Copa Africana de Naciones: cuando la econom¨ªa de un pa¨ªs tambi¨¦n juega al f¨²tbol
Costa de Marfil ha invertido alrededor de 1.000 millones de euros en la organizaci¨®n de esta competici¨®n. Con el bal¨®n todav¨ªa rodando, el balance oscila entre el impacto positivo a corto plazo, as¨ª como la exhibici¨®n de ¡®soft power¡¯ dentro y fuera del continente, frente a las dudas sobre la rentabilidad en el futuro de las nuevas infraestructuras
Cuarenta a?os despu¨¦s de haberlo hecho por primera vez, Costa de Marfil alberga estos d¨ªas una Copa Africana de Naciones (CAN) masculina. Sobre el c¨¦sped, la selecci¨®n anfitriona batalla por permanecer en la tabla y llegar a hacerse con el tercer t¨ªtulo continental de su historia. Fuera del campo, el pa¨ªs busca otro triunfo: mostrarse al resto de ?frica y del mundo como el organizador solvente de un evento en cuyo balance econ¨®mico final no se sabe si saldr¨¢ vencedor o vencido.
¡°En el corto plazo tiene un efecto positivo¡±, dice al otro lado del tel¨¦fono Rom¨¦o Boye, doctor en Econom¨ªa e investigador en el Centro Marfile?o de Investigaciones Econ¨®micas y Sociales. La expectaci¨®n, el ambiente festivo y la llegada de visitantes extranjeros son un revulsivo para hoteles, restaurantes, bares y venta de souvenirs, para esa parte de la econom¨ªa que se ve en las calles durante el mes ¡ªdel 13 de enero al 11 de febrero¡ª que dura la competici¨®n. ¡°Y esto impactar¨¢ positivamente en nuestro PIB este a?o¡±, apunta Boye, que tambi¨¦n menciona la entrada de divisas como una buena noticia para el banco central. Seg¨²n datos del Banco Mundial, el producto interior bruto del pa¨ªs, mayor econom¨ªa de la regi¨®n y productor l¨ªder mundial de cacao y anacardos, ronda los 70.000 millones de d¨®lares (unos 64.000 millones de euros).
En primera l¨ªnea, en las filas de los 10.000 voluntarios que participan en la organizaci¨®n, Ars¨¨ne Ehui, estudiante de doctorado, asegura que, ¡°econ¨®micamente, este acontecimiento est¨¢ sacudiendo las cosas¡±. ¡°La CAN ha dado luz a nuevos negocios como bares, restaurantes, maquis ¡ªpeque?as cantinas populares al aire libre, t¨ªpicas del pa¨ªs¡ª, hoteles y espacios dedicados especialmente a la CAN¡±, subraya. Aunque en ciertos casos, aclara, tienen car¨¢cter temporal. ¡°Cuando termine la CAN tendr¨¦ que buscar otro trabajo¡±, reconoce por su parte Kone Kadiatou, un chico de 27 a?os de Yamusukro, capital pol¨ªtica de Costa de Marfil, mientras recoge papeles y botellas tras un partido entre Burkina Faso y Angola en el el estadio Charles Konan Banny.
Al igual que algunos negocios han proliferado bajo los focos de la Copa ?frica, otros han perecido a su sombra. Antes de que el bal¨®n echase a rodar, las autoridades clausuraron puestos callejeros alegando, por ejemplo, razones de salubridad y seguridad. ¡°Han arruinado la econom¨ªa de subsistencia de buena parte de los peque?os comerciantes¡±, asevera Jean Ars¨¨ne Yao, historiador, periodista y profesor en el departamento de Espa?ol de la Universit¨¦ F¨¦lix Houphou?t-Boigny, en Abiy¨¢n. Tambi¨¦n se han visto afectados asentamientos informales. ¡°Los medios ya han comentado este tema y han decidido dejarlo un poco atr¨¢s, tratarlo despu¨¦s¡±, comenta al respecto Julien Adhepeau, catedr¨¢tico de Comunicaci¨®n Publicitaria en la misma universidad. ¡°
Una competici¨®n repartida
La primera vez que Costa de Marfil acogi¨® esta competici¨®n, en 1984, hubo dos sedes. En esta ocasi¨®n, se ha apostado por cinco: Abiy¨¢n, que tiene un enorme peso en la actividad econ¨®mica del pa¨ªs, Yamusukro, la capital, San Pedro, Korhogo y Bouak¨¦. Esta dispersi¨®n geogr¨¢fica, que reparte la atenci¨®n y el gasto, puede contribuir al desarrollo de las ciudades, tambi¨¦n por las mejoras en infraestructuras que trae aparejadas.
Es precisamente este aspecto el que llev¨® al economista Andrew Zimbalist a se?alar en una publicaci¨®n en 2010 que los megaeventos deportivos pueden dejar una huella m¨¢s profunda en los pa¨ªses en desarrollo, al servir de catalizador para estas obras. ¡°El impacto en construcci¨®n de infraestructuras es muy importante¡±, comenta Adhepeau. ¡°Hab¨ªa muchos problemas de movimiento dentro del pa¨ªs. Hoy en d¨ªa, puedes ir de Abiy¨¢n hasta Korhogo ¡ªde sur a norte¡ª en muy poco tiempo¡±, a?ade. Aunque, apunta Yao, antes de hacerse con la organizaci¨®n del evento, los planes de desarrollo del pa¨ªs ya hablaban de mejoras de este tipo.
El Gobierno ha invertido en la construcci¨®n y mejora de puentes, aeropuertos, 24 centros de entrenamiento y residencias para las delegaciones. Tambi¨¦n ha destinado cientos de millones de d¨®lares a cuatro nuevos estadios y al acondicionamiento de dos ya existentes
Adem¨¢s de en carreteras, el Gobierno ha invertido en la construcci¨®n y mejora de puentes, aeropuertos, 24 centros de entrenamiento y ¡°ciudades CAN¡± con residencias para las delegaciones. Tambi¨¦n ha destinado cientos de millones de d¨®lares a cuatro nuevos estadios y al acondicionamiento de dos ya existentes. En total, la factura ascend¨ªa el pasado agosto a 1.000 millones de d¨®lares (unos 920 millones de euros), seg¨²n dijo a Africa24 el entonces ministro de Deportes Paulin Danho, cesado poco despu¨¦s junto al primer ministro tras la inundaci¨®n del nuevo estadio de Abiy¨¢n. Algunos medios apuntan ya a m¨¢s de 1.600 millones (1.500 millones de euros). Y ante estas cifras, la pregunta es si le saldr¨¢n las cuentas al pa¨ªs.
¡°Yo creo que hay que medir distintos impactos econ¨®micos¡±, dice Juan Carlos Mart¨ªnez L¨¢zaro, profesor de Econom¨ªa de IE University. Por un lado, el saldo de la cuenta de resultados, con costes e ingresos (entradas, subvenciones, patrocinios, derechos de emisi¨®n...), cifras que ¡°suelen ser deficitarias¡±, asegura. Por otro, los beneficios no tangibles a medio o largo plazo de capitalizar una organizaci¨®n exitosa. ¡°Si es capaz de vender la imagen de que es un pa¨ªs eficiente, seguro, que puede recibir turismo... o, en un segundo estadio, de que, incluso, podr¨ªa recibir inversiones¡±, matiza Mart¨ªnez L¨¢zaro.
Un an¨¢lisis de 2016 del Harvard Kennedy School, basado en competiciones como la Copa del Mundo o los Juegos Ol¨ªmpicos, indica que ¡ªde manera general pero con excepciones¡ª, aunque estos eventos pueden impactar en el turismo, esta influencia suele ser ef¨ªmera, menor de lo esperado y dependiente de otros factores. Pero tambi¨¦n que los costes suelen sobrepasar los beneficios reales.
Un an¨¢lisis dela Universidad de Harvard indica que, aunque estos eventos pueden impactar en el turismo, esta influencia suele ser ef¨ªmera y menor de lo esperado. Tambi¨¦n que los beneficios reales suelen sobrepasar los costes
El impacto a largo plazo, por ahora una inc¨®gnita para el profesor Boye, depender¨¢, en su opini¨®n, de la capacidad de mantener con vida las infraestructuras, de evitar que engrosen la lista de elefantes blancos, como se conocen las grandes construcciones que acaban siendo pr¨¢cticamente inutilizadas. ¡°La cuesti¨®n aqu¨ª es generar recursos para poder cuidar de estos estadios e infraestructuras¡±, se?ala. El presidente de la Federaci¨®n Marfile?a de F¨²tbol, Idriss Diallo, manifest¨® que la intenci¨®n es hacer del pa¨ªs, que alberg¨® en 2023 la CAF Champions League femenina, un centro de operaciones futbol¨ªstico para la regi¨®n. El problema es que, hoy por hoy, no tiene una competici¨®n nacional fuerte.
¡°El nivel es muy bajo. As¨ª que no estoy seguro de que la gente vaya a ir a ver un partido en Yamusukro o San Pedro, por ejemplo¡±, cuenta Boye, que condiciona el ¨¦xito a largo plazo del evento tambi¨¦n al fortalecimiento del sector. Yao comparte esa visi¨®n. ¡°Cuando se acabe el 11 de febrero, ?de qu¨¦ van a servir todos esos estadios?¡±. Otra cosa, dice, es el impacto que puede tener en sectores como la hosteler¨ªa. Aun as¨ª, no cree que las cuentasvayan a salir en verde: ¡°El pa¨ªs se ha endeudado y no sabemos c¨®mo vamos a poder recuperar, reembolsar el dinero prestado¡±.
Costa de Marfil lleg¨® a esta Copa ?frica tras dos conflictos internos en las dos primeras d¨¦cadas del milenio y una tormenta pol¨ªtica hace cuatro a?os
Otros, Gobierno incluido, ven en estas infraestructuras un motor de desarrollo para el deporte nacional. Ehui, doctorando y voluntario de la organizaci¨®n, tambi¨¦n considera que unas mejores instalaciones dar¨¢n un empuj¨®n al campeonato dom¨¦stico. Dagauh Komenan, historiador especializado en Relaciones Internacionales, no lo ve tan claro. ¡°Para convertir Costa de Marfil en una potencia del f¨²tbol, tienen que, primero, pagar mejor a los jugadores. Profesionalizar de verdad el sector, limpiarlo de la corrupci¨®n y que se potencien los equipos locales para que el pa¨ªs tenga un campeonato de calidad que atraiga talentos africanos¡±, asevera. ¡°Tenemos m¨¢s estadios y creo que dentro va a haber negocios. Se va a crear m¨¢s oferta de trabajo y creo que va a ser positivo¡±, dice por su parte Adhepeau, catedr¨¢tico en comunicaci¨®n publicitaria.
Beneficio pol¨ªtico
Costa de Marfil lleg¨® a esta Copa ?frica tras dos conflictos internos en las dos primeras d¨¦cadas del milenio y una tormenta pol¨ªtica hace cuatro a?os. La primera guerra civil dur¨® cinco a?os, de 2002 a 2007; la segunda contienda surgi¨® tras unas elecciones a finales de 2010 y se extendi¨® casi hasta el verano siguiente. De aquel ¨²ltimo conflicto, Alassane Ouattara sali¨® como presidente y, tras haber estado en el cargo dos mandatos, el m¨¢ximo que permite la Constituci¨®n, decidi¨® presentarse a un tercero en 2020, lo que desat¨® protestas y altercados en el pa¨ªs. ¡°En mi opini¨®n, lo que el Gobierno ha querido a trav¨¦s de esta Copa es dar una imagen de pa¨ªs reconciliado¡±, asegura el historiador Yao.
Lo que el Gobierno ha querido a trav¨¦s de esta Copa es dar una imagen de pa¨ªs reconciliado
El propio presidente del comit¨¦ organizador, Francois Amichia, apunt¨® a motivos m¨¢s all¨¢ de los econ¨®micos el pasado diciembre, seg¨²n la BBC. ¡°Cuando Costa de Marfil decidi¨® organizar esta Copa de Naciones, no fue para ganar dinero, sino para reposicionarse¡±, dijo. ¡°Los gastos en la CAN, no creo que haya una ganancia financiera que los pueda cubrir¡±, afirma Komenan. ¡°Creo que m¨¢s que favorecer la econom¨ªa, se trata de presentarse, de dar una cara amigable al mundo o a ?frica¡±, expone.
Y no solo al exterior. Este tipo de competiciones, por lo general, son capaces de crear una sensaci¨®n de uni¨®n, de direcci¨®n com¨²n, aunque sea temporal. ¡°A nivel pol¨ªtico es algo importante¡±, reflexiona Adhepeau. ¡°Permite crear, digamos, una uni¨®n detr¨¢s de este equipo¡±. Para Komenan, la cuesti¨®n va un poco m¨¢s all¨¢ y considera que el Gobierno tiene la mira puesta en las elecciones del a?o que viene. Costa de Marfil, dice, ha gozado siempre de una condici¨®n de potencia en, al menos, ?frica Occidental. ¡°Y la gente a?ora un poco ese estatus¡±, explica. ¡°Y el Gobierno actual intenta, por lo menos de forma cosm¨¦tica, dar esta impresi¨®n. Creo que es con eso con lo que van a capitalizar¡±.
Mientras, en el estadio Charles Konan Banny, las relaciones entre los pa¨ªses del continente siguen otro curso. El p¨²blico burkin¨¦s se ha ido minutos antes del final del partido, enfadado con su selecci¨®n despu¨¦s de perder contra Angola. Bernard Suka, miembro de la Federaci¨®n Angole?a, ha viajado desde Luanda. ¡°Me encanta encontrarme con gente de otros pa¨ªses¡±, dice, mientras se saluda con un grupo de burkineses que lo felicita por la victoria. El estadio se ve nuevo y reluciente. Incluso las sillas de la sala de prensa a¨²n tienen el envoltorio de pl¨¢stico. En el estadio, los burkineses son mayor¨ªa. Costa de Marfil es el principal destino de sus migrantes, y ambos pa¨ªses comparten el idioma dioula, pero su frontera est¨¢ bajo control terrorista.
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