Mariano Rajoy cruza el Rubic¨®n
Basagoiti est¨¢ empe?ado en llevar el acuerdo de ayer al Pa¨ªs Vasco
La moci¨®n acordada ayer en el Congreso por todos los partidos democr¨¢ticos ¡ªa excepci¨®n de UPyD y Amaiur¡ª en respuesta a la reclamaci¨®n de Rosa D¨ªez de ilegalizar a Amaiur trasciende con mucho el mero rechazo a dicha petici¨®n de ilegalizaci¨®n. Es nada menos que la recuperaci¨®n de la unidad democr¨¢tica, con la excepci¨®n de UPyD y Amaiur, primera condici¨®n para que el Gobierno cuente con la cobertura pol¨ªtica suficiente para gestionar el final de ETA, el paso del cese definitivo de la violencia a su disoluci¨®n.
El acuerdo reconoce la irreversibilidad de la decisi¨®n de ETA cuatro meses despu¨¦s de que la banda declarara el cese definitivo de la violencia, el pasado 20 de octubre. Ese reconocimiento pol¨ªtico tan abrumador es clave para que el Gobierno gestione el fin de ETA. Y se ven¨ªa gestando desde que el mismo 20 de octubre el entonces l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, y el l¨ªder del PP vasco, Antonio Basagoiti, admitieron al un¨ªsono la importancia del paso dado por ETA, entre el escepticismo y desconcierto de buena parte de la derecha pol¨ªtica y medi¨¢tica.
En l¨ªnea con ello, el acuerdo de ayer es el primer fruto, tambi¨¦n, de la ronda de encuentros que Rajoy, instalado en La Moncloa desde las fechas navide?as, ha mantenido con los principales partidos vascos ¡ªI?igo Urkullu, del PNV, el lehendakari socialista, Patxi L¨®pez, y el del PP, Basagoiti¡ª y el l¨ªder de la oposici¨®n, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, entre enero y febrero. Todos le han animado a gestionar el final de ETA y le han ofrecido cobertura pol¨ªtica para neutralizar la presi¨®n desde su derecha.
Con el acuerdo de ayer, Rajoy ya ha cruzado el Rubic¨®n del inmovilismo al compromiso con la administraci¨®n del final de ETA, que lo est¨¢ compaginando con decisiones internas como el refuerzo del PP vasco en la direcci¨®n del partido del Gobierno y la presencia de I?aki Oyarzabal en la secretar¨ªa de Justicia e Interior del mismo partido.
El acuerdo apunta, adem¨¢s, una hoja de ruta b¨¢sica. Junto a la exigencia a ETA de su disoluci¨®n definitiva e incondicional reafirma el compromiso con las v¨ªctimas del terrorismo, como protagonistas del relato del final de la banda terrorista. Pero se compromete, tambi¨¦n, a propiciar la convivencia social sobre los principios que sustenta el Estado de derecho, un eufemismo que se refiere al abordaje de la reinserci¨®n de los presos etarras, una vez constatado el final definitivo de la violencia.
El mismo acuerdo establece que esta hoja de ruta la tendr¨¢n que desarrollar, adem¨¢s del Gobierno de Rajoy, el Ejecutivo vasco con el de Navarra y las fuerzas democr¨¢ticas. En este sentido, puede decirse que la historia se repite. En diciembre de 1987, fueron los partidos democr¨¢ticos, representados en el Congreso, los que firmaron el primer gran pacto para aislar a ETA: el de Madrid. Lo que sirvi¨® de acicate para que un mes despu¨¦s, en enero de 1988, los partidos parlamentarios vascos acordaran el Pacto de Ajuria Enea.
El l¨ªder del PP vasco, Antonio Basagoiti, est¨¢ empe?ado, ahora, en lograr el acuerdo entre los partidos vascos sobre la gesti¨®n del final de ETA, que debe concretar el de ayer en Madrid. El lehendakari, el socialista Patxi L¨®pez, tambi¨¦n est¨¢ por la labor, aunque presenta alguna dificultad. En medio del clima preelectoral vasco, el PNV ha exigido que la izquierda abertzale participe en el acuerdo, con la disconformidad del PP.
Pero casi 25 a?os despu¨¦s, los partidos democr¨¢ticos han recuperado la unidad democr¨¢tica frente a ETA. La excepci¨®n ha sido Rosa D¨ªez, que ayer erigi¨® un monumento al oportunismo e incoherencia pol¨ªticas en su af¨¢n de ofrecerse como receptora del voto radical de la derecha que el PP pudiera perder por la gesti¨®n del final de ETA.
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