El calvario de las personas LGTBI que migran de ?frica a Europa
A la presi¨®n social, escasez de recursos y de cobijo se suman las extorsiones, los robos y los abusos por su condici¨®n vulnerable. En ese gran cruce de caminos de la ruta migratoria que es Mal¨ª son objeto de asesinatos, violencia sexual y de g¨¦nero y, sobre todo, falta de respeto de derechos fundamentales
La movilidad humana es hoy tem¨¢tica de gran inter¨¦s entre la poblaci¨®n mundial. Pero las migraciones no son solo inevitables, como sucede muchas veces (y ahora en Ucrania), sino tambi¨¦n necesarias y deseables, seg¨²n los contextos, como apunta uno de los ¨²ltimos informes de la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones.
Todos los seres humanos poseen derechos y libertades fundamentales inalienables que son universalmente reconocidos por los instrumentos internacionales como la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos (1948), el Pacto Internacional de Derechos Econ¨®micos, Sociales y Culturales (1966) y la Convenci¨®n sobre la Eliminaci¨®n de todas las formas de Discriminaci¨®n contra la Mujer (1979). Por ello, los Estados deber¨ªan trabajar con el fin de promover, proteger y hacer cumplir los derechos b¨¢sicos de las personas migrantes, cualquiera que sea su condici¨®n, con especial atenci¨®n a aquellas que se encuentran en situaci¨®n de vulnerabilidad y corren mayor riesgo de padecer violaciones de los mismos.
Por su situaci¨®n geogr¨¢fica, Mali representa la confluencia de las rutas migratorias que proceden de Senegal, Gambia y Costa de Marfil, por un lado, y Burkina Faso, N¨ªger y Nigeria, por otro, con destino a Libia o Argelia. Bamako es el principal punto de encuentro de aquellos que deciden emigrar hacia Europa. Desde aqu¨ª algunos siguen su periplo hacia N¨ªger y posteriormente Libia (generalmente aquellos que cuentan con menos recursos econ¨®micos contin¨²an en autob¨²s v¨ªa Agadez) y otros toman la ruta en direcci¨®n a Argelia (normalmente en todoterreno a trav¨¦s del desierto, aunque m¨¢s r¨¢pida y costosa que la anterior).
Los datos de la OIM en los Puntos de Monitoreo de Flujos (FMP por sus siglas en ingl¨¦s) revelan que alrededor de 1.100 individuos atravesaron diariamente durante el mes de enero de 2022 las fronteras malienses. As¨ª, a los m¨¢s de 34.000 que decidieron emigrar desde sus pa¨ªses de origen todav¨ªa les quedan m¨¢s de 5.500 kil¨®metros de traves¨ªa hasta los principales puntos de cruce del mar Mediterr¨¢neo, donde tendr¨¢n que jugarse sus vidas en peque?as embarcaciones. Pero su viaje comenz¨® semanas atr¨¢s.
Hasta llegar a la ciudad m¨¢s poblada del centro de ?frica han tenido que hacer frente a numerosos controles de carretera donde la polic¨ªa maliense les obliga a pagar un peaje entre 15.000 y 45.000 francos CFA (unos 20 y 50 euros respectivamente) y a otras dificultades para poder continuar su camino. Por estos motivos, muchos se quedan sin dinero y varados en una megal¨®polis como Bamako en la que intentan sobrevivir a duras penas. Pernoctan en los alrededores de la estaci¨®n de autobuses, algunos a la espera de conseguir algo de dinero para subsistir, y otros, algo m¨¢s afortunados, con la idea a¨²n de alcanzar su ansiado Eldorado europeo.
Sogoniko, la principal estaci¨®n de autobuses de Bamako, tiene una superficie de cuatro kil¨®metros cuadrados. Adem¨¢s de ser el punto de salida hacia N¨ªger (la siguiente etapa del camino) se ha convertido en una ciudad refugio en la que conviven centenares de s¨²bditos de diferentes nacionalidades, etnias y religiones, y que se ha convertido en el destino final de muchos para quienes su sue?o se ha transformado en una aut¨¦ntica pesadilla. Aqu¨ª se re¨²nen en peque?os grupos o clanes seg¨²n su nacionalidad para ayudarse mutuamente a buscar comida, trabajo o dinero.
Los problemas a los que los deben hacer frente son muchos, pero la idea omnipresente es conseguir ahorrar lo necesario para continuar el viaje, porque volver a casa no es una opci¨®n, pues significar¨ªa fracasar con su sue?o y el de toda su familia. En el caso de las personas LGTBIQ, adem¨¢s de la presi¨®n social a la que deben hacer frente, de la escasez de recursos disponibles, y de la falta de un lugar digno donde cobijarse, se suman las extorsiones, los robos y los abusos debido a su doble condici¨®n de vulnerabilidad.
La invisibilidad de este colectivo en Mali propicia que se produzcan vejaciones, torturas y episodios continuos de violencia. Legalmente, no es posible asumir su condici¨®n, ya que el art¨ªculo 179 del C¨®digo Penal castiga la exhibici¨®n sexual, por lo que cualquier expresi¨®n p¨²blica de afecto entre personas del mismo sexo podr¨ªa acarrear multas e incluso en graves penas de prisi¨®n. Por otro lado, al tratarse de migrantes existe una de falta de reconocimiento de sus derechos humanos.
Este fen¨®meno migratorio de minor¨ªas sexuales provoca una serie de estresores que conduce a que los afectados sufran un fuerte malestar: la separaci¨®n forzada de los seres queridos cercanos, el sentimiento de desesperanza al encontrar dificultades en el reconocimiento material de los derechos fundamentales en la sociedad de acogida, la lucha por la subsistencia y la indefensi¨®n ante las formas de discriminaci¨®n, entre otros. Adem¨¢s, a estos factores se les suman las pr¨¢cticas discriminatorias y opresivas de la homofobia y la transfobia como generadoras de malestar, estigmatizaci¨®n y violencia.
La invisibilidad de este colectivo en Mali propicia que se produzcan vejaciones, torturas y episodios continuos de violencia
El problema principal es que no es solo una cuesti¨®n de odio expl¨ªcito hacia este colectivo, sino que los pa¨ªses receptores tienen una parte de responsabilidad, dado que no se promueven medidas suficientes para reducir la violencia y la discriminaci¨®n por raz¨®n de orientaci¨®n sexual o de identidad de g¨¦nero. En este sentido, en 2017, el ex Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, ZeidRa¡¯ad Al Hussein, declar¨® que la humanidad presenciaba una omnipresencia de los abusos violentos, el acoso y la discriminaci¨®n en todas las regiones del mundo hacia estas personas.
En definitiva, los migrantes LGTBIQ en Mal¨ª son objeto de asesinatos, violencia sexual, violencia de g¨¦nero, agresiones, y, sobre todo, son privadas de sus derechos fundamentales. Por este motivo resulta indispensable que para promover una migraci¨®n segura y ordenada se rompa esta importante barrera de discriminaci¨®n.
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