Entre las elecciones m¨¢s abstencionistas de la democracia

Las llamadas a la participaci¨®n que los pol¨ªticos se afanan en lanzar no tuvieron excesivo calado en esta ocasi¨®n, ni entre el electorado andaluz ni entre el asturiano. Los mensajes que hablaban de cita hist¨®rica en Andaluc¨ªa y de necesidad de desbloqueo institucional en Asturias no motivaron a los votantes. Dejando a un lado las elecciones al Parlamento Europeo, estos han sido los comicios m¨¢s abstencionistas de la democracia en el Principado, con un 44,08%, y los quintos en Andaluc¨ªa, con un 37,77%, solo por detr¨¢s de tres citas municipales y una auton¨®mica.?

Desde las primeras elecciones generales en 1977, a la hora de elegir a sus representantes nacionales, auton¨®micos o locales, andaluces y asturianos nunca han superado el 45% de abstenci¨®n, pero siempre han estado por encima del 20%. En el caso de Andaluc¨ªa solo hay cuatro comicios m¨¢s abstencionistas que los de este domingo. En las municipales de 1979, el 37,92% no acudi¨® a las urnas; en las de 1991, el 38,85%, y en las de 2007, el 38,38%. A nivel auton¨®mico, ¨²nicamente las elecciones de 1990 registraron una cifra m¨¢s alta que la de ayer. Entonces, el 44,66% de los electores no fue a votar. En aquel momento, como ahora, la cita no coincidi¨® con otras convocatorias, circunstancia que influye. De hecho, en 1982 las elecciones andaluzas tambi¨¦n se celebraron en solitario y se registr¨® la tercera abstenci¨®n m¨¢s alta en unas regionales: el 33,68%.

La tendencia se cumple igualmente en el caso de Asturias. Esta era la primera ocasi¨®n en la que los comicios asturianos no se celebraban a la vez que los municipales. Para encontrar una abstenci¨®n casi tan alta como la de este 25-M hay que remontarse a la cita auton¨®mica de 1991, cuando fue del 41,31%. Antes de esto, solo las primeras elecciones locales de la democracia hab¨ªan contabilizado una abstenci¨®n superior: roz¨® el 42%.

Menci¨®n aparte merecen los comicios europeos, cuando los datos de abstenci¨®n se disparan, especialmente en los ¨²ltimos a?os. De los seis que se han celebrado en Espa?a cabe destacar los de 2004 y 2009. En Andaluc¨ªa no acudieron a votar el 60% de los electores y en Asturias, el 55%.

Baja participaci¨®n desde primera hora

Que la participaci¨®n bajar¨ªa, al menos respecto a las elecciones auton¨®micas anteriores, se empez¨® a vislumbrar ayer con los primeros datos ofrecidos en torno a las dos de la tarde. El 29,3% en Andaluc¨ªa supon¨ªa una ca¨ªda de cerca de diez puntos y el 26,6% en Asturias, de algo m¨¢s de ocho puntos. Los consejeros de Presidencia, tanto la andaluza como el asturiano, lo achacaron al cambio de hora. A las dos de la madrugada fueron las tres, as¨ª que la mayor¨ªa de los electores pod¨ªan amanecer m¨¢s tarde de lo habitual.

El descenso sin embargo se fue agudizando a lo largo de la tarde. Finalmente votaron el 62,23% de los electores andaluces, frente al 72,67% de 2008, y el 55,92% de los asturianos, frente al 66,89% del a?o pasado. En la comunidad andaluza fueron destacables los datos de provincias como C¨¢diz o M¨¢laga. En la primera la abstenci¨®n lleg¨® a casi el 46% y en la segunda estuvo cerca del 42%. Ja¨¦n fue la m¨¢s participativa. M¨¢s del 70% del electorado deposit¨® la papeleta en la urna, aunque ese porcentaje se redujo ocho puntos respecto a 2008.

Cambio de hora, coincidencia con otros comicios,... Influyen diversas cuestiones en la participaci¨®n en unas elecciones y entre ellas se encuentra tambi¨¦n el descontento de la sociedad. Las elecciones andaluzas estuvieron marcadas por la alta tasa de paro pero tambi¨¦n por el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de los ERE. Y los asturianos se enfrentaron ayer a la tercera convocatoria electoral en los ¨²ltimos 10 meses. Todos estos son motivos para el hartazgo de los ciudadanos, a los que les cuesta ver a sus representantes capaces de solucionar sus problemas. Tal y como reflejan los bar¨®metros del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas, los pol¨ªticos se han convertido en el tercer problema en Espa?a.

En una tribuna publicada en El Pa¨ªs hace algo m¨¢s de un mes, Xavier Coller, Andr¨¦s Santana y Antonio M. Jaime, profesores universitarios y miembros del grupo de investigaci¨®n Democracia y Autonom¨ªas: Sociedad y Pol¨ªtica, se preguntaban si los parlamentarios son diferentes de la sociedad que los elige y recomendaban analizar ¡°si una mayor similitud entre Parlamentos y sociedad mejora la representaci¨®n pol¨ªtica y profundiza la calidad de la democracia¡±.