La casilla en blanco
Mariano Rajoy no rellen¨® el espacio sobre ¡°incompatibilidad¡± en su declaraci¨®n de actividades
Es un hecho adquirido en sociolog¨ªa que las actitudes se configuran en funci¨®n de las expectativas. Ahora, las expectativas, anticipadas por todas las encuestas, se?alan un triunfo arrasador del Partido Popular de Mariano Rajoy en las elecciones legislativas del domingo 20 de noviembre. As¨ª que, previa deliberaci¨®n del Consejo de Ministros a celebrar el pr¨®ximo lunes, d¨ªa 26, y bajo la exclusiva responsabilidad del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, tendr¨¢ lugar la disoluci¨®n de las C¨¢maras ¡ªCongreso y Senado¡ª, que decretar¨¢ el Rey conforme establece el art¨ªculo 115 de la Constituci¨®n. Ese mismo art¨ªculo precept¨²a que el citado decreto fije la fecha de los comicios, fecha anticipada antes de las vacaciones por ZP en un compromiso ins¨®lito adoptado en aras de reducir la presi¨®n que le exig¨ªa determinar con certeza el calendario pol¨ªtico.
Viene Mariano, se pronostica que con una mayor¨ªa absoluta que podr¨ªa rebasar los 210 diputados. Es decir, los 3/5 preceptivos para la reforma de la Constituci¨®n y los nombramientos del Tribunal Constitucional, del Consejo General del Poder Judicial, de Radio Televisi¨®n Espa?ola y de las Comisiones Nacionales del Mercado de Valores, de la Energ¨ªa, de las Comunicaciones, de la Competencia y de todo lo que se mueve. Viene Mariano, sin despeinarse. Sin promesas que al d¨ªa siguiente del escrutinio empiezan a pasar factura. Sin compromisos program¨¢ticos. Sin propuestas. Sin soluciones. Prefiere sin m¨¢s presentarse a s¨ª mismo como la soluci¨®n, en una l¨ªnea de resonancia mesi¨¢nica que se cifra en aquello de ¡°yo soy la soluci¨®n¡±.
El advenimiento de Mariano est¨¢ generando una actitud de deferencia hacia el ganador pronosticado en cuyo despliegue rivalizan toda suerte de corporaciones y n¨²cleos de la sociedad civil e incivil. Asistimos al abierto despliegue de esos ejercicios de idoneidad que antes se exig¨ªan al candidato favorito y que ahora le son ofrecidos por los votantes mientras ¨¦l se limita a decidir si le conviene darles su aprobaci¨®n.
Nadie quiere indisponerse, todos quieren dejar constancia de que acudieron en socorro del vencedor cuando todav¨ªa la suerte era indecisa. Pero dejemos a las cuadrillas especializadas la construcci¨®n del pedestal y sepamos que llegado el momento se convertir¨¢n con el mismo entusiasmo en mulillas de arrastre. Abominemos del grito disolvente de ?abajo el que sube! Pero apliqu¨¦monos al examen exigente de quien nos quiere gobernar antes de que sea investido. Est¨¢ en la mejor tradici¨®n de los pa¨ªses donde se ha consolidado la democracia.
Sepamos tambi¨¦n que, como nos ense?a Heisenberg, no conocemos la realidad, sino la realidad sometida a nuestro modo de interrogarla y que, de acuerdo con el amigo Wagensberg, a m¨¢s c¨®mo, menos por qu¨¦. Empecemos por la p¨¢gina web del Congreso de los Diputados, donde desde hace unos d¨ªas se publica la ¡°declaraci¨®n de intereses¡± de sus Se?or¨ªas. Los medios de comunicaci¨®n han preferido centrarse en los datos patrimoniales carentes de significaci¨®n a falta de una secuencia cronol¨®gica de c¨®mo se obtuvieron. Pero han pasado por alto la ¡°declaraci¨®n de actividades¡±. Su examen contiene una revelaci¨®n interesante sobre Mariano Rajoy por lo que omite m¨¢s que por lo que declara.
En efecto, Mariano Rajoy ha dejado en blanco la casilla correspondiente al punto 36 de la declaraci¨®n referente a la incompatibilidad. Es decir, ha dejado sin responder una pregunta tan elemental como la de si es funcionario o presta servicios o realiza alguna actividad por cuenta directa o indirecta de: (Especifique, en caso afirmativo, si es funcionario y su situaci¨®n administrativa respectiva; si presta servicios en virtud de contrato laboral, o en virtud de contrato administrativo, civil o mercantil). La casilla est¨¢ en blanco y a la derecha no existe referencia alguna a su situaci¨®n administrativa registral. Parecer¨ªa que a Mariano Rajoy se le hubiera olvidado declarar que es registrador titular del Registro de la Propiedad de Santa Pola y de su Oficina liquidadora, en situaci¨®n de ¡°servicios especiales¡±, seg¨²n resoluci¨®n de la Direcci¨®n General de los Registros y del Notariado de 7 de marzo de 1990 (Bolet¨ªn Oficial del Estado de 24 de marzo de 1990, n? 7.528).
Recordemos que Mariano Rajoy, siendo diputado al Congreso entre 1987 y 1990, llevaba directamente ese registro y percib¨ªa todas sus ganancias. Lo mismo que cuando era diputado gallego, concejal de Pontevedra y vicepresidente de la Xunta como titular de sucesivos registros y perceptor de sus beneficios, sin que le fuera posible atenderlos. As¨ª, hasta la citada resoluci¨®n, nombr¨® a Francisco Riquelme, titular de Elche, condenado a trabajos forzosos.
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