¡®Las hermanas Mangue¡¯ y otros cuentos africanos en espa?ol para que los ni?os racializados tengan referentes
La murciana Alejandra Salmer¨®n Ntutumu publica su segundo t¨ªtulo para p¨²blico infantil con protagonistas afro. Autores y padres lamentan la falta de diversidad en la literatura en Espa?a
Alejandra Salmer¨®n creci¨® escuchando los cuentos sobre lugares fant¨¢sticos, imponentes reinas y m¨¢gicos animales que le contaba su madre. Sin embargo, en los libros que ten¨ªa a su alcance en su Murcia natal, no encontraba ninguno de esos personajes. En realidad, no encontraba nadie que fuera como ella.
En los noventa, Salmer¨®n era la ¨²nica ni?a negra ¡ªadem¨¢s de su hermana¡ª en todo su colegio, y sus ¨²nicos referentes positivos eran los de esos cuentos de la tradici¨®n oral africana. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, esta ingeniera de telecomunicaciones ha puesto en marcha el proyecto Potopoto, a trav¨¦s del cual acaba de publicar Las hermanas Mangue. El libro recoge ocho de esos cuentos para que otros ni?os racializados no sientan el vac¨ªo que ella recuerda de su infancia, y comprueben que los protagonistas de las historias tambi¨¦n pueden ser como ellos.
Salmer¨®n naci¨® en Murcia, de padre murciano y madre de Guinea Ecuatorial. Su segundo nombre, Evui, no apare en su DNI, su segundo apellido, Ntutumu, s¨ª. Oficialmente siempre ha sido un apellido espa?ol: su madre lleg¨® a la pen¨ªnsula en los sesenta, cuando el peque?o pa¨ªs centroafricano era todav¨ªa una colonia espa?ola. Las dos han lidiado toda su vida con una pregunta que se repite de manera constante: ¡°?De d¨®nde eres?¡±. ¡°Cuando contesto que soy de Murcia, autom¨¢ticamente me contestan que s¨ª, pero que nacida d¨®nde. Da igual que tenga acento murciano y diga ¡®acho¡¯ o ¡®bonico¡±, explica.
En la edad adulta, Salmer¨®n Ntutumu se dio cuenta de que viv¨ªa ¡°en un mundo mayoritariamente blanco¡± en todos los sentidos: en el cine, los libros, las efem¨¦rides, los informativos, los trabajos. ¡°Nadie me hab¨ªa dicho nunca que una mujer negra pod¨ªa ser ingeniera, escritora... Solo mi madre, a trav¨¦s de sus cuentos. Empec¨¦ a sentir la necesidad de poner en valor eso que me hab¨ªa ense?ado, de fortalecer mi identidad, de sanar heridas que no era consciente ni de que ten¨ªa¡±, relata.
Cuando contesto que soy de Murcia, autom¨¢ticamente me contestan que s¨ª, pero que nacida d¨®nde
Con esa conciencia del racismo que hab¨ªa sufrido, Salmer¨®n Ntutumu puso en marcha en 2017 junto a su hermana Belinda la Asociaci¨®n Afromurcia en Movimiento, la primera en la Regi¨®n de Murcia que aglutina a personas afrodescendientes y que organiza actividades de visibilizaci¨®n y empoderamiento de la cultura africana a trav¨¦s de talleres y seminarios sobre educaci¨®n en la diversidad. Ese a?o public¨® su primer libro, El viaje de Ilombe, un cuento ilustrado sobre una ni?a ecuatoguineana de ocho a?os, protagonista y hero¨ªna de una gran aventura.
Ahora, siete a?os despu¨¦s, ve la luz Las hermanas Mangue y otros cuentos infantiles africanos, un compendio de ocho cuentos, en su mayor¨ªa originarios de Guinea Ecuatorial, ilustrados por otra afromurciana, Adaora Onwuasoanya. En su caso, su ausencia de referentes en la ni?ez y la adolescencia fue total: su madre era murciana y su padre, nigeriano, apenas le habl¨® de su pa¨ªs o sus tradiciones. Como Salmer¨®n, no encontr¨® personajes ni protagonistas negros en sus cuentos.
La decisi¨®n de Salmer¨®n Ntutumu de publicar sus dos libros a trav¨¦s de su propio proyecto editorial, Potopoto (que significa ¡°barro¡± en la lengua fang de Guinea Ecuatorial) se debe a que no encontr¨® en Espa?a ninguna otra editorial ¡°impulsada por personas afro para personas afro¡±. La literatura afroespa?ola es escasa, corrobora Deborah Ekoka, que durante ocho a?os coordin¨® la librer¨ªa United Minds, en Valencia, actualmente con un cat¨¢logo de 2.000 t¨ªtulos, todos vinculados al mundo afro, pero que en su mayor¨ªa son traducciones de otros idiomas. Para el p¨²blico infantil, la producci¨®n es especialmente escasa.
Camila Monasterio tambi¨¦n se dio cuenta de esa falta de referentes cuando comenz¨® a leerle historias a su hija. De padre senegal¨¦s, la ni?a ha tenido que escuchar ¡°desde que naci¨®¡± comentarios sobre su color de piel y su pelo, asegura. Y con una ausencia total de protagonistas negros en los cuentos infantiles. Bi¨®loga de profesi¨®n y muy volcada en la creaci¨®n de contenidos cient¨ªficos divulgativos para ni?os, Monasterio decidi¨® hacer un libro a la medida de su hija, que autoedit¨® bajo el t¨ªtulo de La historia de Awa, y que fue revisado por miembros de la comunidad afro, entre ellos, Salmer¨®n Ntutumu.
¡°No quer¨ªa caer yo misma en estereotipos¡±, explica Monasterio, porque considera que falta ¡°mucha formaci¨®n¡± en todos los planos para abordar de manera correcta el tema del racismo. Es una idea que comparte Helena Grande, que tiene un hijo de 10 a?os racializado, para quien lleg¨® a colorear los personajes que aparec¨ªan en uno de los libros de texto, en el que todos eran blancos. ¡°Cuando yo era ni?a, le¨ªa cuentos sobre personas blancas y pod¨ªa verme reflejada en esas personas, pensar que esa protagonista pod¨ªa ser yo. Pero mi hijo tiene m¨¢s dif¨ªcil verse reflejado, poder empatizar¡±, opina. Grande es una de las integrantes de Ukuaji, Asociaci¨®n Antirracista de Madres de Afrodescendientes, con sede en Madrid. Uno de los m¨²ltiples proyectos de la entidad es la puesta en marcha de una biblioteca ¡°con protagonistas y personajes afro¡± para ofrecer una visi¨®n m¨¢s cercana ¡°al mundo real¡±.
Sin embargo, esa diversidad no siempre est¨¢ tan clara, expone Diarry Goloko, francesa de origen senegal¨¦s afincada desde 2006 en Murcia, donde es profesora en un instituto p¨²blico. ¡°La primera reacci¨®n siempre es de asombro, entre el equipo directivo, los compa?eros y el alumnado. Entre el profesorado la diversidad es pr¨¢cticamente nula, y suelen preguntarme si estoy de Erasmus o en pr¨¢cticas. Una pregunta muy habitual es si he pasado una oposici¨®n. A las personas negras se nos presupone que no tenemos formaci¨®n¡±, lamenta. Tampoco entre el alumnado hay un verdadero ambiente diverso, considera, puesto que depende mucho de los centros escolares: algunos cuentan con una inmensa mayor¨ªa de alumnos ¡°nacionales¡±, y en los que hay alumnado variopinto, a veces se acaba con un aula con estudiantes espa?oles y otra, con migrantes.
En 2024, Ntutumu va a centrar sus esfuerzos a trav¨¦s de Potopoto en un programa de formaci¨®n para formadores y profesores de secundaria. La implicaci¨®n de los docentes, considera, es esencial para atajar situaciones de racismo, pero tambi¨¦n para ¡°empoderar¡± a los menores afro, para ahondar ¡°en lo positivo¡± que tiene la diversidad, la cultura africana, como herramientas contra el desarraigo o la falta de autoestima. Ntutumu est¨¢ convencida de que el camino ha comenzado a recorrerse y dar¨¢ sus frutos: ¡°Pas¨® hace unos a?os con el feminismo y ahora comienza a notarse la perspectiva de g¨¦nero en todos los ¨¢mbitos. Ahora toca dar pasos tambi¨¦n para incluir otra perspectiva, la de la diversidad¡±.
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