El valor de lo p¨²blico
Hace 25 a?os se promulg¨® la Ley General de Sanidad. Es un tiempo propicio para el balance.
Hace 25 a?os se promulg¨® la Ley General de Sanidad. Es un tiempo propicio para el balance. El saldo es netamente positivo, porque en estos a?os, y con el esfuerzo colectivo, la sociedad espa?ola ha construido un s¨®lido pilar del Estado de bienestar. Pero es tiempo tambi¨¦n para la reflexi¨®n, para valorar lo que se ha conseguido y encontrar la f¨®rmula que evite dar pasos atr¨¢s en los logros alcanzados.
Aquella ley impulsada por Ernest Lluch en 1986 fue la palanca que permiti¨® gran parte de la transformaci¨®n de Espa?a en el pa¨ªs que hoy tenemos. La protecci¨®n de la salud pas¨® a ser un derecho b¨¢sico de la ciudadan¨ªa; y el sistema sanitario p¨²blico, un instrumento esencial para la garant¨ªa de una asistencia de calidad, igual para los ciudadanos y ciudadanas de todos los rincones de Espa?a e independiente del nivel de ingresos de cada cual.
La Ley de Sanidad cumple 25 a?os con un balance positivo. La salud ya es un derecho
Es dif¨ªcil entender la Espa?a de hoy sin nuestro Sistema Nacional de Salud. Con ¨¦l hemos ganado cinco a?os de esperanza de vida desde 1986 y somos, con una media de 81,4 a?os, los europeos m¨¢s longevos. Hemos vencido enfermedades y avanzado esperanzadoramente en otras. Hemos aprendido a prevenir, a educar en formas saludables de vida. Hemos cohesionado la sociedad y hemos crecido en innovaci¨®n tecnol¨®gica.
En 1986, hab¨ªa 300 centros de salud. Hoy m¨¢s de 3.000 dan servicio a la ciudadan¨ªa en todo el pa¨ªs. Nuestros hospitales han incorporado las mejores tecnolog¨ªas y Espa?a es una referencia mundial en la realizaci¨®n de trasplantes y en el grado de supervivencia posterior de los pacientes.
La prevenci¨®n, eje de todo sistema sanitario eficaz, permite que toda la poblaci¨®n infantil tenga acceso a las vacunas y que casi tres de cada cuatro mayores de 65 a?os se proteja frente a la gripe cada a?o.
Todo esto es posible por una de las mayores grandezas de nuestra sanidad: su car¨¢cter solidario. Cada uno aporta seg¨²n su capacidad econ¨®mica y recibe seg¨²n su necesidad.
No es casual, por ello, que el Sistema Nacional de Salud sea hoy el servicio p¨²blico mejor valorado por nuestra ciudadan¨ªa.
Lo es no solo por las prestaciones que ofrece, sino por su eficiencia. Adem¨¢s de dar empleo a cientos de miles de profesionales, considerados adem¨¢s entre las y los mejor cualificados del mundo, y contribuir a la I+D+i en sectores como el medicamento o las tecnolog¨ªas sanitarias, supera en eficiencia cualquier sistema privado de atenci¨®n sanitaria. No hay ning¨²n otro que ofrezca nuestro cat¨¢logo de prestaciones con una inversi¨®n de 1.500 euros por habitante y a?o (el 6,5% del PIB).
Es justo reconocer que el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez afront¨® en 1986 una tarea dif¨ªcil al acometer la reforma de una sanidad fragmentada en distintas redes, sin una planificaci¨®n coordinada y sin una evaluaci¨®n rigurosa de su impacto en la salud. Pero tambi¨¦n es de recibo aplaudir a los siguientes Gobiernos democr¨¢ticos que completaron la tarea y a?adir que fue el paso de la competencia a las Administraciones auton¨®micas lo que permiti¨® acercar los servicios a los ciudadanos y adaptarlos a las especificidades de cada territorio.
Hoy, 25 a?os despu¨¦s, la Ley General de Sanidad ha cumplido su objetivo prioritario: asegurar a toda la ciudadan¨ªa un sistema de protecci¨®n que incluye la promoci¨®n de la salud, la prevenci¨®n de la enfermedad, la extensi¨®n de la asistencia sanitaria a toda la poblaci¨®n y la superaci¨®n de los desequilibrios territoriales y sociales.
El legado es magn¨ªfico. Por eso es enorme el reto de preservarlo en el actual contexto de dificultades econ¨®micas. Todos los Gobiernos debemos afrontar recortes, pero es esencial elegir correctamente a qu¨¦ no queremos renunciar. Mejorar la eficiencia, reducir los gastos, rebajar los costes... hacer m¨¢s con menos. Garantizar la sostenibilidad del sistema tal como lo hemos construido: equitativo, eficiente, solidario, universal y p¨²blico. Ese es el desaf¨ªo.
Para responder a ¨¦l, el Gobierno ha tomado importantes medidas de ahorro y eficiencia en los gastos de personal y de la factura farmac¨¦utica (casi el 75% del coste del Sistema Nacional de Salud). Desde el a?o pasado, se ha rebajado el precio de medicamentos e incrementado los gen¨¦ricos, lo que ha permitido ingentes ahorros (416 millones de euros en este primer trimestre respecto del mismo periodo de 2010). Tambi¨¦n hemos llevado formatos monodosis a las farmacias y logrado comprar juntos, Gobierno y varias comunidades aut¨®nomas, las vacunas para la gripe del pr¨®ximo a?o. Estamos logrando gastar mejor, coahorrar y corresponsabilizarnos, administraciones y ciudadanos, en un uso m¨¢s racional de la Sanidad.
Ese es el camino: soluciones conjuntas, compartidas por todas y todos los que gestionamos la Sanidad, que mejoren la eficiencia sin menoscabar la calidad y la equidad. Hay recorrido antes de pedir m¨¢s esfuerzo a los ciudadanos, que ya pagan la Sanidad con sus impuestos e incluso copagan los medicamentos. El debate de la sostenibilidad est¨¢ abierto, y el Gobierno, dispuesto a escuchar y debatir propuestas que la garanticen con los l¨ªmites mencionados.
El Sistema Nacional de Salud que hemos construido es un tesoro por el que debemos comprometernos a no dar ni un paso atr¨¢s.
Leire Paj¨ªn Iraola es ministra de Sanidad, Pol¨ªtica Social e Igualdad.
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