El desplazamiento forzado en Gaza pone en peligro el derecho humanitario
Debemos exigir responsabilidades a quienes infringen las leyes deliberadamente, usan la ayuda como arma y difaman a las organizaciones humanitarias con el objetivo de debilitar la asistencia, la protecci¨®n de los civiles y las infraestructuras civiles
D¨ªa y noche, durante los ¨²ltimos dos meses, las agencias de ayuda humanitaria han pedido el env¨ªo de suministros humanitarios a la Franja de Gaza. Se nos ha colocado en una situaci¨®n intolerable, la de solicitar permiso para realizar una labor que salva vidas.
La semana pasada escrib¨ª al presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas para informarle de que la capacidad de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Pr¨®ximo (UNRWA) para seguir cumpliendo su mandato en Gaza se ha vuelto muy limitada. En mis 35 a?os de trabajo en emergencias complejas nunca me hubiera imaginado escribir una carta as¨ª, que predice la muerte de mi personal y el colapso del mandato que se espera que cumpla.
En esta guerra los civiles son peones y, sin embargo, la ayuda humanitaria se ha condicionado. La ayuda humanitaria se retiene o se entrega en funci¨®n de agendas pol¨ªticas y militares que las Naciones Unidas desconocen. Los alimentos, el agua y el combustible se utilizan sistem¨¢ticamente como armas de guerra en Gaza, al igual que la desinformaci¨®n. Atacar e intentar desacreditar a organizaciones humanitarias como UNRWA es otra forma de librar la guerra y comprometer la respuesta humanitaria, debilitando a¨²n m¨¢s la protecci¨®n de los civiles y de las infraestructuras civiles.
En esta guerra los civiles son peones y, sin embargo, la ayuda humanitaria se ha condicionado. La ayuda humanitaria se retiene o se entrega en funci¨®n de agendas pol¨ªticas y militares que las Naciones Unidas desconocen
Ham¨¢s se ha eximido de toda responsabilidad hacia la poblaci¨®n civil. Vergonzosamente, ha declarado que toda la responsabilidad de la ayuda humanitaria a los civiles recae en la ONU. Israel ha impuesto un asedio casi total a Gaza, infligiendo un castigo colectivo a m¨¢s de dos millones de personas, la mitad de las cuales son ni?os. Los escasos suministros que Israel ha estado permitiendo entrar en Gaza tienen poco efecto frente a las abrumadoras necesidades de toda una poblaci¨®n.
Desde el comienzo de la guerra, Israel ha desplazado de manera forzosa a m¨¢s de 1,8 millones de gazat¨ªes de sus hogares, especialmente de las zonas del norte de la Franja de Gaza. Se trata del mayor desplazamiento forzoso de palestinos desde 1948.
Desde entonces, m¨¢s de 270 personas refugiadas en instalaciones de la UNRWA han muerto y casi 1.000 han resultado heridas. La mayor¨ªa de estos refugios se encontraban en las zonas centro y sur de la Franja de Gaza, que se cre¨ªan m¨¢s seguras. La triste realidad es que los gazat¨ªes no est¨¢n seguros en ning¨²n sitio: ni en casa, ni en un hospital, ni bajo la bandera de la ONU, ni en el norte, ni en el centro, ni en el sur.
Ahora que la pausa humanitaria ha terminado, ?cu¨¢l ser¨¢ el destino de m¨¢s de dos millones de palestinos asediados y confinados en una min¨²scula zona del sur de Gaza?
Ahora que la pausa humanitaria ha terminado, ?cu¨¢l ser¨¢ el destino de m¨¢s de dos millones de palestinos asediados y confinados en una min¨²scula zona del sur de Gaza?
Las Naciones Unidas y varios Estados miembros, incluido Estados Unidos, han rechazado firmemente el desplazamiento forzoso de los gazat¨ªes fuera de la Franja de Gaza. Pero los acontecimientos que estamos presenciando apuntan a intentos de empujar a los palestinos a Egipto, independientemente de que se queden all¨ª o sean reasentados en otro lugar.
Diezmar el norte de Gaza y desplazar a millones de gazat¨ªes hacia el sur representan la primera etapa de ese escenario que ya se ha completado. La siguiente fase est¨¢ en marcha: expulsar a la poblaci¨®n del centro urbano de Jan Yunis y acercarla a la frontera egipcia.
Los bombardeos y el f¨¦rreo asedio est¨¢n volviendo a crear unas condiciones en las que s¨®lo es posible la mera supervivencia. La privaci¨®n de ayuda humanitaria es clave en este plan. Tras la destrucci¨®n del norte contin¨²a la del sur. Sin embargo, esta vez la gente no tiene ad¨®nde ir.
Se vuelve a pedir a las agencias humanitarias que proporcionen tiendas de campa?a en las denominadas ¡°zonas seguras¡± o de ¡°no combate¡± en el sur. Pero la realidad es que designar unilateralmente un ¨¢rea como ¡°zona segura¡± en una situaci¨®n de guerra no la har¨¢ m¨¢s segura.
Para muchos palestinos, la ¨²nica posibilidad de tener un futuro mejor es abandonar Gaza. A juzgar por los debates pol¨ªticos y humanitarios en curso, es dif¨ªcil creer que a los palestinos de Gaza desplazados hoy se les permita -o incluso est¨¦n dispuestos- a regresar a sus hogares destruidos en un futuro pr¨®ximo. Si esto sigue as¨ª, y conduce a lo que muchos ya llaman una segunda Nakba, Gaza dejar¨¢ de ser tierra para los palestinos.
Todav¨ªa se puede tomar un camino diferente, empezando por un alto el fuego humanitario estable que conduzca a la liberaci¨®n de todos los rehenes, el firme cumplimiento del derecho internacional humanitario por todas las partes, la congelaci¨®n de los asentamientos israel¨ªes en Cisjordania y un aut¨¦ntico debate sobre el futuro con una soluci¨®n pol¨ªtica negociada, que incluya un Estado palestino que comprenda el territorio palestino ocupado.
Al mismo tiempo, debe haber justicia y rendici¨®n de cuentas por las atrocidades del 7 de octubre, incluida la toma de rehenes, adem¨¢s de por la matanza desproporcionada de civiles y la destrucci¨®n de Gaza. Sin esto no habr¨¢ paz ni estabilidad. La Corte Penal Internacional debe investigar y juzgar las pruebas de presuntos cr¨ªmenes de guerra, cr¨ªmenes contra la humanidad y genocidio.
Los gobiernos de todo el mundo deben actuar de manera decisiva. De lo contrario, el derecho internacional humanitario se convertir¨¢ en la ley del m¨¢s fuerte. Debemos exigir responsabilidades a quienes lo infringen deliberadamente, usan la ayuda humanitaria como arma y difaman a las organizaciones humanitarias con el objetivo de debilitar la asistencia, la protecci¨®n de los civiles y las infraestructuras civiles.
El objetivo original de la ayuda humanitaria internacional, un concepto concebido tras la primera guerra mundial, era aliviar el sufrimiento de los civiles durante las guerras y los conflictos. Hoy, sin embargo, la ayuda humanitaria es una dimensi¨®n estrat¨¦gica de la pol¨ªtica exterior y la competencia diplom¨¢tica, un instrumento de poder y guerra.
En Gaza se est¨¢ manipulando la ayuda humanitaria para ponerla al servicio de objetivos pol¨ªticos y militares, otra brecha entre muchas en esta guerra. La ayuda humanitaria debe mantenerse independiente e imparcial. Para ello, debemos seguir centrados en el principio de aliviar el sufrimiento de los civiles, sean quienes sean y est¨¦n donde est¨¦n.
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