La necesaria descarbonizaci¨®n de los minibuses interurbanos de ?frica

La descarbonizaci¨®n del sector del transporte ha sido uno de los principales retos de las ciudades africanas en la ¨²ltima d¨¦cada. Es as¨ª como en algunas urbes del continente se han ido desarrollando proyectos relacionados con la electrificaci¨®n de autom¨®viles, motocicletas o autobuses p¨²blicos, como es el caso del Bus de Tr¨¢nsito R¨¢pido de Dar Es Salaam. Sin embargo, una gran parte de los residentes urbanos de ?frica se mueve en minib¨²s, una forma de moverse que representa hoy el gran reto para la calidad del aire en espacios urbanos de la regi¨®n.

Siendo la opci¨®n de transporte preferida para la mayor¨ªa de viajeros, los minibuses representan, en t¨¦rminos globales, un 30% del total de veh¨ªculos que circulan por v¨ªas interurbanas en la regi¨®n subsahariana. Su principal caracter¨ªstica es que, a diferencia de los servicios p¨²blicos o privados, son operados por trabajadores a cuenta propia cuya actividad cae dentro de lo que se conoce como ¡°econom¨ªa informal¡±, careciendo de autorizaciones legales que les permitan ofrecer sus servicios a la ciudadan¨ªa. A pesar de que hay algunos modelos de minib¨²s que, como ocurre con los matatus de Nairobi (Kenia), han podido ser ¡°formalizados¡± o bien han establecido alg¨²n tipo de regularizaci¨®n que les permite competir con las l¨ªneas financiadas por el Estado, la mayor¨ªa de minibuses conforman un sistema propio en el que los precios pueden fluctuar si hay muchos pasajeros o incluso las rutas establecidas pueden variar dependiendo del tr¨¢fico en hora punta. Pero sobre todo, una particularidad es que no est¨¢n sujetos a ning¨²n tipo de regulaci¨®n referente a sus niveles de contaminaci¨®n.

Una particularidad de los minibuses que lideran en el continente es que no est¨¢n sujetos a ning¨²n tipo de regulaci¨®n referente a sus niveles de contaminaci¨®n

Es por ello que, un informe reciente del Centro para el Desarrollo Urbano Sostenible de la Escuela del Clima de Columbia alerta de la necesidad centrarse en la electrificaci¨®n de los minibuses como prioridad para los gobiernos municipales africanos. Acotando su estudio en Nairobi, Ciudad del Cabo y El Cairo, los investigadores han visto c¨®mo estos podr¨ªan brindar profundos beneficios tanto para la salud p¨²blica como para el medio ambiente. Sin embargo, advierten, sin el apoyo suficiente de la Administraci¨®n p¨²blica y los agentes del sector, no se podr¨¢ garantizar ning¨²n tipo de mejor¨ªa en la calidad del aire de las ciudades.

Tal como argumentan, cerca del 95% de los autom¨®viles y autobuses que circulan en las urbes africanas son veh¨ªculos de segunda mano provenientes de pa¨ªses occidentales como Estados Unidos, Jap¨®n o algunos estados europeos, regiones en las que estos no pueden circular por las cada vez m¨¢s estrictas normativas que restringen ¨Co directamente proh¨ªben¨C la circulaci¨®n de los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes en ¨¢reas urbanas. Sin embargo, ante una falta de regulaci¨®n o falta de alternativas asequibles, siguen circulando casi exclusivamente con combustibles f¨®siles, contribuyendo enormemente a la emisi¨®n de gases de efecto invernadero; algo que deber¨ªa activar todas las alarmas teniendo en cuenta las tendencias de crecimiento urbano tan acelerado que est¨¢ viviendo el continente.

De hecho, el propio estudio ya se?ala que las emisiones del continente provenientes del transporte est¨¢n aumentando a una tasa del 7% anual. Y cita el caso paradigm¨¢tico de Nairobi. Es en la capital keniana donde la concentraci¨®n promedio anual de part¨ªculas finas ¨Cel principal contaminante del aire proveniente del escape de di¨¦sel¨C se ha registrado en m¨¢s del 70% por encima del l¨ªmite recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.

Mientras las enfermedades respiratorias, el c¨¢ncer de pulm¨®n y dolencias card¨ªacas se presentan como consecuencias directas de la poluci¨®n del aire urbano, se ha detectado que, adem¨¢s, estas afectan de manera desproporcionada la salud de las personas de ingresos bajos y medios, dado que sufren periodos m¨¢s prolongados de exposici¨®n a dichos contaminantes, ya sea por tener que desplazarse caminando en el lateral de una carretera o por el simple hecho de usar los minibuses para ir de un lugar a otro.

Pero, ?c¨®mo pueden los operadores informales del transporte interurbano africano adquirir veh¨ªculos el¨¦ctricos cuando los principales autom¨®viles no contaminantes son opciones inasequibles como las que proporciona el gigante Tesla? Por lo pronto, los investigadores de Columbia celebran que los gobiernos locales de Egipto o Kenia hayan implementado incentivos fiscales para la compra y fabricaci¨®n de veh¨ªculos el¨¦ctricos. Sin embargo, advierten, har¨¢ falta poner mucho m¨¢s esfuerzo en regulaciones restrictivas que, por ejemplo, puedan frenar la llegada de veh¨ªculos contaminantes desde fuera del continente. Adem¨¢s, ser¨¢ indispensable brindar el apoyo financiero suficiente al sector informal para que pueda desarrollar y adquirir tecnolog¨ªas m¨¢s sostenibles, ofrecer formaciones espec¨ªficas para operadores y enfocarlas a la adopci¨®n de energ¨ªa limpia. Un largo ¨Ce imprescindible¨C recorrido si se quiere lograr ciudades africanas m¨¢s sostenibles. Y, en consecuencia, un mundo m¨¢s sostenible.