La activista de La Guerrero, una de las colonias m¨¢s estigmatizadas de la Ciudad de M¨¦xico
Mary Gloria Fournier dirige Comunidad Nueva, un proyecto colectivo en la Colonia Guerrero, una de las m¨¢s violentas de la capital mexicana, que ofrece actividades, acompa?a a los vecinos y fomenta la libertad creativa, la econom¨ªa solidaria y los valores feministas
Con ra¨ªces en la ¨¦poca prehisp¨¢nica y colindando con el centro hist¨®rico, la colonia Guerrero es de la m¨¢s emblem¨¢ticas de la Ciudad de M¨¦xico. ¡°Tambi¨¦n una de las m¨¢s dicharacheras y solidarias¡±, afirma Mary Gloria Fournier, vecina y cabeza de Comunidad Nueva, un espacio dedicado al desarrollo de proyectos que ayudan a enlazar con la poblaci¨®n local. En su caso, afectada por la exclusi¨®n social, la pobreza y la informalidad; sus altos niveles de delincuencia la sit¨²an como una de las zonas m¨¢s peligrosas de la capital. ¡°Luchamos contra esa estigmatizaci¨®n a trav¨¦s de la resistencia, generando identidad de barrio¡±, sentencia Fournier, llev¨¢ndose la mano el pecho y mostrando una sonrisa enorme que le rasgan a¨²n m¨¢s sus ojos almendrados.
En la esquina que conforman las calles Sol y Lerdo, a poca distancia del tradicional Mercado Mart¨ªnez de la Torre, en un local de techo bajo y con un grafiti enorme en la entrada, los vecinos pueden acudir a Comunidad Nueva a tomar clases de box y de danza polinesia, participar en un taller, ¡°sumarse a la olla com¨²n donde se reparten platos de comida para quien lo necesite o simplemente venir a inspirarse¡±, explica Fournier y se?ala las paredes repletas de manualidades y pinturas que decoran el espacio. Tras un escritorio de madera, m¨¢s de 500 t¨ªtulos constituyen la biblioteca de la organizaci¨®n, ¡°libros donados y de inter¨¦s para la comunidad que forman parte del movimiento al Aire libro¡±, asegura. Esta iniciativa internacional tiene como objetivo generar comunidades lectoras por medio de acciones que puedan desarrollarse en espacios p¨²blicos para exaltar y multiplicar el goce de la lectura.
¡°Trabajamos de la mano de distintos colectivos y organizaciones civiles con el objetivo de ofrecer un lugar donde las personas lleven a cabo esas actividades que no pueden hacer en sus casas ni en otra parte: este un espacio de libertad, creatividad y de aprendizaje¡±, cuenta la fundadora de Comunidad Nueva, que se cre¨® a partir un proyecto de mejoramiento barrial y comunitario en el 2009 y que a lo largo de los ¨²ltimos a?os la iniciativa ha consolidado su estructura en cinco ejes principales: la preservaci¨®n de artes y oficios, la econom¨ªa solidaria, la educaci¨®n y salud, las actividades culturales y recreativas y el medioambiente.
No nos gusta el asistencialismo, creemos en los modelos de la reciprocidad y la empat¨ªa. Somos un proceso de base comunitaria, los proyectos se dan aqu¨ª con o sin recursos
¡°Durante la primera etapa salimos adelante, sobre todo, con fondos p¨²blicos. Pero las convocatorias actuales de la Secretar¨ªa de Cultura de la Ciudad de M¨¦xico para el sostenimiento del espacio se han ido haciendo cada vez menos flexibles, aline¨¢ndose a ciertas din¨¢micas de partidocracia y que responden a pol¨ªticas que no son sensibles a los actores del territorio. Como no diagnostican a las comunidades, ?no tienen ni idea de lo que la poblaci¨®n necesita!¡±, denuncia la activista, justificando por qu¨¦ su organizaci¨®n se ha ido alejando de los programas p¨²blicos de la ciudad.
¡°En muchos acercamientos del Gobierno hemos sentido cierto paternalismo y hasta una apropiaci¨®n cultural de lo que est¨¢bamos haciendo. Por otro lado, no nos gusta el asistencialismo, creemos en los modelos de la reciprocidad y la empat¨ªa. Somos un proceso de base comunitaria, los proyectos se dan aqu¨ª con o sin recursos¡±, asegura de forma tajante y pone como ejemplo uno de los que est¨¢ m¨¢s orgullosa: el huerto urbano que ha habilitado en el patio exterior para fomentar la soberan¨ªa alimentaria y el consumo local.
¡°Cuando estall¨® la pandemia y nos cerraron las cadenas de abasto popular y los mercados, tomamos m¨¢s conciencia de su importancia. Plantamos sobre todo hortalizas: berro, acelga¡ El a?o pasado logramos una producci¨®n de lechugas, y la gente que hab¨ªa participado en la cosecha se las llevaba a casa o las ofrec¨ªa en los trueques¡±, explica Fournier, una mujer que a trav¨¦s de las redes vecinales ha conseguido llevar a la pr¨¢ctica lo que muchos consideran una utop¨ªa.
¡°Ya hemos recorrido un camino en din¨¢micas de la econom¨ªa solidaria, como los trueques que organizamos, donde se intercambian distintos productos sin dinero de por medio. Otro ejemplo es nuestro banco del tiempo¡±. A trav¨¦s de este sistema una persona puede, por ejemplo, ofrecer cinco horas de sus conocimientos en dise?o gr¨¢fico y cobrarlos por el trabajo de alba?iler¨ªa que necesite en alg¨²n momento. ¡°Se trata de intercambiar algo que es mucho m¨¢s valioso que el dinero y que no puede regresar: el tiempo¡±, comenta en un tono nost¨¢lgico para resaltar ese activo que su organizaci¨®n pone en tanto valor, pero que tambi¨¦n, seg¨²n cuenta, ha impactado de forma negativa en su colonia.
La red colaborativa de Comunidad Nueva congrega al a?o a una poblaci¨®n de unas 2.500 personas de la Guerrero, constituida por m¨¢s de 40.000 habitantes
¡°Me duele que con el tiempo se haya ido transformando tanto la Guerrero, trayendo la p¨¦rdida de patrimonio cultural o la hostilidad sufrida por sus habitantes¡ Con la llegada del Airbnb muchas personas de la comunidad se han tenido que ir de la colonia por no poder pagar una renta, porque han sido desalojados, neg¨¢ndoles la oportunidad de vivir en el lugar donde nacieron. El sentimiento de arraigo est¨¢ directamente relacionado con la identidad y a muchos se la han arrebatado¡±, expresa la activista denunciando la gentrificaci¨®n, un fen¨®meno que ya se ha apoderado de otras zonas de la ciudad y que empieza a amenazar la suya. ¡°Pero no nos vamos a pelear con los grandes inversores, ni con el narco o la delincuencia organizada. Nuestra lucha es abajo, seguir creyendo en la organizaci¨®n comunitaria y en las redes vecinales¡±.
El feminismo contra el heteropatriarcado
La gesti¨®n del colectivo la lleva a cabo cuando no trabaja en el libro club donde imparte actividades de fomento a la lectura y atiende grupos de ni?os. En mi horario laboral le pertenezco al sistema, pero despu¨¦s ya soy libre y puedo ocuparme de Comunidad Nueva y de mi familia¡±, explica Fournier, madre de dos hijas de 18 y 22 a?os que tambi¨¦n son parte de la organizaci¨®n. ¡°Aqu¨ª crecieron¡±, a?ade.
La menor, Aime, a quien transmiti¨® su lado creativo, ¡°lleva el arte, la poes¨ªa, la m¨²sica all¨¢ donde vaya¡±; la mayor, Fer, qui¨¦n hered¨® su entusiasmo por el activismo y los rasgos afrodescendientes de la familia originaria de Veracruz ¨Cpiel m¨¢s oscura, el pelo afro, la nariz y los labios gruesos¨C, es la responsable de Radio Warrior, una emisora comunitaria que lleva acciones al barrio a trav¨¦s del micr¨®fono. ¡°Se invita a los vecinos a que participen y se sumen en vivo. Si alguien pasa con la guitarra y quiere improvisar una canci¨®n lo puede hacer en directo¡±, cuenta la activista.
Bajo el lema La radio la hacen todos, y acompa?¨¢ndose de ritmos musicales populares, transmiten las noticias del barrio, se reivindican efem¨¦rides y se abren debates con contenidos de lo m¨¢s variados. ¡°Siempre bajo la perspectiva de g¨¦nero, porque las j¨®venes ya traen el feminismo en la sangre, no se tienen que reconstruir tanto como el resto de generaciones¡±, confiesa Fournier, que sufri¨® violencia econ¨®mica, emocional y f¨ªsica. ¡°Y tuve que pasar por muchos procesos de construcci¨®n y deconstrucci¨®n. Apenas empiezo ahora a vivir plenamente como mujer¡±, a?ade.
La activista tuvo que dejar los estudios para criar a sus hijas y, tras formarse por su cuenta en materias de gesti¨®n cultural, trabajo social y antropolog¨ªa, est¨¢ estudiando Derecho y Criminalidad en la universidad. ¡°No es f¨¢cil ser mam¨¢ tan joven, y m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa fue reconocer las violencias que mi cuerpo hab¨ªa sufrido a lo largo de estos 40 a?os por ser mujer¡±. Fournier tambi¨¦n acompa?a casos de violencia de g¨¦nero y atiende a v¨ªctimas. ¡°Todav¨ªa seguimos buscando a la compa?era que desapareci¨® en enero¡±, denuncia. Era tambi¨¦n activista y madre soltera de un adolescente.
Estamos tan lastimadas por el sistema patriarcal que, a veces, cuesta mucho entender que el enemigo no es otra mujer
¡°Cada d¨ªa aprendo algo sobre la lucha contra el machismo y la importancia del respeto, tambi¨¦n entre nosotras. Es que estamos tan lastimadas por el sistema heteropatriarcal que, a veces, cuesta mucho entender que el enemigo no es otra mujer. Y en este pa¨ªs, adem¨¢s, ?levantar la voz nos cuesta vidas!¡±, lamenta recordando que en M¨¦xico son asesinadas 10 mujeres al d¨ªa. ¡°Pero, sin duda, vamos a ganar, ?El patriarcado se va a caer, lo vamos a tirar!¡±, exclama, replicando uno de los grandes lemas del movimiento feminista latino.
Para cambiar el sistema primero hay que so?ar
Dice Fournier que le gusta la gente que rompe barreras, ¡°que atiza conciencias; mis amigos me dicen que sue?o mucho¡±. Tambi¨¦n le dicen que podr¨ªa ser una buena pol¨ªtica. ¡°Si llegase a una posici¨®n de elecci¨®n popular mi objetivo ser¨ªa no perder el foco. Creo plenamente en que desde las altas esferas hay que incidir a partir de la agenda local y buscar siempre el di¨¢logo horizontal. Pero si es dif¨ªcil gestionar una comunidad tan peque?a, ?no me quiero imaginar los conflictos que habr¨ªa que sortear si me metiera en pol¨ªtica!¡±, bromea.
Entre los talleres, actividades, las jornadas de acompa?amiento y la despensa que reparten, la red colaborativa de Comunidad Nueva congrega al a?o a una poblaci¨®n de unas 2.500 personas de la Guerrero, constituida por m¨¢s de 40.000 habitantes. ¡°Pero ah¨ª vamos poquito a poco, intentando cambiar las cosas en una colonia que no es perfecta, pero que s¨ª est¨¢ unida y es alegre. A pesar de aquellos procesos que nos quieren quitar territorio y despojarnos de nuestro espacio, somos resilientes y tenemos un profundo arraigo¡±.
Un v¨ªnculo que, seg¨²n la activista, ya no existe en los j¨®venes. ¡°Por eso uno de mis prop¨®sitos es impulsar esa identidad en las generaciones que me siguen, que valoren su barrio, que sepan que por ¨¦l caminaron desde gente muy influyente, como el arquitecto Antonio Rivas Mercado, hasta los pioneros de los teatros de carpa de M¨¦xico que se acompa?aban de personajes del rabal, igual de importantes que el primero¡±, sentencia, ensalzando el lugar en el que ha vivido durante 41 a?os.
En esa Guerrero, lugar de nacimiento de Manuel Esper¨®n, unos de los artistas de la ?poca de Oro del cine mexicano m¨¢s importantes, y donde se emborrach¨® y cant¨® sus rancheras Paquita la del Barrio; una colonia, seg¨²n Fournier, ¡°?tan cumbianera y guarachera!¡±, de calles coloridas y siempre llenas de gente que tambi¨¦n la han visto crecer y transformarse a ella.
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