Artistas en red para impulsar la cultura comunitaria
La Red de Espacios y Agentes de la Cultura Comunitaria (REACC) ha dado un paso decisivo para unir acciones dispersas de colectivos, mediadores y agentes culturales del territorio espa?ol
Hubo demasiado tiempo de encierro para enviarse correos, hacer listas de intenciones en p¨¢ginas web colaborativas y, por fin, lleg¨® el momento de organizar una asamblea presencial para poner manos a la obra en la vida real: Inscribirse como asociaci¨®n y salir a actuar y a activar las calles, ocupar los teatros, convocar a los vecinos a traer sus ideas y llenar de p¨²blico los auditorios infrautilizados de cada municipio de Espa?a. Este ha sido el recorrido que sigui¨® la Red de Espacios y Agentes de la Cultura Comunitaria (REACC), desde que, en plena par¨¢lisis exterior por la pandemia, un grupo de creadores y mediadores culturales espoleara un encuentro solidario y profesional de gente que ofrec¨ªa pr¨¢cticas art¨ªsticas y trabajo compartido en un paisaje que cada d¨ªa se pon¨ªa m¨¢s dif¨ªcil.
Como dec¨ªamos en este mismo espacio, el arte es ¡°un conjunto de herramientas para pensar las cosas¡± y la REACC, nacida como una asamblea de di¨¢logo, apoyo mutuo y acci¨®n entre profesionales de las artes espa?olas, ha venido tejiendo esos v¨ªnculos para salvaguardar proyectos, visibilizar la importancia de la cultura comunitaria e ¡°intentar dar respuestas a los problemas end¨¦micos que la debilitan¡±.
Hace unas semanas, 43 de esas personas llegadas de toda la geograf¨ªa nacional concretaron la reuni¨®n presencial en el Castillo de San Servando, en Toledo, con el objetivo de dar un paso m¨¢s hacia una cultura m¨¢s digna y sostenible. A lo largo de dos d¨ªas debatieron para definir y englobar sus actividades, que ¡°involucran a agentes y a colectivos en procesos creativos de car¨¢cter colaborativo y transformador¡±, seg¨²n la declaraci¨®n que distribuyeron al terminar el encuentro. Al mismo tiempo, pusieron en com¨²n un primer estudio sobre este particular ecosistema, a modo de diagn¨®stico que permita trazar ¡°horizontes comunes para el arte y la vida en Espa?a¡±.
El informe est¨¢ dividido en varias secciones y contiene datos muy pr¨¢cticos. El primer apartado se refiere a los formatos de la propia red. As¨ª, explicita que la REACC esta? formada en un 63% por agentes colectivos frente al 21% de agentes individuales y un 16% de espacios. La otra constataci¨®n es el car¨¢cter h¨ªbrido de la cultura comunitaria, ya que esta no se concentra en un ¨²nico ¨¢mbito de actuaci¨®n: en un 89% las iniciativas trabajan en diferentes ¨¢reas, siendo la m¨¢s destacada la gesti¨®n (casi un 72%), seguida de las artes esc¨¦nicas (49%). En cuanto a las relaciones con otras asociaciones de la red, m¨¢s de la mitad de las entidades, algunas de las cuales trabajan desde el feminismo y el ecologismo, lo hace en colaboraci¨®n con otras.
Entre los agentes y espacios, figuran asociaciones de soci¨®logos, grupos de investigaci¨®n, educaci¨®n e intervenci¨®n social, estudios de arquitectura y urbanismo, as¨ª como agitadores culturales
Entre estos agentes y espacios, figuran asociaciones de soci¨®logos, grupos de investigaci¨®n, educaci¨®n e intervenci¨®n social, estudios de arquitectura y urbanismo, as¨ª como agitadores culturales muy activos en el panorama actual, tanto en el ¨¢mbito rural como en el urbano. Entre ellos, algunos tales como Enredando Culturas, Artibarri, Imaquinaria, Zerclo Patrimonio Cultural, la Casa Ensambl¨¢, Amasce, El dorado AC, El Cubo Verde, la Cooperativa Indaga, Colaborabora, Grigri Projects, Pez Estudio, Harinera ZGZ, La horizontal, Ecopoes¨ªa del Jerte, La puerta azul o Ak¨¢ntaros.
Por lo dem¨¢s, en el estudio hay un segundo punto dedicado a los espacios de actuaci¨®n y ubicaci¨®n geogr¨¢fica de estas entidades. En efecto, all¨ª se certifica que el 44% de las que integran la red se localiza en el centro de Espa?a, mientras que el sur ocupa apenas un 20%; solamente un 14% lo hace en lugares propios. En este apartado se menciona, asimismo, la necesidad de potenciar las iniciativas en el espacio p¨²blico, ya que solo el 25% de los colectivos hace uso del mismo.
El tercer ¨ªtem del documento es el que se refiere a la viabilidad econ¨®mica de los proyectos y su capacidad para sostener vidas y territorios. Aqu¨ª queda constancia del car¨¢cter informal de buena parte de las iniciativas de la cultura comunitaria. Adem¨¢s, a la hora de constituirse jur¨ªdicamente, hay una predilecci¨®n por f¨®rmulas de la economi?a social y solidaria, en particular la asociacio?n (46%) y la cooperativa (12%), seguidas marginalmente por la fundacio?n (1%).
Al mismo tiempo, el 85% de agentes y entidades cuenta con menos de nueve personas involucradas directamente en cada iniciativa. En tanto, sus dos fuentes principales de financiacio?n son los ingresos propios, a trave?s de la actividad cultural, con un 43% del total, y la financiacio?n pu?blica, correspondiente a otro 43% (dentro del cual, un 32% proviene de subvenciones y ayudas y un 11% lo sostienen los convenios especi?ficos). Sin embargo, solo el 5% de las entidades y agentes de la cultura comunitaria en Espan?a puede mantener su actividad ejerciendo su trabajo de manera profesional.
A partir de esta puesta en com¨²n, la Red ¨Cregistrada como una asociaci¨®n de servicios culturales¨C propone a sus allegados comenzar a asociarse para continuar la transici¨®n hacia una plataforma de formato s¨®lido, que sostenga una din¨¢mica cultural acorde con las necesidades comunitarias.
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