elaboraci¨®n de este reportaje¨D destinar¨¢ 600.000 euros en el periodo 2018-2025, m¨¢s otros 437.500 euros entre 2020 y 2023 que aportan las comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos.
En todo el pa¨ªs, solo hay una casa de acogida de 24 plazas espec¨ªfica para supervivientes de trata explotadas sexualmente
Save the Children en el pa¨ªs ser¨¢ una de las entidades que canalice una parte de esos fondos para un proyecto de ¡°protecci¨®n integral de ni?as, adolescentes y mujeres frente a la trata en zonas tur¨ªsticas de Rep¨²blica Dominicana¡±, explica la directora. Adem¨¢s de trabajar con chicas en riesgo, ¡°para el desarrollo de competencias de autoprotecci¨®n, acceso a denuncia y restituci¨®n de derechos¡±, tambi¨¦n incluir¨¢n a varones. ¡°Temas de nuevas masculinidades e igualdad. Porque no se puede cambiar la realidad si no la enfrentas desde la ra¨ªz¡±, apunta Rodr¨ªguez.
Su programa contempla seguir su l¨ªnea de actuaci¨®n con el sector hotelero, que representa el 25% del PIB de Rep¨²blica Dominicana. ¡°El turista sexual viene porque la oferta ya existe en el pa¨ªs¡±, matiza Rodr¨ªguez. Y a su vez el turismo sexual contribuye a la continuidad de esta pr¨¢ctica delictiva. David Llibre, presidente de la Asociaci¨®n de Hoteles y Turismo del pa¨ªs (Asonahores), subraya el compromiso de sus miembros contra este flagelo. Una de las normas que aplican estrictamente es que ning¨²n ni?o puede ser registrado en un hotel por otra persona que no sean sus padres. ¡°Pero las plataformas digitales carecen de este tipo de control¡± para evitar que los hu¨¦spedes entren con ni?as para abusar de ellas, anota.
¡°En los casos de explotaci¨®n sexual de menores, se utilizan los chats de WhatsApp y las redes sociales para atraer a los ni?os¡±, a?ade la embajada estadounidense en su an¨¢lisis. Rodr¨ªguez, de Save the Children, suma otra triqui?uela a la lista de innovaciones del crimen: ¡°Sabemos que pagan a las familias para que se alojen en los hoteles y hacer, ya salvado el escollo del registro, un intercambio de habitaciones para acostarse con las menores¡±. Pero el problema no es principalmente el ¡°gran hotel o resort¡±, dice, sino todos los servicios que se ofrecen alrededor: excursiones, transporte, ocio... y sexo con ni?as.
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