La derrota de ETA y las condenas por territorios
Bildu y Garitano deben reconocer el error, el horror y el terror que han causado en toda Espa?a
Si los cr¨ªmenes cometidos por la banda terrorista ETA en Catalu?a son ¡°m¨¢s que un error¡± y ¡°los vascos debemos respeto especial a las v¨ªctimas de Catalu?a, porque la sociedad vasca hab¨ªa recibido (40.000 votos a HB en las elecciones europeas de 1987) mucho apoyo de los catalanes¡±, como sostiene Mart¨ªn Garitano, ?qu¨¦ tiene que decir el diputado general de Gipuzkoa ante las 311 v¨ªctimas mortales provocadas por ETA en la provincia que gobierna, donde su coalici¨®n, Bildu, acaba de obtener 119.084 votos en las ¨²ltimas elecciones a juntas generales?
Si las cr¨ªticas a los asesinatos se hacen al peso, como parece proponer Garitano, y en funci¨®n de los votos y los muertos por cada zona ¡ªcomo si no hubiera una ¨²nica decisi¨®n inmoral y repugnante que siembra de cad¨¢veres el pa¨ªs¡ª, est¨¢ claro que en Gipuzkoa la banda ha asesinado a muchos m¨¢s ¡ª102 v¨ªctimas mortales, solo en San Sebasti¨¢n¡ª que en Catalu?a, donde ETA ha matado a 54 personas, 28 de ellas despu¨¦s de 1987, la fecha de referencia.
Esta contabilidad sangrienta, esta comparativa entre personas como si fueran mercanc¨ªas, esta disonancia cognitiva de Garitano es la consecuencia directa de pretender fragmentar los ataques a la libertad, de evitar la decencia que supone condenar el terror pasado y de pretender dar a entender que ha dado igual asesinar que ser asesinado y que no es relevante detenerse en distinguir entre quienes jalearon c¨®modamente los cr¨ªmenes y quienes se jugaron la vida, y a veces la perdieron, por combatirlos y evitarlos.
Llevamos dos a?os sin asesinatos terroristas en Espa?a, la violencia callejera ha desaparecido y ni siquiera se da en las fiestas, como antes era habitual; la banda ha renunciado a la extorsi¨®n y es evidente que una organizaci¨®n criminal no puede funcionar sin dinero; el clima ciudadano se ha relajado considerablemente y todos esos datos, y otros m¨¢s, nos confirman a los que venimos defendiendo, desde hace tiempo, la idea de que ETA est¨¢ derrotada. Los buenos resultados electorales de Bildu, en los que muchos vascos han premiado a ETA por no matar y la han emplazado para que no vuelva a hacerlo, abrochan esta impresi¨®n.
ETA est¨¢ derrotada. Derrotada, mal que les pese a los que han apoyado al terrorismo durante a?os y mal que les pese a quienes parecen lamentar que se acabe el terrorismo sin estar ellos en el poder.
Se trata ahora de establecer el relato de lo que realmente ha ocurrido, antes de que nos pretendan contar una pel¨ªcula que no hemos visto y antes de que la euforia sorprendida de quienes no esperaban tama?o resultado electoral nos cuente lo que no ha pasado o pretenda cerrar una sangr¨ªa de 40 a?os en empate sin goles.
Es importante fijar ese relato para que sobre ¨¦l se diriman las responsabilidades pol¨ªticas de cada uno, por acci¨®n y por omisi¨®n, y para que a partir de este momento se pueda ventilar la habitaci¨®n, empiecen a salir los odios y podamos construir una convivencia civilizada entre distintos, sin la tentaci¨®n de volver a las andadas del asesinato como forma de abordar las diferencias pol¨ªticas.
Una banda terrorista, surgida en los sesenta al amparo de la dictadura franquista y espoleada por ella ¡ªjuicio de Burgos, estados de excepci¨®n, torturas, asesinatos¡ª, pretendi¨® desde su origen derrotar al Estado espa?ol y sustituirlo por un Estado vasco independiente, reunificado y socialista. Bien, casi 900 asesinatos despu¨¦s, con 3.000 heridos, 68 secuestrados, toneladas de odio y miedo, y un sinf¨ªn de sufrimientos, ninguno de esos objetivos ha sido conseguido. Por el contrario, el Estado empez¨® a derrotar a la banda tras el golpe policial a la c¨²pula de ETA en Bidart, en marzo de 1992, y desde entonces los terroristas se han dedicado a montar un frente nacionalista, a socializar el sufrimiento, a hacer insoportables la violencia callejera y la extorsi¨®n.
La banda ha asesinado a todo tipo de personas: guardias civiles, polic¨ªas, militares, cargos pol¨ªticos del PSOE, del PP, de la UCD, jueces, empresarios, civiles, gente que pasaba por all¨ª, j¨®venes, mayores, mujeres embarazadas, ni?os; de todo. A pesar de haber apilado los asesinatos en estratos, de haber atentado de manera estrat¨¦gica ¡ªen elecciones, en refer¨¦ndum, en v¨ªsperas de los Juegos Ol¨ªmpicos¡ª, la banda no ha derrotado al Estado y no ha conseguido que las v¨ªctimas le respondieran con la misma moneda.
La sociedad espa?ola ha tardado en combatir de forma sistem¨¢tica los cr¨ªmenes y el discurso que los sustentaba, pero una mezcla de eficacia policial, de coraje de unos pocos ciudadanos, de medidas pol¨ªticas y judiciales, han acabado acogotando a la banda, deteniendo a sus sucesivas direcciones y estableciendo el desprestigio social de la muerte. Bildu-Garitano debe asumir este relato o irse de las instituciones.
La democracia ha ganado y para que se hagan dem¨®cratas quienes han jaleado los asesinatos durante a?os, tienen que empezar por reconocer el error, el horror y el terror que han causado en toda Espa?a.
Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja es periodista.
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