Por qu¨¦ la lucha contra el VIH podr¨ªa estar a punto de sufrir un retroceso monumental
El posible desmantelamiento del plan estadounidense contra el sida o las restricciones a los derechos humanos, como las leyes anti LGTBIQ+, ponen en riesgo los avances de la lucha contra el virus y podr¨ªa dejar a millones sin acceso a medicamentos
Primero, las buenas noticias: la ciencia del VIH ha avanzado de manera notable. Aunque a¨²n carecemos de una vacuna o cura, una nueva inyecci¨®n de acci¨®n prolongada puede ofrecer protecci¨®n contra el VIH durante seis meses con una sola dosis. Este avance podr¨ªa revolucionar los esfuerzos para frenar una pandemia que a¨²n cobra una vida cada minuto. Sin embargo, el auge del populismo y la gobernanza regresiva amenaza con deshacer muchos de los logros en salud p¨²blica y en la lucha contra el VIH.
En Estados Unidos, el exitoso y bipartidista Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR, por su sigla en ingl¨¦s) est¨¢ siendo atacado, y su posible desmantelamiento podr¨ªa dejar a millones de personas sin acceso a medicamentos vitales. Se estima que este programa ha salvado unos 25 millones de vidas en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Fue concebido ante la preocupaci¨®n de que la pandemia de sida podr¨ªa devastar generaciones en pa¨ªses de ingresos bajos y medianos, y alimentar la inestabilidad pol¨ªtica.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) se enfrentan a un escrutinio sobre su financiaci¨®n de la investigaci¨®n del VIH, con algunos legisladores cuestionando la validez de d¨¦cadas de ciencia revisada por pares. Robert F. Kennedy Jr., designado por la administraci¨®n Trump como pr¨®ximo secretario de salud de EE UU, es un esc¨¦ptico de las vacunas que durante muchos a?os ha vinculado falsamente las vacunas con el autismo. Kennedy tambi¨¦n ha negado p¨²blicamente la relaci¨®n causal entre el VIH y el sida. Tratar la investigaci¨®n basada en evidencia como una opini¨®n intercambiable por otra sin validez cient¨ªfica es un peligro grave, especialmente si se consolida en los m¨¢s altos niveles de gobierno.
Socavar la ciencia y los derechos humanos arriesga revertir los avances y abre la puerta a futuras pandemias
Las restricciones a los derechos humanos contin¨²an desafiando la respuesta al VIH en las regiones m¨¢s afectadas por la epidemia. En 2024, Uganda ratific¨® una de las leyes antigay m¨¢s severas del mundo. Al menos la mitad de los 67 pa¨ªses que a¨²n criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo se encuentran en ?frica subsahariana, donde la carga del VIH es mayor. Las leyes antigay est¨¢n correlacionadas con tasas m¨¢s altas de VIH a nivel global. En Rusia, las leyes punitivas sobre drogas y las pol¨ªticas restrictivas hacia la comunidad LGTBIQ+ contin¨²an impulsando la epidemia de VIH de m¨¢s r¨¢pido crecimiento en el mundo.
Socavar la ciencia y los derechos humanos pone en riesgo los avances y abre la puerta a futuras pandemias. El resurgimiento de la mpox y la gripe aviar H5N1 son advertencias: el VIH podr¨ªa ser el siguiente. Pero hay un plan que puede hacer lo contrario y acabar con el VIH para siempre: defender los derechos humanos.
Proteger los derechos humanos no es solo una postura ideol¨®gica; es una estrategia de salud p¨²blica probada. Las leyes punitivas y las pol¨ªticas discriminatorias perjudican a quienes m¨¢s lo necesitan y socavan la prevenci¨®n y el tratamiento del VIH. Se requieren reformas legales urgentes para proteger a las poblaciones clave y derogar leyes que criminalizan a las comunidades LGTBIQ+, a los trabajadores migrantes, a las trabajadoras sexuales, a las personas que se inyectan drogas y a los encarcelados. Empoderar a las organizaciones de la sociedad civil, incluidas aquellas de personas que viven con VIH, ha sido y sigue siendo el pilar de la respuesta al VIH.
Proteger los espacios de la sociedad civil en reducci¨®n
Una de las lecciones m¨¢s poderosas de cuatro d¨¦cadas de respuesta al VIH es que los esfuerzos exitosos de salud p¨²blica requieren una sociedad civil comprometida y empoderada. El activismo de los m¨¢s afectados ha moldeado la respuesta al VIH, desde el dise?o de ensayos hasta la pol¨ªtica de salud. Las organizaciones de la sociedad civil brindan servicios vitales, especialmente para aquellos cuyo acceso a los sistemas de salud p¨²blica est¨¢ obstaculizado por el estigma y la discriminaci¨®n. Proteger estas organizaciones ¡ªen lugar de desfinanciarlas y perseguirlas¡ª salva vidas. Sin embargo, m¨¢s de 50 pa¨ªses tienen leyes que restringen la financiaci¨®n extranjera de la que dependen muchas iniciativas de VIH.
El poder geopol¨ªtico y econ¨®mico moldea cada vez m¨¢s la pol¨ªtica de salud internacional en detrimento de la equidad global en salud
Como organizadores de las conferencias de VIH m¨¢s grandes del mundo, en la Sociedad Internacional de Sida sentimos el impacto de la reducci¨®n de los espacios de la sociedad civil. Los pa¨ªses m¨¢s afectados por el VIH suelen estar fuera de los l¨ªmites para nuestras conferencias debido a preocupaciones de seguridad para los m¨¢s marginados y perseguidos. En otros casos, los gobiernos han amenazado con interferir en las agendas y debates de nuestras reuniones, comprometiendo la independencia de nuestro movimiento. Exigimos la protecci¨®n de los espacios de la sociedad civil para que las personas puedan organizarse y reunirse libremente, porque una respuesta de salud p¨²blica funcional depende de ello.
Despolitizar la salud p¨²blica
A pesar de las lecciones de la pandemia de COVID-19, los esfuerzos en 2024 por parte de los Estados miembros de la OMS para redactar un nuevo tratado pand¨¦mico se vieron frustrados. El tratado estaba destinado a abordar las brechas expuestas por la covid-19, como la distribuci¨®n desigual de vacunas y la falta de coordinaci¨®n global. El fracaso en acordar un texto del tratado destac¨® c¨®mo el poder geopol¨ªtico y econ¨®mico moldea cada vez m¨¢s la pol¨ªtica de salud internacional en detrimento de la equidad global en salud. Es vital resistirse a ello en las negociaciones en curso y adoptar un texto s¨®lido del tratado basado en la salud p¨²blica en la Asamblea Mundial de la Salud el pr¨®ximo mayo.
El probable regreso de la Pol¨ªtica de Mordaza Global es otro ejemplo de c¨®mo las agendas pol¨ªticas no relacionadas socavan la respuesta al VIH. Introducida por primera vez bajo la administraci¨®n Reagan y reinstaurada bajo el primer gobierno de Trump, proh¨ªbe a las organizaciones internacionales recibir financiaci¨®n de EE UU si ofrecen servicios de aborto o informaci¨®n relacionada. Parad¨®jicamente, esta pol¨ªtica aumenta la dependencia del aborto al limitar el acceso a la anticoncepci¨®n. Un estudio publicado en PNAS encontr¨® que contribuy¨® a 360.000 nuevas adquisiciones de VIH en solo cuatro a?os (2017-2021). Con dos tercios de la financiaci¨®n internacional del VIH proveniente de EE UU, la reintroducci¨®n de la Pol¨ªtica de Mordaza ser¨ªa devastadora.
Fortalecer la cooperaci¨®n internacional
Seg¨²n el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), su financiaci¨®n en 2024 ha ca¨ªdo a menos del 50% de los recursos disponibles en 2015. Otras instituciones multilaterales de salud esenciales, como la OMS, tambi¨¦n est¨¢n luchando por obtener m¨¢s financiaci¨®n. Instituciones como PEPFAR y el Fondo Mundial para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria han salvado aproximadamente unos 90 millones de vidas. Vale la pena defenderlas, no desfinanciarlas. Los d¨¦ficits de financiaci¨®n y las inequidades socavan la cooperaci¨®n en salud global.
El progreso ocurre cuando la ciencia, la pol¨ªtica y la sociedad civil se unen. El movimiento del VIH se basa en movimientos sociales transformadores ¡ªderechos de las mujeres, derechos LGBTQ+ y derechos civiles¡ª que han demostrado que los enfoques inclusivos y colaborativos impulsan el cambio sostenible. Hoy, debemos construir sobre este legado, organizarnos, resistir los movimientos antiderechos humanos y defender la ciencia como el fundamento del progreso de nuestras sociedades. La alternativa es un lugar donde la humanidad ha estado muchas veces antes, ofreciendo poco m¨¢s que regresi¨®n y dolor.