Un modelo mundial para combatir la violencia contra las mujeres

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Al mismo tiempo que el mundo lidia de manera desigual con los efectos de la covid-19, hay otra pandemia igualmente horrorosa que viene poniendo en peligro a la mitad de la poblaci¨®n mundial. En los primeros meses de la pandemia, las Naciones Unidas estimaron que, a causa de las cuarentenas y los confinamientos, podr¨ªa haber nada menos que 15 millones de casos m¨¢s de violencia de g¨¦nero cada tres meses. Lamentablemente, parece que esa estimaci¨®n se est¨¢ cumpliendo.

Esta semana, el Foro Generaci¨®n Igualdad re¨²ne en Par¨ªs y en l¨ªnea a l¨ªderes del mundo y otras personalidades en un esfuerzo gigantesco por la igualdad de g¨¦nero. En ese encuentro les pedir¨¦ a Estados, empresas y particulares que se unan a una iniciativa mundial, de resultados probados, por acabar con el miedo y la inseguridad que ponen en peligro la salud, los derechos, la dignidad y la vida de tantas mujeres y ni?as.

Al amparo de la pandemia ha proliferado la misoginia violenta, desde la violencia dom¨¦stica hasta la explotaci¨®n sexual, la trata, el matrimonio infantil, la mutilaci¨®n genital femenina y el acoso en l¨ªnea.

Llevar¨¢ tiempo recopilar y evaluar todos los datos, pero las tendencias son claras. En doce pa¨ªses de los que las Naciones Unidas hicieron un seguimiento, el n¨²mero de casos de violencia contra mujeres y ni?as denunciados ante diversas instituciones aument¨® el 83% de 2019 a 2020, y el de casos denunciados ante la polic¨ªa se increment¨® el 64%.

En los primeros meses de la pandemia, en toda la Uni¨®n Europea, las llamadas a los tel¨¦fonos de asistencia aumentaron en promedio el 60%. En el Per¨², las llamadas al tel¨¦fono de emergencia para casos de violencia sexual casi se duplicaron de 2019 a 2020. En Tailandia, el n¨²mero de visitas a las unidades hospitalarias de crisis por violencia dom¨¦stica en abril de 2020 fue m¨¢s del doble que en el mismo per¨ªodo del a?o anterior.

En el Per¨², las llamadas al tel¨¦fono de emergencia para casos de violencia sexual casi se duplicaron de 2019 a 2020

En todo el mundo se constatan estad¨ªsticas e historias como esas, que agravan esta epidemia de violencia contra las mujeres y las ni?as. Antes de la pandemia, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud estimaba que una de cada tres mujeres experimentar¨ªa violencia masculina en alg¨²n momento de su vida.

Hace poco m¨¢s de un a?o, di la voz de alarma. Junto con el llamamiento que hice a un alto el fuego mundial, ped¨ª que hubiera paz en los hogares ¡ªque se pusiera fin a todas las formas de violencia en todas partes, desde las zonas de guerra hasta los hogares¡ª para que pudi¨¦ramos hacer frente a la pandemia, ese enemigo com¨²n de la humanidad, con solidaridad y unidad.

M¨¢s de 140 pa¨ªses expresaron su apoyo. En 149 pa¨ªses se han tomado unas 800 medidas, la mayor¨ªa de las cuales se centra en dar refugio, asistencia legal y otros servicios y formas de apoyo.

As¨ª y todo, en muchos casos estas medidas han sido limitadas y de corta duraci¨®n. Lo que es peor, otros pa¨ªses est¨¢n retrocediendo, retirando las protecciones jur¨ªdicas y permaneciendo impasibles ante el uso de la violencia espec¨ªficamente contra las mujeres, incluidas las defensoras de los derechos humanos que protestan por estos retrocesos.

La violencia contra las mujeres y las ni?as se ha generalizado tanto que ahora se acepta que, de alguna manera, es inevitable o es imposible acabar con ella

La violencia contra las mujeres y las ni?as se ha generalizado tanto que ahora se acepta que, de alguna manera, es inevitable o es imposible acabar con ella. Esta idea es tan injuriosa y contraproducente como completamente absurda. A pesar de las dificultades del a?o pasado, las Naciones Unidas, con considerable financiaci¨®n de la Uni¨®n Europea y en colaboraci¨®n con ella, han demostrado que se puede lograr un cambio.

A lo largo de 2020, la Iniciativa Spotlight, que se propone eliminar la violencia contra las mujeres y las ni?as, tuvo resultados notables en 25 pa¨ªses. Se adoptaron o reforzaron 84 leyes y pol¨ªticas para proteger a las mujeres y las ni?as. El enjuiciamiento de los agresores aument¨® el 22%. Unas 650.000 mujeres y ni?as recibieron servicios a pesar de los confinamientos y las restricciones a la circulaci¨®n. Se trabaj¨® con casi 900.000 hombres y ni?os ¡ªentre ellos, l¨ªderes tradicionales, dirigentes de instituciones religiosas, taxistas y jugadores de videojuegos¡ª para que fueran aliados en la b¨²squeda de soluciones. Y en todos esos pa¨ªses, las asignaciones presupuestarias nacionales para prevenir y remediar los casos de violencia contra las mujeres y las ni?as aumentaron el 32%, un claro indicio de sostenibilidad futura.

Uni¨¦ndonos en Par¨ªs para respaldar un modelo de eficacia probada, podemos empezar a asegurarnos de que la pr¨®xima generaci¨®n de ni?as no tenga que vivir con miedo porque no hicimos nada. Con el tiempo sacaremos muchas conclusiones sobre lo que hicimos bien y mal al manejar esta pandemia. Una de las primeras debe ser que decidimos poner fin ya mismo a esta vergonzosa pandemia oculta que afecta a la mitad de nuestra poblaci¨®n.

Ant¨®nio Guterres es secretario general de las Naciones Unidas.

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