2022: un a?o lleno de desaf¨ªos para las mujeres
Para lograr superar los retos y las secuelas econ¨®micas y sociales de la crisis sanitaria por la covid-19 de forma m¨¢s inclusiva e igualitaria el compromiso de los gobiernos, organizaciones internacionales, empresas y ONG debe ser real en estos meses
Comenzamos este 2022 con la ilusi¨®n de los avances que se han logrado para controlar la pandemia de covid-19. Sudam¨¦rica est¨¢ a la vanguardia mundial de vacunaci¨®n, aunque todav¨ªa falta mucho por hacer y hay muchas injusticias que superar en cuanto a la distribuci¨®n de la vacuna.
La poblaci¨®n est¨¢ agotada, las consecuencias sobre la salud mental y f¨ªsica de la gente se hacen cada vez m¨¢s evidentes, y las secuelas econ¨®micas y sociales de la crisis sanitaria reclaman acciones todav¨ªa m¨¢s en¨¦rgicas y m¨¢s urgentes de parte de gobiernos nacionales y autoridades locales. El a?o, adem¨¢s, comienza con cinco millones m¨¢s de personas en pobreza extrema, para un total de 86 millones en toda la regi¨®n, seg¨²n datos de la CEPAL. Es un retroceso que no hab¨ªamos tenido durante al menos dos d¨¦cadas en la regi¨®n.
Sobre este tel¨®n de fondo, estos 11 meses que tenemos por delante desde la perspectiva de las mujeres de Am¨¦rica Latina y el Caribe generan tanto desaf¨ªos como oportunidades a tener en cuenta y ¨¢reas que creo prioritarias y en las que estaremos trabajando desde ONU Mujeres todo el a?o.
Tenemos pendiente la gran tarea de erradicar la violencia contra las mujeres. La situaci¨®n, que ya era preocupante a comienzos de 2020, se agrav¨® en los meses siguientes. M¨¢s de 4.000 latinoamericanas fueron v¨ªctimas de feminicidio en 2020, seg¨²n cifras de CEPAL. Tambi¨¦n aumentaron de forma alarmante las llamadas a las l¨ªneas de apoyo contra la violencia en el hogar. El confinamiento, el desempleo y el incremento desproporcionado de la carga de cuidados contribuyeron a agudizar el problema.
Las mujeres se encontraron, de pronto, sin empleos, excluidas de la econom¨ªa informal por las medidas de seguridad, a cargo de las tareas del hogar a las que se sumaron el apoyo a los hijos por el cierre de las instituciones educativas.
Como dijo el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, la pandemia represent¨®, en algunos casos, un retroceso de hasta 10 a?os en derechos ya conquistados y consagrados de las mujeres. En 2022 es imperativo superar ese rezago. No para volver a la situaci¨®n de hace dos a?os, que ya era mala, sino para hacerla a¨²n mejor y avanzar en las transformaciones necesarias para sociedades m¨¢s justas e inclusivas.
Las mujeres son las primeras que pierden la posibilidad de seguir generando un ingreso, las ni?as son las primeras que abandonan la escuela
Escrib¨ª estas l¨ªneas mientras veo en las noticias las terribles consecuencias de las lluvias en Quito y S?o Paulo, con saldo de decenas de personas muertas, familias desplazadas y viviendas destruidas. Y como siempre, mujeres y ni?as son las m¨¢s vulnerables ante este tipo de situaciones.
Las mujeres son las primeras que pierden la posibilidad de seguir generando un ingreso, las ni?as son las primeras que abandonan la escuela; cuando ocurren desplazamientos, ni?as y mujeres quedan m¨¢s expuestas al riesgo de violencia sexual y de otros tipos.
2022 tiene que ser el a?o en el que establezcamos v¨ªnculos claros entre las consecuencias del cambio clim¨¢tico y sus efectos para mujeres y ni?as. Necesitamos acciones espec¨ªficas con enfoques de g¨¦nero, pero tambi¨¦n asegurar la participaci¨®n de las organizaciones de mujeres y feministas en la respuesta de emergencia y los planes de reconstrucci¨®n.
Estamos en medio de un superciclo electoral en la regi¨®n, que comenz¨® en 2021 y que culminar¨¢ en 2024, con la renovaci¨®n de casi todos los gobiernos latinoamericanos, y que tendr¨¢ consecuencias a muy largo plazo en la regi¨®n.
2022 tiene que ser el a?o en el que establezcamos v¨ªnculos claros entre las consecuencias del cambio clim¨¢tico y sus efectos para mujeres y ni?as
Es una circunstancia que debemos aprovechar para abrir espacios a la participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres. Somos la mitad de la poblaci¨®n; sin embargo, en este momento hay una sola presidenta en el continente y unas pocas precandidatas.
Somos la regi¨®n que encabeza a escala mundial los ¨ªndices de paridad en los parlamentos. Aun as¨ª, no llegamos ni siquiera a un tercio de la representaci¨®n, y son pocos los pa¨ªses que tienen normas, leyes y reglamentos para garantizar una participaci¨®n igualitaria; y menos todav¨ªa los que las aplican de forma efectiva.
Adem¨¢s, los asesinatos, las amenazas, el amedrentamiento y las campa?as en l¨ªnea contra las mujeres en pol¨ªtica son una dolorosa realidad cotidiana en la regi¨®n. Este deber¨ªa ser el a?o en el que avancemos tambi¨¦n en garantizar la participaci¨®n de las mujeres en pol¨ªtica y su liderazgo en los espacios de toma de decisi¨®n.
Finalmente, la gran tarea pendiente de la brecha digital de g¨¦nero. Vivimos en una regi¨®n en la que 40% de los hogares no tienen acceso a internet. Eso cierra posibilidades de educaci¨®n, empleo y acceso a otras oportunidades para mujeres y ni?as.
Se estima que la revoluci¨®n digital acelerada por la pandemia nos llevar¨¢, en un futuro no muy lejano, a que 75% de los empleos est¨¦n relacionados con Ciencias, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa y Matem¨¢ticas (las llamadas STEM). Tenemos que hacer esfuerzos muy grandes, muy comprometidos, pero tambi¨¦n muy bien financiados para superar ese rezago y que cada vez haya m¨¢s mujeres y ni?as en l¨ªnea; y con estudios -y empleos- en STEM.
Como plantea el t¨ªtulo de esta columna, tenemos delante un a?o lleno de desaf¨ªos. Ojal¨¢ logremos el compromiso de muchos gobiernos, organizaciones internacionales, empresas y ONG para que este sea el a?o en el que comencemos a superarlos de forma m¨¢s inclusiva e igualitaria.
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