Terminemos con la pandemia de violencia contra las mujeres
Los confinamientos por la covid-19 aumentaron los casos de agresiones machistas. Para acabar con esta lacra, el apoyo de los gobiernos a las supervivientes debe incluir programas eficaces de prevenci¨®n del maltrato y deben incluir a los hombres en ellos
La violencia contra las mujeres y ni?as se intensifica durante los per¨ªodos de crisis. No deber¨ªa sorprendernos que la covid-19 haya aumentado el riesgo de agresiones machistas. Incluso antes de la pandemia, una de cada tres mujeres en el mundo inform¨® haberla sufrido de manera f¨ªsica o sexual por parte de su pareja.
Las cuarentenas por la crisis sanitaria aumentaron su exposici¨®n a la violencia al confinarlas en sus hogares con los abusadores. Los encierros, adem¨¢s, agravaron las dificultades econ¨®micas y redujeron el menor acceso de las agredidas a los recursos y sistemas de asistencia que las ayudan a escapar de esas relaciones.
En abril de 2020, el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, hizo un llamamiento para evitar la violencia de g¨¦nero durante la pandemia. Esta petici¨®n recibi¨® el apoyo de 146 pa¨ªses. Ese mismo mes, el Fondo de Poblaci¨®n de las Naciones Unidas (UNFPA) estim¨® que por cada tres meses adicionales de confinamiento habr¨ªa 15 millones de casos m¨¢s de maltrato contra mujeres y ni?as.
Casi dos a?os despu¨¦s, existen evidencias de que los gobiernos respondieron a las palabras de Guterres. Los datos recabados por el Programa para el Desarrollo de la ONU (PNUD) muestran que, de 4.968 pol¨ªticas relacionadas con la covid-19, 853 se centraron en la violencia de g¨¦nero.
Los di¨¢logos con facilitadores ayudan a los hombres y mujeres a examinar y poner en tela de juicio las normas y roles injustos vinculados al g¨¦nero
En Estados Unidos, por ejemplo, se est¨¢n destinando millones de d¨®lares de los programas de asistencia por la pandemia para fortalecer recursos extremadamente necesarios ¨Ccomo refugios, servicios psicol¨®gicos y ayudas a la vivienda¨C para las necesidades inmediatas de las mujeres que sufren malos tratos.
Pero esos esfuerzos no evitar¨¢n esta lacra. Para ponerle fin son necesarias estrategias de prevenci¨®n eficaces dirigidas a la ra¨ªz del problema. Dichos programas deben abordar las desigualdades generalizadas y las diferencias de poder, especialmente las normas de g¨¦nero que justifican y normalizan las agresiones contra ellas.
Hay muchos ejemplos de estrategias efectivas y probadas para prevenir las agresiones machistas que se pueden implementar incluso durante una pandemia mundial. Una gran cantidad de evidencias ¨Cincluidas las mejores pr¨¢cticas y evaluaciones s¨®lidas generadas durante varias d¨¦cadas¨C, demuestra qu¨¦ enfoques funcionan mejor. En especial, las evaluaciones de impacto aleatorias pueden guiar las decisiones sobre c¨®mo construir poblaciones saludables y libres de brutalidad.
Uno de los enfoques eficaces basados en evidencia son los di¨¢logos de g¨¦nero con facilitadores. Estas conversaciones ayudan a los hombres y mujeres a examinar y poner en tela de juicio las normas y roles injustos vinculados al g¨¦nero, y a practicar en espacios seguros sus habilidades para mejorar las relaciones. Uno de esos programas, Unite for a Better Life (UBL), implementado en Etiop¨ªa, fue llevado a cabo en el contexto de la ceremonia et¨ªope del caf¨¦, un foro tradicional para las discusiones comunitarias.
Las evaluaciones aleatorias en Uganda, M¨¦xico y Nigeria mostraron que el llamado eduentretenimiento puede reducir la aceptaci¨®n de la violencia contra las mujeres y su incidencia, al mismo tiempo que fomenta la denuncia
Una evaluaci¨®n aleatoria mostr¨® que UBL puede reducir la violencia en las parejas hasta un 50% cuando participan los hombres. UBL logr¨® relaciones m¨¢s equitativas, aument¨® la participaci¨®n de las mujeres en la toma de decisiones y la participaci¨®n de los hombres en tareas dom¨¦sticas, como en la preparaci¨®n de alimentos y el cuidado de los ni?os, y una mayor comunicaci¨®n en las parejas sobre temas delicados, como la sexualidad. Los beneficios del programa llegaron m¨¢s all¨¢ de los hogares que participaron en ¨¦l. Se observaron efectos positivos ¨Centre ellos, la reducci¨®n de las agresiones¨C en miembros de la comunidad que no se hab¨ªan unido a las sesiones del UBL.
Esta investigaci¨®n muestra la importancia de incluir a los hombres en las tareas de prevenci¨®n. Intervenciones similares, como las implementadas en el marco del programa What Works to Prevent Violence Against Women and Girls (Qu¨¦ funciona para evitar la violencia contra las mujeres y ni?as, en castellano), proporcionan m¨¢s evidencias en apoyo a los di¨¢logos participativos que involucran a los hombres.
Otros enfoques prometedores, destacados en el marco RESPECT Women, incluyen planes de estudio escolares, programas de microfinanzas o ahorros para empoderar a las mujeres, adem¨¢s de intervenciones de marketing social o a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n. Estas ¨²ltimas incluyen programas que combinan educaci¨®n y entretenimiento en radio y televisi¨®n y que integran mensajes de cambio social en sus historias. Las evaluaciones aleatorias en Uganda, M¨¦xico y Nigeria mostraron que el llamado eduentretenimiento puede reducir la aceptaci¨®n de la violencia contra las mujeres y su incidencia, al mismo tiempo que fomenta la denuncia.
Las campa?as a trav¨¦s de los medios ofrecen una forma econ¨®mica de llegar a muchas personas de forma remota. Por ejemplo, la adaptaci¨®n basada en podcast de UBL se dise?¨® para crisis humanitarias durante las cuales es posible que la gente est¨¦ desplaz¨¢ndose y no pueda sumarse a las sesiones de manera presencial. Estos podcasts se pueden compartir f¨¢cilmente y escuchar en dispositivos m¨®viles b¨¢sicos. Se necesita trabajo adicional para comprender c¨®mo se pueden adaptar eficazmente otros programas para ayudar a la gente en tiempos de crisis como la pandemia, pero la evidencia existente ofrece un punto de partida.
No hay tiempo que perder. Los responsables de las pol¨ªticas deben usar la evidencia disponible para ampliar los programas de prevenci¨®n eficaces y apoyar su adaptaci¨®n a nuevos contextos. Y la investigaci¨®n y evaluaci¨®n adicional de estrategias de prevenci¨®n novedosas o que a¨²n no han sido probadas es fundamental.
Para poner fin a la violencia contra las mujeres, los gobiernos deben ir m¨¢s all¨¢ del apoyo a las supervivientes. Tambi¨¦n deben invertir e implementar programas eficaces de prevenci¨®n que desaf¨ªen las normas de g¨¦nero da?inas y promuevan relaciones sanas y equitativas.
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