Nace una iniciativa para cuantificar el da?o de la covid-19 a las mujeres
El Centro Global para el Desarrollo crea un equipo para investigar el enorme impacto que la pandemia ha supuesto para ellas en los pa¨ªses de renta media y baja. Y ofrecer¨¢ datos y evidencias que impulsen soluciones pol¨ªticas
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Los pron¨®sticos eran muy negativos para las mujeres desde el principio de la pandemia. Las medidas adoptadas para frenar a la covid-19 iban a provocar un retroceso en el ya de por s¨ª lento camino hacia la igualdad de g¨¦nero. ONG y agencias de la ONU empezaron a advertir que los confinamientos incrementar¨ªan la violencia en el hogar, que la limitaci¨®n de movimientos y el colapso sanitario iban a dificultar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, con millones de embarazos no deseados como resultado y con menores posibilidades de interrumpirlos. Eso, adem¨¢s del impacto socioecon¨®mico por la p¨¦rdida de sus empleos precarios e informales que ellas ocupan mayoritariamente, y la sobrecarga a?adida de tareas no remuneradas. El tiempo no ha hecho m¨¢s que confirmar los temores, las organizaciones en terreno as¨ª lo atestiguan, pero se desconoce la envergadura del impacto a falta de estudios y estad¨ªsticas fiables.
El Centro para el Desarrollo Global (CGD, por sus siglas en ingl¨¦s) ha creado, con el apoyo financiero de la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, un equipo especial para investigar el espec¨ªfico perjuicio que la pandemia ha supuesto para las mujeres en los pa¨ªses de renta media y baja. Asimismo analizar¨¢n las medidas de recuperaci¨®n con perspectiva de g¨¦nero. ¡°Nos queremos asegurar de que la igualdad de g¨¦nero es una prioridad en la respuesta a la covid y despu¨¦s en los esfuerzos de recuperaci¨®n. Pero es importante que las decisiones se basan en datos fiables¡±, explica Megan O¡¯Donnell, subdirectora de g¨¦nero del CGD y quien liderar¨¢ la nueva iniciativa.
Solo con lo que ya se conoce, dice la experta, ser¨ªa suficiente para determinar que los programas de ayuda alimentaria, monetaria, de formaci¨®n y acceso a la tecnolog¨ªa deban priorizar a las mujeres; pero solo con evidencias y estad¨ªsticas incontestables se lograr¨¢ que los l¨ªderes conviertan su discurso en pol¨ªticas concretas. ¡°Creo que hay mucho discurso, pero no los fondos; los gobernantes, los l¨ªderes de la ONU, los presidentes dicen lo correcto, pero cuando ves los datos de los d¨®lares¡ No muestran que las cuestiones de g¨¦nero sean priorizadas¡±.
Solo con lo que ya se conoce ser¨ªa suficiente para determinar que los programas de ayuda alimentaria, monetaria, de formaci¨®n y acceso a la tecnolog¨ªa deben priorizar a las mujeres
Las ¨¢reas en las que se centrar¨¢ la investigaci¨®n del CGD son cinco, detalla O¡¯Donnell: la salud, los servicios de protecci¨®n social, el poder econ¨®mico y adquisitivo de las mujeres, la violencia de g¨¦nero y el liderazgo femenino. ¡°Lo primero y m¨¢s importante es conseguir una l¨ªnea base s¨®lida de compresi¨®n de lo que est¨¢ sucediendo y lo que no. Y tener muy claro qu¨¦ datos tenemos del impacto de la covid, desagregados por g¨¦nero, y ver c¨®mo los gobiernos y las entidades donantes est¨¢n respondiendo¡±, resume. Para ello, reunir¨¢n los resultados de estudios a nivel nacional de instituciones que trabajan estos temas, muchas de ellas tambi¨¦n financiadas por la Fundaci¨®n Gates. ¡°La idea es que lo elevemos, amplifiquemos el an¨¢lisis que est¨¢n haciendo en cada pa¨ªs, lo unamos con el trabajo que se hace en otros ¨DIndia, Colombia, Mongolia o Vietnam¨D y obtengamos una fotograf¨ªa global de lo que est¨¢ pasando¡±.
El objetivo es revelar cu¨¢les son los problemas y qu¨¦ se est¨¢ haciendo en consecuencia. ¡°Pero tambi¨¦n tendremos que subrayar la falta de datos, lo que no sabemos, especialmente en los pa¨ªses de renta baja donde disponer de ellos es m¨¢s complicado¡±, anota O¡¯Donnell. En cuanto al impacto de la pandemia sobre la salud de las mujeres, estudiar¨¢n los impactos indirectos sobre la misma. ¡°No qui¨¦n se est¨¢ infectando de covid y muriendo por este virus, sino qu¨¦ disrupciones ha habido, especialmente en servicios de salud sexual y reproductiva¡±.
Seg¨²n las estimaciones del Fondo de Poblaci¨®n de la ONU (UNFPA) a finales de abril de 2020, 47 millones de mujeres dejar¨ªan de tener acceso a m¨¦todos de planificaci¨®n familiar y habr¨ªa siete millones de embarazos no deseados en los primeros seis meses de pandemia en 114 pa¨ªses de renta baja y media. Un trimestre despu¨¦s, en Mosul (Irak), el personal del hospital de M¨¦dicos Sin Fronteras atend¨ªa a un n¨²mero ¡°mucho mayor del habitual¡± de mujeres embarazadas que acud¨ªan a dar a luz despu¨¦s de que uno de los principales hospitales p¨²blicos se dedicara por completo a la atenci¨®n de casos de covid-19. El proyecto de la ONG en Choloma (Honduras) tambi¨¦n experiment¨® un ¡°fuerte aumento¡± de pacientes a medida que los hospitales p¨²blicos de la ciudad, la tercera del pa¨ªs, se convert¨ªan en centros enteramente dedicados a la pandemia. El promedio de nacimientos mensuales en la cl¨ªnica de MSF pas¨® de 55 a 75, incluso en un contexto de un confinamiento total y de la par¨¢lisis de los transportes, seg¨²n datos de la organizaci¨®n de julio.
El desv¨ªo de recursos sanitarios ¨Dhumanos y materiales¨D a la atenci¨®n de la covid-19 es una de las muchas decisiones que han afectado a la salud sexual y reproductiva de las mujeres. Los confinamientos y restricciones de movimiento dificultaron a¨²n m¨¢s el acceso a m¨¦todos anticonceptivos y servicios que, pese a las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, muchos pa¨ªses no consideraron prioritarios ni esenciales. ¡°En Rustenburgo, Sud¨¢frica, las estructuras sanitarias suspendieron en un primer momento los servicios de interrupci¨®n voluntaria del embarazo a causa de una percepci¨®n err¨®nea de que no constituyen una atenci¨®n m¨¦dica esencial¡±, describe MSF, que se atribuye el m¨¦rito de que las autoridades cambiaran de parecer. El aborto inseguro es una de las principales causas de mortalidad materna en todo el mundo: cada a?o mueren al menos a 22.800 mujeres y ni?as, y millones resultan gravemente heridas, recuerdan desde la ONG.
El equipo del CGD se propone poner n¨²meros a todas estas experiencias. En el ¨¢mbito de la protecci¨®n social, quieren conocer qui¨¦n se est¨¢ beneficiando de los programas de transferencias de efectivo, ayudas alimentarios y programas p¨²blicos. En lo relativo al poder econ¨®mico, las mujeres est¨¢n siendo desproporcionadamente golpeadas en t¨¦rminos de p¨¦rdida de empleo, de poder adquisitivo, y como emprendedoras, se han visto forzadas a cerrar sus negocios, adem¨¢s de asumir una mayor carga del trabajo de cuidados no remunerado que los hombres. En pa¨ªses ricos como Estados Unidos se conoce la dimensi¨®n de muchas de estas afirmaciones. As¨ª, se sabe que en abril ¡ªuno de los meses m¨¢s duros de la crisis sanitaria¡ª el 55% de los 20,5 millones de puestos de trabajo perdidos en un mercado laboral muy flexible, como el estadounidense, correspondi¨® a mujeres. El c¨¢lculo de esta realidad en las naciones m¨¢s pobres est¨¢ por hacer, apunta O¡¯Donnell.
Toda la evidencia que tenemos apunta a que las ni?as y mujeres de los pa¨ªses m¨¢s pobres van a ser abandonadas y quedar¨¢n m¨¢s atr¨¢s de lo que estabanMegan O'Donnel, Centro para el Desarrollo Global
¡°Ahora hay una oportunidad de reinicio. Y tenemos que hacerlo porque toda la evidencia que tenemos apunta a que las ni?as y mujeres de los pa¨ªses m¨¢s pobres van a ser abandonadas y quedar¨¢n incluso m¨¢s atr¨¢s de lo que estaban, y van a enfrentar mayores barreras para su seguridad f¨ªsica, para ganar un sustento y mantenerse sanas y educadas¡±. O¡¯Donnell insiste en que su principal objetivo es evitar que esto suceda. La experta del CGD es parcialmente optimista. ¡°Si en la comunidad global nos tomamos este momento muy en serio y nos preguntamos qu¨¦ tenemos aqu¨ª, que no es solo una crisis sanitaria, sino una que ha exacerbado las desigualdades de g¨¦nero preexistentes, creo que s¨ª estamos ante una oportunidad de priorizar a los grupos que estaban siendo abandonados incluso antes de todo esto¡±.
En opini¨®n de O¡¯Donnell ha habido ¡°algunos signos positivos¡± de que, esta vez, los l¨ªderes no se olvidar¨¢n de las mujeres en la salida de la crisis. ¡°El propio secretario general de la ONU fue de los primeros en advertir de que hab¨ªa una pandemia en la sombra: la violencia de g¨¦nero; y trat¨® de movilizar a los pa¨ªses para que se dieran cuenta de este problema. Creo que los l¨ªderes son conscientes de esta cuesti¨®n¡±, anota. Seg¨²n el informe Mujeres y ni?os en tiempos de covid, de We World, la violencia contra las mujeres aument¨® un 25% durante los confinamientos.
El reconocimiento de este problema por parte de los mandatarios no fue siempre acompa?ado de medidas de refuerzo de los servicios de atenci¨®n a las v¨ªctimas, apunta MSF. En Sud¨¢frica, por ejemplo, las llamadas para denunciar casos de violencia sexual en el tel¨¦fono habilitado para ello se multiplicaron por tres despu¨¦s de que entrara en vigencia la cuarentena. ¡°Sin embargo, aunque hubo un aumento en los reportes, hemos asistido a una disminuci¨®n en las visitas a la cl¨ªnica¡±, recalca Kgaladi Mphahlele, responsable de actividades de planificaci¨®n familiar de MSF en Rustenburgo, una ciudad minera del cintur¨®n de platino con una gran comunidad de migrantes. En toda la ciudad y sus alrededores, otras cl¨ªnicas han notificado un descenso de datos de asistencia en el mismo sentido, detalla la ONG.
O¡¯Donnell se?ala, adem¨¢s, que mientras que la violencia de g¨¦nero s¨ª ha recibido, al menos, atenci¨®n al m¨¢s alto nivel, no ha sido as¨ª con la parte del impacto econ¨®mico de la pandemia sobre las mujeres. ¡°Ellas sufren m¨¢s la informalidad, han perdido en mayor proporci¨®n sus empleos, han tenido que regresar a la agricultura de subsistencia¡±, enumera. Pero la falta de estudios y estad¨ªsticas provoca que los mandatarios desconozcan y obvien el problema. ¡°Necesitamos tener esos datos y amplificarlos¡±, subraya. ¡°Se ha repetido que esto es una oportunidad para reconstruir mejor, pero tenemos que ser muy espec¨ªficos en qu¨¦ significa eso y qui¨¦n se va a beneficiar¡±.
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