Las mujeres violadas en la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo depositan su esperanza en la nueva primera ministra
La ONU document¨® m¨¢s de 700 de estas agresiones sexuales contra mujeres el a?o pasado en el pa¨ªs centroafricano, asolado por el conflicto armado por las riquezas minerales del pa¨ªs
Los 20 a?os de vida de la congole?a Anita Ombeni no han sido nada f¨¢ciles y, en los ¨²ltimos tiempos, ha empeorado. En junio de 2023, los combates entre rebeldes armados y fuerzas estatales en la provincia oriental de Kivu Norte la obligaron a huir de su pueblo, Rumangabo. Al cabo de tres meses, en el campamento de desplazados de Kayembe, en Goma, donde ella y miles de personas m¨¢s han buscado refugio, falleci¨® su ¨²nico hijo y fue violada en dos ocasiones. ¡°Pero todo esto deber¨ªa terminar ahora que tenemos a Suminwa¡±, se?ala la joven, sentada frente a su tienda de campa?a para desplazados, asintiendo con la cabeza.
El 1 de abril, el presidente de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (RDC), F¨¦lix Tshisekedi, nombr¨® a la poco conocida Judith Suminwa primera jefa de Gobierno del pa¨ªs, confi¨¢ndole el cumplimiento de sus promesas electorales de dar prioridad al empleo, la juventud, las mujeres y la unidad nacional. En declaraciones realizadas tras su nombramiento, la nueva primera ministra afirmaba: ¡°Los retos son inmensos y prometo afrontarlos con plena responsabilidad para conseguir una RDC desarrollada, unida y en paz¡±.
Pero para los miles de v¨ªctimas de violaciones, en su mayor¨ªa mujeres y ni?as agredidas sexualmente durante el conflicto armado por las riquezas minerales del pa¨ªs, una mujer al frente del Gabinete tiene dos objetivos primordiales: poner fin a los incidentes de violaci¨®n cada vez m¨¢s frecuentes e impartir justicia. ¡°Es una mujer. Entiende nuestra necesidad de seguridad y la exigencia de que se haga justicia por los cr¨ªmenes que se han cometido contra nosotras¡±, afirma Ombeni.
El pa¨ªs centroafricano lleva m¨¢s de 25 a?os asolado por los combates entre al menos 122 grupos rebeldes que se disputan el control de sus inestables provincias orientales y sus riquezas minerales, y actualmente vive una de las crisis de desplazamiento interno m¨¢s importantes del continente. Los militantes han utilizado la violaci¨®n y otras agresiones sexuales como instrumentos para marcar territorio, tomar represalias y aplastar la resistencia. ¡°En el este de la RDC, la amenaza de violaci¨®n a punta de pistola sigue siendo una horrible realidad cotidiana que ensombrece la vida de las mujeres y las ni?as, impidiendo sus actividades esenciales de subsistencia y sustento¡±, se?al¨® la representante especial sobre violencia sexual en conflictos de Naciones Unidas, Pramila Patten, el 23 de abril, al dar a conocer el decimoquinto informe de la organizaci¨®n sobre este tema.
Proliferaci¨®n de armas
Ombeni es una de las v¨ªctimas de los 733 casos de violaci¨®n documentados por Naciones Unidas en la RDC en 2023, lo que supone un aumento del 4,5% respecto a los 701 casos de violencia sexual relacionada con el conflicto del a?o anterior. Seg¨²n la ONU, la inmensa mayor¨ªa de las v¨ªctimas son mujeres y ni?as.
Nos dijeron que eligi¨¦ramos entre ser violadas o morirAnita Ombeni
Recordando los detalles de aquella ma?ana de septiembre, Ombeni relata que se aventur¨® en el cercano bosque de Kibuma en busca de le?a, y que regresaba al campamento con otra mujer desplazada cuando dos hombres vestidos con el uniforme del Ej¨¦rcito y con cuchillos en la mano les dieron el alto. ¡°Nos dijeron que eligi¨¦ramos entre ser violadas o morir. Nos negamos¡±, cuenta Ombeni con tristeza. ¡°Pero vi c¨®mo apu?alaban a la otra mujer hasta matarla¡±, a?ade, avergonzada. ¡°Nunca supe si eran del Ej¨¦rcito o milicianos progubernamentales, o incluso del M23¡å, se?ala, refiri¨¦ndose a los rebeldes apoyados por Ruanda cuya reaparici¨®n en noviembre ha empeorado la ya grave situaci¨®n humanitaria y de seguridad en el este de la RDC.
Aunque la mayor¨ªa de los casos de violaci¨®n son obra de agentes no estatales, las Fuerzas Armadas de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (FARDC), desplegadas en las regiones asoladas por el conflicto para contrarrestar la amenaza de los rebeldes del M23, y la Polic¨ªa Nacional Congole?a, as¨ª como agentes estatales, han resultado ser responsables de centenares de casos de agresi¨®n sexual.
Passy Mubalama, de Aid Profen, una organizaci¨®n que defiende los derechos de las mujeres en el este de la RDC, afirma: ¡°Por desgracia, la presencia de hombres armados en los emplazamientos de desplazados ha incrementado la violencia contra las mujeres¡±. Por eso, Mubalama espera que la nueva primera ministra expulse a ¡°cualquier portador de armas que deambule por el campamento de desplazados¡±. Seg¨²n el informe de 2023 de la ONU, la proliferaci¨®n il¨ªcita y la disponibilidad generalizada de armas peque?as y ligeras ¡°han facilitado las agresiones sexuales y contribuido a la creaci¨®n de un entorno propicio para la perpetraci¨®n impune de actos de violencia sexual¡±.
La presencia de hombres armados en los emplazamientos de desplazados ha incrementado la violencia contra las mujeresPassy Mubalama, de la ONG Aid Profein
La segunda violaci¨®n de Ombeni tuvo lugar apenas unos d¨ªas despu¨¦s, cuando se vio obligada por el hambre a regresar al bosque en busca de comida para ella y su hijo. Su agresor fue un hombre solo, enmascarado y armado. ¡°Sobrevivir en el campamento es muy duro. Nos abandonan a nuestra suerte. Nos empujan hacia el camino de los violadores¡±, se lamentaba.
Reforma judicial
Aunque Ombeni denunci¨® ambos incidentes al jefe de su campamento, asegura que no se tom¨® ninguna medida en busca de justicia.
Furaha Julienne, de 40 a?os, otra v¨ªctima de violaci¨®n, afirma que tampoco se hizo nada despu¨¦s de que denunciara un abuso sexual en noviembre al jefe del campamento de Kanyaruchinya, en el norte de Goma. Julienne, expulsada de Katale, su aldea en el territorio de Rusthuru, tras perder a su marido en medio de la guerra en noviembre de 2022, se?ala que la falta de medidas para identificar a sus violadores y la lentitud con la que se hace justicia, si es que llega a hacerse, fomentan estos delitos.
¡°Como mujer, la nueva primera ministra tomar¨¢ m¨¢s medidas para reforzar la capacidad del sistema judicial para que pueda hacer frente a todas las formas de violencia contra las mujeres y las ni?as¡±, dice convencida a este diario esta madre de nueve hijos. Solo en 2022, los tribunales de la RDC procesaron y condenaron a 22 miembros de las FARDC, 11 de la Polic¨ªa Nacional, y 18 civiles. Pero Julienne afirma que estas cifras no reflejan la realidad porque no evidencian hasta qu¨¦ punto est¨¢n fuera de control las violaciones en su pa¨ªs.
Como mujer, la nueva primera ministra tomar¨¢ m¨¢s medidas para reforzar la capacidad del sistema judicial para que pueda hacer frente a todas las formas de violencia contra las mujeres y las ni?asFuraha Julienne, v¨ªctima de violaci¨®n
Seg¨²n la ONU, solo una m¨ªnima parte de las v¨ªctimas denuncian estos delitos debido a problemas arraigados como el miedo a las represalias, el estigma y la escasez de infraestructuras. La organizaci¨®n subraya que ¡°es necesario reforzar las capacidades forenses, las investigaciones y los procesos de rendici¨®n de cuentas que garanticen la protecci¨®n de las v¨ªctimas y los testigos¡±.
Nelly Lumbulumbu, coordinadora de la Plataforma de Mujeres Juristas, compuesta por abogadas, se?ala que las numerosas lagunas en la b¨²squeda de justicia por parte de las v¨ªctimas comienzan con ¡°la impunidad de muchos violadores. Muchas mujeres y ni?as v¨ªctimas callan en lugar de denunciar las violaciones, porque temen represalias si no encarcelan a los violadores¡±, dice en una entrevista telef¨®nica. Un ejemplo de ello es el caso de Eug¨¨ne Diomi Ndongala, presidente del partido Democracia Cristiana, que fue condenado en 2019 a 10 a?os de c¨¢rcel acusado de violar a una menor, pero fue puesto en libertad sin cumplir su condena.
¡°La nueva primera ministra deber¨ªa acabar con la corrupci¨®n en la justicia. Muchos supuestos violadores son liberados despu¨¦s de dar dinero. Las v¨ªctimas de violaci¨®n no tienen medios econ¨®micos para enfrentarse a los violadores en los tribunales¡±, afirma la abogada. ¡°No hay nada que Suminwa no pueda hacer respecto a todo esto¡±, afirma Lumbulumbu, incluida la creaci¨®n de un tribunal especial en el este del Congo, con la misi¨®n principal y ¨²nica de condenar a quienes cometan violaciones en tiempos de guerra y de paz.
Poner fin a la guerra
Seg¨²n Ang¨¦lique Nyirasafari, l¨ªder de la Plataforma de Mujeres Mineras, una organizaci¨®n local que apoya a las mujeres que trabajan en las minas, el fin de las violaciones en la RDC solo ser¨¢ posible si se pone fin a la guerra. ¡°El restablecimiento de la paz debe ser la principal prioridad de la nueva primera ministra, ya que la mayor¨ªa de los casos de violaci¨®n son cometidos por rebeldes¡±, explica. ¡°Se utiliza como arma. Violan a las mujeres para neutralizar o destruir a los hombres. Algunos tambi¨¦n violan por venganza¡±, afirma.
Augustin Kapila, secretario general del partido en el poder, declara a este diario que es necesario ¡°poner fin al activismo de los grupos armados en el territorio de la RDC¡±. ¡°Debe aplicarse la pena de muerte y los violadores deben cumplir su condena¡±, se?ala el pol¨ªtico, y a?ade que las expectativas de las v¨ªctimas respecto a Suminwa son ¡°realistas¡±. ¡°Se acerca un nuevo amanecer de liderazgo femenino en la RDC, y hay algunas razones para esperar que Judith Suminwa aporte soluciones contra las violaciones. El jefe del Estado parece ser un defensor de la masculinidad positiva, y colocar a una mujer en el cargo de primera ministra no es una elecci¨®n trivial¡±, concluye.
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