Enchaquirados, las pescadoras trans de Ecuador

Vicky posa para un retrato en el sal��n de su casa en Puerto Engabao, este 1 de octubre. Engabao es una peque?a localidad costera (unos 4.000 habitantes) en el sur de Ecuador, en la provincia de Guayas, que vive principalmente del turismo y la pesca. Aqu��, algunas vecinas como Vicky, que se identifican como mujeres transexuales, como personas no binarias o como travestis, se han reapropiado del t��rmino enchaquirados, que defin��a a sirvientes transexuales del cacique Tumbal��, destinados a tareas sexuales y religiosas durante la era precolombina.

Vicky muestra sus collares, un gui?o a los enchaquirados precolombinos, que, seg��n algunos historiadores, sol��an engalanarse con muchas joyas. De familia de tradici��n pescadora, Vicky trabaj�� durante a?os en el mismo oficio, hasta que una enfermedad le impidi�� seguir. "Cuando una trabaja como pescadora no se trasviste, en mi caso lo hac��a cuando acababa de trabajar", explica.

Vicky, Eliss y Joelis en la tienda que ahora regenta Vicky en la playa de Puerto Engabao, este 1 de octubre. Este pueblo se ha convertido en refugio para ellas. ��Ser una persona trans en Ecuador en la actualidad es f��cil, pero antes no", afirma Vicky. "Hoy en d��a todas nos vestimos como nos apetece, incluso hay leyes que nos amparan. Adem��s, nos ayudamos entre nosotras��. La Constituci��n de Ecuador del 2008 consagra la igualdad y no discriminaci��n por motivos de orientaci��n sexual e identidad de g��nero, y las parejas del mismo sexo se pueden casar en el pa��s latinoamericano. Pero 27 personas LGTB han sido asesinadas en Ecuador en lo que va de a?o, seg��n un informe de la organizaci��n Silueta X.

Eliss y Agapito posan para un retrato. Eliss (izquierda) es una mujer transexual que vive en la comuna de Engabao y que ha pasado toda su vida trabajando como pescadora. Agapito (derecha) actualmente se identifica como hombre y trabaja en la pesca. Junto a otras 20 personas, forman parte de la organizaci��n Diversidad LGTBI de la localidad. "Hay personas que a��n siguen sumisas aqu��, y este colectivo intenta darles apoyo y a que salgan del 'closet' (armario) sin que se sientan marginadas��, se?ala Eliss.

Vicky, que observa desde la ventana de su tienda los botes de pesca, calcula que alrededor de 30 personas transexuales trabajan actualmente como pescadoras en Engabao. La tasa de desempleo en personas transexuales en Ecuador es del 38%, seg��n un estudio hecho en 2021 llamado 'Encuesta para identificar vulnerabilidades en la poblaci��n LGBTIQ+', en el que colaboraron organizaciones como Fundaci��n Mujer&Mujer, el Consejo Nacional para la Igualdad de G��nero y el Fondo de Poblaci��n de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en ingl��s). El porcentaje en el caso de personas travestis es a��n m��s alto: del 83%.

��Cuando trabajaba en una empacadora procesando camar��n, los compa?eros me llamaban por el nombre que me pusieron mis padres y no por el que yo me siento identificada como mujer", cuenta Eliss. "Eso era solo el principio, porque despu��s ven��a el 'bullying' por vestirme y sentirme mujer��. En 2016 la ley ecuatoriana reconoci�� a las personas trans el derecho cambiar de nombre y de g��nero en el registro civil.

Fotograf��as antiguas en las que se puede ver a Agapito y Vicky de j��venes. ��Antes de unirnos como mujeres del colectivo trans, en Engabao la gente no nos respetaba", recuerda Eliss. "Nos miraban mal por vestirnos de mujer y nos sent��amos discriminadas. Desde hace un tiempo y despu��s de formar nuestro colectivo, la gente ya nos empez�� a aceptar, pero ha sido un camino largo.��

Agapito carga un bid��n de gasolina para salir a faenar. Desde que conoci�� a su mujer hace a?os, ya no se viste con ropa tradicionalmente femenina. A la mayor��a de ni?os en Engabao los padres les ense?an desde peque?os el oficio de la pesca del camar��n, una de las pocas salidas profesionales que hay en la zona, un trabajo duro en condiciones de calor extremo y durante largas jornadas.

Agapito prepara la embarcaci��n junto al patr��n este 2 de octubre. En un buen d��a, un pescador puede ganar entre 30 y 50 d��lares (28 y 46 euros), aunque eso no es lo com��n: muchas veces volver�� a tierra habiendo pescado muy poco. Adem��s, algunos pescadores se quejan de las cada vez m��s frecuentes ��vacunas��, extorsiones que los patrones tienen que pagar a organizaciones criminales para poder faenar en el mar.