El ¡®Another Way film festival¡¯ abre cartel con el ¨²ltimo documental de Rahul Jain
¡®Invisible demons¡¯ muestra, sin filtros, la vida contaminada de Nueva Delhi, ciudad v¨ªctima del cambio clim¨¢tico
La c¨¢mara avanza lentamente y se posa varios segundos, e incluso algunos minutos, sobre uno de los entrevistados, un habitante, como tantos otros, de la meg¨¢polis Nueva Delhi, en India. La persona confiesa que antes pensaba que los r¨ªos eran o negros o blancos. No conoc¨ªa otra realidad que el agua sucia y t¨®xica, espumosa, pero no por obra del jab¨®n que flota, sino por los residuos vertidos a?o tras a?o por las industrias sin conciencia. El testimonio estremecedor del cambio clim¨¢tico en la India abre, el pr¨®ximo 5 de octubre, la octava edici¨®n del Another Way film festival, en Madrid, la cita cin¨¦fila del oto?o que nos acerca el cine que habla de progreso sostenible.
Invisible demons es la ¨²ltima obra del cineasta indio Rahul Jain, que salt¨® a la fama por su documental Machines (2016). Hablamos de ¨¦l en este mismo blog en el post Dios nos ha dado manos para trabajar, un largometraje donde denunciaba la explotaci¨®n laboral en las f¨¢bricas textiles de la India.
La injusticia clim¨¢tica no tiene explotadores a qui¨¦n se?alar con el dedo, por un lado, y explotados por el otro
La pel¨ªcula, que se estrena en Espa?a en el marco del festival, la protagoniza otra injusticia, la clim¨¢tica. Y esta es m¨¢s dif¨ªcil de delimitar: no hay explotadores a qui¨¦n se?alar con el dedo, por un lado, y explotados por el otro. Todo el pa¨ªs en su conjunto y Nueva Delhi, en concreto, son v¨ªctimas del desarrollo econ¨®mico mundial y de la poluci¨®n que conlleva a escala global. La contaminaci¨®n no sabe de fronteras.
Cada uno es v¨ªctima y a la vez verdugo. La capital del pa¨ªs amanece a menudo cubierta de smog, un anglicismo que sirve para definir un nuevo concepto meteorol¨®gico fruto de la modernidad: la niebla te?ida de poluci¨®n. Lo l¨®gico ser¨ªa intentar mejorar el ambiente y para ello aparcar todos de sopet¨®n el coche y la moto, pero ?c¨®mo podemos pedirle nosotros a ese pa¨ªs en desarrollo que abandone el coche y la moto, nosotros que usamos y abusamos a¨²n hoy de los combustibles f¨®siles? ?C¨®mo privarle del crecimiento econ¨®mico que lleva asociado?
Jain deja que los diferentes ciudadanos se expresen libremente ante la c¨¢mara y solo de vez en cuando interviene para hacer un comentario. Un hombre se queja resignado de las temperaturas cada a?o m¨¢s elevadas y de que el aire acondicionado es un lujo solo al alcance de los ricos. En la pantalla, im¨¢genes ya vistas d¨¦cadas atr¨¢s, pero que son, tristemente, todav¨ªa de actualidad: ni?os escarbando en vertederos urbanos o haciendo acrobacias entre dos coches en un atasco para despertar la compasi¨®n del conductor y agenciarse algunas rupias.
Me digo que las d¨¦cadas pasan y la India parece no ser capaz de erradicar esa pobreza extrema en la que est¨¢ sumida a pesar del creciente n¨²mero de millonarios y del crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs. A la dificultad de acceso a la alimentaci¨®n, al trabajo digno y a la educaci¨®n, se han sumado estos ¨²ltimos a?os los efectos nefastos del cambio clim¨¢tico. Temperaturas impredecibles, p¨¦rdidas de cosechas, inundaciones incontrolables y aire irrespirable son algunas de sus consecuencias. Otra persona culpa al Gobierno o, mejor dicho, culpa del desaguisado a la inacci¨®n de la Administraci¨®n. Se supone, dice ¨¦l, que ¡°deber¨ªa servir al pueblo, pero no lo hace¡±.
El director no da la palabra a expertos, ni a cient¨ªficos, ni a pol¨ªticos que expliquen qu¨¦ est¨¢ pasando ni c¨®mo se deber¨ªa atajar el problema. Jain se contenta con dejar testimonio audiovisual de lo que ve a trav¨¦s de su objetivo, como si se tratara de un turista interesado por dejar constancia de c¨®mo viven y piensan los habitantes de Nueva Delhi, una de las ciudades m¨¢s pobladas del mundo, con 30 millones de habitantes. No hay adjetivos para describirlo. La imagen habla por s¨ª sola.
Invisible demons debe su t¨ªtulo a esas part¨ªculas invisibles que contaminan el aire y hacen casi irrespirable el aire en la ciudad.
Invisible demons debe su t¨ªtulo a esas part¨ªculas invisibles que contaminan el aire de la ciudad y lo hacen casi irrespirable. El origen del problema, sin embargo, no son las part¨ªculas, sino el c¨²mulo de circunstancias pol¨ªticas, sociales y econ¨®micas que permiten que las empresas destruyan r¨ªos y contaminen el aire impunemente. No solo en la India sino a escala global.
El documental tiene el m¨¦rito de poner cara y voz a ciudadanos an¨®nimos, que son, a la postre, los menos responsables, pero, en cambio, los primeros afectados de un problema de alcance mundial. Y la pregunta cae por su propio peso: ?Cu¨¢ndo har¨¢n justicia los pa¨ªses m¨¢s contaminantes a los m¨¢s pobres? Quien contamina, que pague y asuma las consecuencias.
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